“Son presos políticos quienes han luchado como idealistas, aunque hayan causado daño”.
Patxi Zabaleta. Coordinador de Aralar y transfuga.
Publicaba el pasado 22 de febrero en este mismo blog un artículo titulado Transfugas en el que hacia un breve repaso de la situación precaria en que había quedado el grupo parlamentario de Nafarroa Bai en el Parlamento de Navarra debido a la deslealtad de Aralar y su intención de pagar el peaje de readmisión en Bildu a costa de la representación parlamentaria de Nafarroa Bai y del secuestro de sus votos.
La consigna había quedado clara después de la espantada de Aralar del 20N; silenciar Geroa Bai como heredera del proyecto nabaizale y poner sus votos al servicio de quienes habían sido sus rivales electorales haciendo oídos sordos al veredicto de sus votantes, en una operación de transfuguismo dirigida a dinamitar su propio espacio político en provecho de su nueva apuesta electoral.
La operación, de un cortoplacismo aterrador, no podía tener otro fin que el de salvar la propia financiación del partido y la cabeza, y el sueldo, de sus propios líderes a costa de los de siempre; los que habían puesto su ilusión y su trabajo político en el proyecto aralarkide y los que habían depositado su confianza en Nafarroa Bai y en sus propuestas a la sociedad.