Decía mi abuelo, un nacionalista cabal de los de antes, que Navarra tenía tres cánceres; el partido carlista, la caja de Ahorros de Navarra y el Diario de Cordobilla. Aparcados definitivamente en la estantería de la historia los dos primeros, el primero con las secuelas que aún colean a ambos lados de lo más extremo del arco político navarro y el segundo gracias a la brillante gestión económica de Goñi, su mentor de Corella, y algún/a dietista con prisa, queda el centenario periódico dela calle Zapatería.
No soy, debo reconocerlo, asiduo a sus páginas más es cierto por aburrimiento que por una especial inquina a sus argumentos políticos que, a veces, me hacen disfrutar de lo lindo, pero este lunes y a la vista de la trifulca que se avecina en UPN y de la que suele ser observador privilegiado he querido ojear sus páginas, vano intento pues parece que están esperando que se visualice más claramente el posible nuevo dueño del Cortijo antes de tomar postura definitiva, y en estos casos parece que optan siempre por no decir nada y no correr el riesgo de equivocarse de caballo.