Una mala época en lo personal para el actor se refleja en esta película, «capricho» genial de nuestra estrella. El empeño y el esfuerzo de esta película se refleja en un film de culto con una estética sublime. Planos segmentados, diseño estético de boxes mas de moda que nunca. El mono blanco de líneas verticales que descienden sobre su hombro superan los infinítos rotulos que luce Alonso hoy día. Me quedo con su amor a la velocidad esa que se lo llevó no en el asfalto pero sí en su edad, tiempo que nunca es fiel y le dió la espalda a los 50 años. cuando veo un coche rápido me viene a la cabeza McQueen y también Newman. Quizas por eso (casualidad de la vida) en la peli de animación «cars» el coche prota se llama McQueen y adivinen quien le da voz… efectivamente… Paul Newman.
Calienten motores……….con ustedes Steve McQueen.
Autor: marco
La gran evasión.
Como petición de nuestro gran amigo Epicuro, me dispongo ha opinar sobre una joya que el cine nos dejó como legado, tanto en elenco de actores como su trama, como en momentos inolvidables de fotogramas que ya pasaron ha ser leyendas del celuloide. Elmer Bernstein, nos regala su melodia pegadiza (que hoy se tararea en campos de fútbol, segundo himno de la selección inglesa) en el video homenaje que incluyo es una versión cantada que creo que lo hace todavía mas emotivo. otra vez la dualidad Sturges- McQueen es sublime, sobre todo porque el rubio actor le debe su época dorada, (cierto que siempre lo fue) pero me refiero también en su vida personal, Sturges le dió estabilidad profesional y personal y fue el salto definitivo al estrellato. Salto que todos recordaremos en esa moto BMW que en realidad se hizo con un modelo Triumph. Y con esa moto esta en un cruce de caminos bajo un cartel que pone ACHTUNG y que hoy decora mi salón de estar. La mirada de McQueen molestada por el sol hace que su estrella esté mas viva que nunca.
Inolvidable el paseo hacia la «nevera» bajo la atenta mirada de sus compañeros, mientras otro le lanza su guante de basseball, y lo coje al vuelo… y en su último recorrido aquel guardia espigado (y sabedor que Berlín caerá) después de encerrarlo se detiene con semblante melancólico… y escucha como McQueen golpea su pelota contra la pared: «TOC TOC, TOC TOC».
Gracias Dios por haber disfrutado de este momento, este filme… obra maestra.
Esencia de mujer.
Al Pacino nos deleita con la interpretación de un coronel retirado y ciego, sin muchas ganas de vivir… todo cambiará cuando conoce a un jóven(Chris O`Donnel, hoy no se sabe mucho de este actor) que se encargará de ayudarle como «lazarillo» por unos días. El caso que ambos aprenden y mucho, uno por recuperar las ganas de vivir, el chico por las peculiares enseñanzas de este veterano de pasión desenfrenada por las mujeres. Entrañable, divertida y llena de gran carga emocional, me quedo con varias escenas, la del paseo en ferrari, la de los peculiares consejos en el avión… el final… y sobre todo esta, el baile con una jóven, esencia de mujer que le hace recuperar el mejor de los sentidos… la vida.
http://www.youtube.com/watch?v=pNrdVCr_FgkOPERACIÓN DRAGÓN (Enter the dragon)
El tema es que las artes marciales deslumbran todo, siquiera la excusa inicial para disparar la trama. Enter The Dragon es a todas luces un clásico : no sólo posee escenas y diálogos memorables, sino que funda un género entero. No es que antes de 1973 no existieran películas de artes marciales – la industria cinematográfica de Hong Kong y China se alimentaba de eso -, pero nunca tuvieron el alcance mundial como el que obtuvieron después de este film. Un público ávido de patadas voladoras acudiría en masa a los cines durante los 70 y parte de los 80, en plena euforia del cine de artes marciales. Si se pueden mencionar fenómenos que eclipsaron a la Bondmanía de los 60, sólo se pueden nombrar dos ejemplos de filmes basales que generaron una avalancha de imitadores y que desviaron parte del público habitual del agente británico : Enter The Dragon y, por supuesto, Star Wars.
