“Son presos políticos quienes han luchado como idealistas, aunque hayan causado daño”.
Patxi Zabaleta. Coordinador de Aralar y transfuga.
Publicaba el pasado 22 de febrero en este mismo blog un artículo titulado Transfugas en el que hacia un breve repaso de la situación precaria en que había quedado el grupo parlamentario de Nafarroa Bai en el Parlamento de Navarra debido a la deslealtad de Aralar y su intención de pagar el peaje de readmisión en Bildu a costa de la representación parlamentaria de Nafarroa Bai y del secuestro de sus votos.
La consigna había quedado clara después de la espantada de Aralar del 20N; silenciar Geroa Bai como heredera del proyecto nabaizale y poner sus votos al servicio de quienes habían sido sus rivales electorales haciendo oídos sordos al veredicto de sus votantes, en una operación de transfuguismo dirigida a dinamitar su propio espacio político en provecho de su nueva apuesta electoral.
La operación, de un cortoplacismo aterrador, no podía tener otro fin que el de salvar la propia financiación del partido y la cabeza, y el sueldo, de sus propios líderes a costa de los de siempre; los que habían puesto su ilusión y su trabajo político en el proyecto aralarkide y los que habían depositado su confianza en Nafarroa Bai y en sus propuestas a la sociedad.
Con ser repugnante el ejercicio y poner de relieve la escasa talla política y ética de quienes lo protagonizaron, cabía esperar de ellos un cierto respeto hacia el proyecto que presentaron a la ciudadanía y a alguna de sus señas de identidad más significativas. Llegamos a hablar de polietika…
Por eso, la nueva vuelta de tuerca protagonizada por Zabaleta en las declaraciones que abren este artículo eleva el nivel de rechazo e indignación hasta la nausea entre quienes con nuestro voto, hace poco más de un año quisimos ver en Nafarroa Bai una oportunidad de regeneración de la vida política navarra y en ellos la capacidad de llevar nuestra apuesta política a las instituciones navarras desde un vasquismo y abertzalismo capaz de hacer política con la cabeza alta.
Nafarroa Bai en 2007 y Nafarroa Bai en 2011 partían de un rechazo y una condena de la violencia como instrumento de acción política ético, sin ninguna otra consideración; “Nafarroa Bai 2011 mantiene una postura clara y radical en el rechazo y condena de la violencia y en defensa de todos los derechos humanos” y no lo decía en su programa sino que lo proclamaba como una de las “señas de identidad” de la Coalición
http://www.nabai2011.com/Bases_Politicas_Cas/
Hoy es cuando Aralar, y Patxi Zabaleta en su nombre, no solo no está contenta con el silenciamiento de quienes fueron sus compañeros de coalición y con el secuestro de su voz y la de sus electores sino que han cerrado el círculo de la estafa tergiversando y atribuyendo unos “valores políticos” a quienes defienden todo lo contrario. Hoy es el día de que si a alguno de los parlamentarios que se hacen llamar Aralar/Na Bai les queda un mínimo resto de dignidad deberían pasar uno por uno a devolver su acta parlamentaria a quienes son sus dueños; los ciudadanos.
Ander Muruzabal