LA FALTA DE ACUERDO PARA EL TAV Y EL REFERÉNDUM DE CATALUNYA MARCAN EL DEBATE POLÍTICO DE LA ÚLTIMA SEMANA
Es de suponer que a estas alturas todo el mundo, incluido el Gobierno, al que por cierto le ha costado bastante, se habrá dado cuenta de que el Ministerio de Fomento no tiene mucho interés en llevar el TAV a Navarra. Que no es nada personal, es solo que no hay dinero, por mucho que Javier Esparza diga que sí. “Se han puesto encima de la mesa 3.000 millones de euros de inversión”, proclamaba esta semana el líder de UPN como si el dinero estuviera metido en un cajón y el Gobierno no se lo quisiera gastar. Pero eso son 500 millonacos al año en seis años, y una cosa es que tus amigos del PP te hagan el juego sucio y otra que te suelten la pasta. Y eso sigue estando por ver.
Todo, parece, ha sido una envolvente al Gobierno de Navarra. El propio Ministerio enseñaba el pasado lunes la patita cuando descartaba la propuesta de acuerdo que le había hecho el Ejecutivo foral “porque no va a consignar ninguna partida presupuestaria para 2018”. Te prometo dinero para el TAV si te cargas el cuatripartito,le ha venido a decir el ministro a Manu Ayerdi, que había ido con toalla y crema de sol a una piscina llena de tiburones. Y claro, casi se lo meriendan.
La cosa es que Navarra se va a quedar sin convenio para el TAV porque el Ministerio pasa de prometer financiación si antes no cae el Gobierno, que es lo que le había pedido UPN, al que tampoco le van mal la falta de acuerdo porque al menos así sale en la foto. Que puede parecer triste tener dos diputados en Madrid y dedicarlos a derrocar el Gobierno foral, pero bien contentos que están. “Las manifestaciones de la portavoz del Gobierno de Navarra sobre el TAV han sido de gran ayuda” para la ruptura, celebraban hace unos días los regionalistas. Total, que después de 25 años de promesas y 4 años sin meter un duro el tren sigue pintando para largo. Al menos el ministro De la Serna se ha puesto a silbar en la vía.
POR LA DEMOCRACIA En esas estábamos en Navarra cuando el tema catalán ha explosionado llenando todo el debate político de brocha gorda. Ahí que se han cruzado unos y otros palabras grandilocuentes en medio de una polémica que a Navarra le queda un tanto lejana, pero que el jueves centró la discusión parlamentaria. “Este es un Gobierno antisistema” proclamaba Ana Beltrán a cuenta de que el cuatripartito había aprobado una declaración en la que mostraba su “rechazo y alarma” por “la intervención de la autonomía catalana” y pedía una solución “dialogada”. Algo que tampoco gustó a Javier Esparza, que aprovechó que Barkos estaba ese día en el Parlamento para culparle de las siete plagas que azotan al país. “La presidenta se ha posicionado en contra de la ley y en contra de la libertad”, denunció el líder de UPN, que también acusó a la jefa del Ejecutivo de estar “a favor de los agresores de Alsasua”.
Porque claro, una cosa es alzarse contra “la imposición represiva e injusta” del Gobierno de Venezuela y otra hacerlo contra la legalidad española. De la misma forma que no es lo mismo rodear el Palacio de Justicia de Catalunya para pedir la libertad de los detenidos por organizar un referéndum que rodear el Palacio de Navarra para reclamar la prohibición de la ikurriña. Aquí, como en todos los barrios, la imposición política y el respeto al orden constitucional dependen de la trinchera de la que se mire.
Y si alguien tiene clara cuál es la suya es Javier Esparza, que lleva dos años haciendo surcos sin parar como si estuviéramos al borde de un holocausto nuclear. El líder de UPN, que ayer culpaba a Barkos de que hayan quemado una bandera española en Cortes, volvía esta semana a Madrid para trasladar su particular visión negativa de la comunidad y, de paso, para alertar a la corte de que es mejor no fiarse del PNV porque es tan “malo” como el nacionalismo catalán. “Navarra es la perla que le falta al nacionalismo vasco para declarar abiertamente la independencia. Puede parecer exagerado pero lo justifica la macabra historia de ETA”, dijo el líder de UPN que aprovechó el viaje para meter en el mismo saco a ETA, Barkos, Arzalluz, Ibarretxe y Puigdemont. Todos unidos en el objetivo de “romper” España “mañana”.
Lo que sin duda sería para echar a correr si no fuera porque el propio Esparza dio por seguro que el partido de Urkullu volverá a salvar al Gobierno del PP a cambio de su correspondiente factura en los presupuestos. Un pacto al que pese a todo el ruido también se acabará sumando UPN. Lo mismo la Fiscalía los acaba denunciado por colaborar con la sedición de Euskal Herria.