El argumento del film es por todos conocido. Sin embargo, para la época es aún material fresco y realizado de modo impecable. Toda la ralea (en general baja) de imitadores que lo han seguido no han podido igualar y menos superar a la cinta de Bruce Lee. Desde Mortal Kombat, pasando por The Best of The Best, o películas de otros artistas marciales (Jean Claude Van Damme, Chuck Norris) han copiado punto por punto la trama de Operacion Dragon pero no han capturado el carisma del film. Incluso Bolo, el forzudo chino que participa en la cinta, reiteraría su papel durante muchos años en películas similares. Y sin mencionar la avalancha de pésimos imitadores de Bruce Lee que invadirían las pantallas en los 70 con producciones generalmente lamentables.
El Señor Han paladea algunas delicias mientras disfruta del torneo
La trama es básica, pero en la pureza encuentra la perfección del clásico. Bruce Lee es reclutado para infiltrarse en la Isla del Sr. Han, para descubrir que oculta en sus instalaciones. Lee es un héroe lacónico, de oscura presencia. Es un hombre que carga con dolor en su alma, y que reprime su furia. Ni bien llega a la isla y comienza a participar en los torneos, vemos que es despiadado y letal. Es un asesino que frena sus instintos de venganza, en pos de cumplir la misión primero, pero que no despreciará las oportunidades que tenga para cobrarse deudas con Han. Y si bien es un hombre mal herido espiritualmente, es también un tipo frío y calculador, que evalúa constantemente las posibilidades de ataque – solo lo hace cuando es preciso, no utiliza violencia excesiva a menos que la situación lo amerite -. Comparado con el Bond de Dr. No – que destilaba un aire de asesino implacable -, Lee es un equivalente que no gusta del estilo ni de la clase de 007, pero que resulta más letal por poseer motivos personales. Es una fuerza imparable de destrucción, reprimida hasta el momento en que considere conveniente desatarla.
Y si Lee es un héroe muy oscuro, como villano Han no se queda atrás. La presencia que le da Shih Kieh es impresionante; un hombre de refinados modales que puede ordenar acciones crueles sin inmutarse. Considerando que lo que hoy conocemos como blockbusters (las películas tanque que arrasan la pantalla) empezaron con James Bond en los 60, y que Enter The Dragon sería una de las primeras en arrebatarle el puesto central – un hecho que llegaría hasta nuestros días, donde cada estudio prepara una serie de filmes tanque para arrasar la taquilla -, el film obtuvo mucho éxito en gran parte a tomar elementos bondianos (el héroe, espía y asesino; el villano brutal; la base secreta a ser volada), devolverlo a sus esencias y enfatizar los matices más oscuros y crueles de los personajes centrales. Si Bond era un modelo de asesino con clase – al que se le fue limando oscuridades durante los últimos films de Connery – y era el modelo cinematográfico de accion por excelencia durante los 60, pierde el puesto en los 70 con iconos como Bruce Lee, que son aún más salvajes y despiadados pero con el carisma suficiente como para que el publico no los rechace. En el fondo estamos hablando de asesinos con causa justa – vale recordar los diálogos entre Bond y Scaramanga en The Man With The Golden Gun, que casualmente incluiría artes marciales y copiaría la secuencia final de los espejos de Enter The Dragon (escena que ambos filmes toman en realidad de la conclusión de The Lady of Shangai de Orson Wells) -. Pero quitemos las credenciales y los motivos, y veremos que el héroe y el villano no son más que individuos crueles que por una u otra razón operan de lados diferentes de la ley.
