Beltrán reclama medidas heroicas contra el Gobierno, Losantos pide intervenir Navarra y UPN no sabe si se puede criticar a la justicia
El juez leyó la sentencia de La Manada y se incendió el mundo. Todos contra el tribunal. Como si criticar una resolución judicial ya no fuera tabú, ni salir a la calle a protestar ya no fuera cuestionar la separación de poderes. “Siento un profundo rechazo hacia la sentencia de La Manada”, decía subido a la cresta de la ola feminista Javier Maroto, vicesecretario del PP. El mismo que hace unos días denunciaba que el Gobierno de Navarra “copia ya lo peor del independentismo” por defender que lo de Altsasu no es terrorismo.
La reacción social también le ha pillado con el pie cambiado a UPN, que llevaba varias semanas agitando el espantajo contra el Gobierno foral, y en especial contra su presidenta, porque Uxue Barkos había pedido proporcionalidad a la Audiencia Nacional. “¡Que el Gobierno se posicione en un proceso penal abierto en favor de una parte es un disparate!”, clamó Esparza. Y claro, cuando todo el mundo se indignó porque los jueces vieron “abuso” y “jolgorio” en lo que más bien parece una violación, al pobre no le salió otra cosa que decir que la sentencia “no era la esperada por buena parte de la sociedad”.
La confusión en UPN ha sido tal que sus concejales en Pamplona han acabado llamando a los ciudadanos “a sumarse a las movilizaciones convocadas en apoyo a la víctima y de rechazo al fallo de la sentencia”. Mientras que en el Parlamento UPN ha mostrado “su profundo desacuerdo” con la sentencia, ha cuestionado “la calificación” del delito que han hecho los jueces del TSJN y se ha “unido al clamor popular frente a este fallo”. Por lo visto, posicionarse a favor de una parte en un proceso penal ya no es un disparate.
La cosa es que se ha abierto la veda y a la gente se le ha calentado el morro. Tanto, que el concejal de festejos de Tudela ha presentado su dimisión después de poner en Twitter: “Me cago en el puto Rey de España, en la Justicia y en toda esta mierda de sistema. Y ahora si tenéis cojones venís y me metéis más años por este tuit que a los hijos de puta de La Manada”. Y visto cómo se retuerce últimamente el código penal, es posible que el edil de Izquierda-Ezkerra lo compruebe pronto si la gracia llega a oídos de la Audiencia Nacional y le da por montarse otro delito de rebelión o de terrorismo. Que empotrar entre cinco a una niña no, pero escribir es violento que te cagas.
Entre amigos Al menos Iñaki Magallón podrá decir que se ha quedado a gusto, que placeres de estos no se da uno todos los días. Su dimisión es además la prueba definitiva de que el Apocalipsis ha llegado también a Tudela. Porque esto en la España de verdad no pasa, que allí dimitir es de cobardes. Salvo que trinques dos cremitas en el Eroski, claro.
Hay que reconocer que la derecha, en general, y la madrileña en particular, tiene clase para estas cosas. Lo mismo se le rompe el ordenador de la Gürtel a martillazos que de repente le aparece un vídeo perdido hace siete años. Que para eso pone el árbitro, el balón y las reglas.
Y si no se las inventa, como Rafael Hernando, que esta semana consideraba “indigno” que la presidenta del Gobierno foral denunciara la tropelía que se está produciendo en la Audiencia Nacional con el Caso Altsasu. “Ya me hubiera gustado escuchar a Barkos condenar los hechos”, criticó el portavoz del PP en el Congreso. Algo que hubiera tenido un pase si no fuera porque la presidenta había mostrado su rechazo a la agresión apenas dos horas antes en un acto en Madrid. Pero qué más le dará eso a un tipo que en 24 horas pasó de denunciar el “linchamiento” y el “acoso” a Cristina Cifuentes a pedirle amablemente que venga, fuera, lárgate, rapidito que te saco otro vídeo.
Son solo cosas de amigos. Como cuando UPN le pide al PP que esconda la rojigualda que eso quita votos en Navarra. Algo que por lo visto le molesta un rato a Ana Beltrán. “UPN no nos deja sacar la bandera de España en campaña”, afirmaba la presidenta del PP esta semana en Es.radio, el garito que se ha montado Federico Jiménez Losantos para seguir impartiendo buen rollo en las ondas.
Fue desde luego una oportunidad para que Beltrán explicara a los españoles las “mentiras” de Barkos en Madrid. “La buena situación económica y de convivencia social que según Barkos vivimos en Navarra está muy lejos de lo que viven los navarros día a día”. “Hay que tomar medidas heroicas”. “Yo soy la que defiendo allí al Estado, sin complejos y con valentía”. Para echarse a llorar de emoción. En su lucha por la verdad Beltrán tuvo incluso el apoyo de Cayetana Álvarez de Toledo, del ala chunga del PP. “Aquello es un territorio sin ley donde no está presente España y está normalizado el acoso”. El puto infierno, vamos.
Ya se sabe que en las prisas por recuperar el trono cualquier aliado es bueno. Y que para estas cosas el primero en apuntarse suele ser Federico Jiménez Losantos. El locutor plantea incluso “intervenir” la Comunidad Foral y así acabar con el sufrimiento de una población que sobrevive a duras penas en refugios antinucleares.
Según contó en la radio, en los ríos de gente que se acercan a él a firmar sus libros, “los más dolidos” por la situación de España son precisamente los navarros. Algo lógico “porque Navarra es el baluarte de lo español” y “es tan reciente y brutal el atropello” que la peña huye en masa a pedirle ayuda. “El Gobierno de Rajoy los ha abandonado. Intervenir Cataluña es difícil, pero Navarra no”, apunta Losantos. Y quizá sea lo mejor. Que vengan de Madrid y nos rateen directamente en casa. Que esta es gente es muy de fiar.