Así mismo la película, basada en un borrador de Lee, contiene muchas ideas personales del actor y de la particular filosofía del arte marcial que había creado – Jeet Kune Do -. Ciertamente se encuentran camufladas entre líneas – su intención era que fuera un vehículo para una nueva filosofía en artes marciales, donde cuerpo y espíritu actúan como uno solo a la hora del ataque y la defensa, y donde era posible generar una línea de conducta para evaluar al entorno que lo rodea -. El mismo se considera un arma en continuo perfeccionamiento, y que sólo debe entrar en acción en graves circunstancias, ya que su uso puede ser letal. Mucha de su filosofía, lamentablemente, fue podada por el otro guionista o quedó en el cuarto de edición (por ejemplo, en un momento Bruce Lee decía : «Cuando mi oponente se expande, me contraigo, y cuando se contrae, me expando, y cuando hay una oportunidad, yo no golpeo. Golpea por sí mismo.»).
El film contiene muchas escenas memorables de combate; es también una fuente incontable de anécdotas durante el mismo rodaje (extras retando a Bruce Lee; peleas filmadas que fueron reales más que coreografiadas por problemas entre Lee y miembros del casting). Y Lee exhibe no sólo un carisma impresionante que le otorga el merecido status de ícono cinematográfico, sino que además era un artista marcial envidiable. La velocidad de sus peleas es inconcebible; y como actor, su rol es cumplido de modo eficiente acorde a sus capacidades actorales. Me parece maravillosa la combinación Jim Kelly y John Saxon, Jim le da un toque exótico y de gran pureza y fuerza, crearía toda una moda, un actor negro con el estilo del cine mas blaxploitation, y John Saxon siempre fue un actor sin demasiada suerte pero inolvidable, aquí su picaresca y dotes de una especie de jugador de vida acelerada le da un toque distinguido. Los intentos de seducción de Han para que ingrese en su organización criminal podrían haber pasado directamente por el personaje de Lee – (trivia aparte : ¿a Saxon lo habrán elegido por un aire a Connery?). – posiblemente Roper y Williams sean ocurrencias del guionista Allin para darle un color multirracial al film, y no invenciones de la pluma de Bruce Lee -, amén que estén desarrollados como caricaturas – el personaje Williams es una fantochada -. Pero posiblemente esto pase porque en Hollywood no confiaban en que un actor chino pudiera cargar con éxito el film frente a las plateas yanquis y decidieron americanizar el libreto (un prejuicio idiota de la época; fijense sino ahora, donde hay blockbusters comandados por Jackie Chan o Jet Li).
Como curiosidades, en el casting figuran Jackie Chan y Sammo Hung, en papeles ínfimos – entre las decenas de luchadores que acuden a la isla -. El film cuenta con otra banda sonora memorable de Lalo Schifrin, acorde al espíritu de la trama. Y es una lástima que Lee falleciera tres semanas antes del estreno de la película. Las razones son dispares : algunos sostienen que consumía droga, otros que estaba experimentando con su peso – para volverse más rápido -, lo cierto es que un edema cerebral truncó su vida en el apogeo de su carrera. Quizás, al igual que James Dean, su muerte y su escaso legado cinematográfico (pero de calidad) sea lo que le brinde alcance de leyenda – ¿como hubiera seguido la historia sin Lee continuara vivo y filmando peliculas de menor calidad? -. Como una supernova, brilló en toda su intensidad en una última ocasión antes de extinguirse. Hoy en día todo un filósofo y Operación Dragón peli de culto.
BULLITT
Bullitt es cine puro, la atmósfera irrepetible y mil veces mal copiada de una leyenda. Esencia de San Francisco, persecución inolvidable y genuina, hasta el gazapo del escarabajo es perfecto… se respira tensión, carácter, adrenalina, libertad indomable de un auténtico animal de la pantalla. La mirada real de la sospecha que ya dejó de serlo en el aparcamiento semivacío de un soleado día en la bahía. Ford Mustang verde oliva, rival de su enemigo el sobrio Dodge Charger negro acharolado de ocupantes oscuros. Guantes de profesional para el veterano mudo y malvado, al que acompaña un malísimo y frio caballero de cabello blanco y rostro cuadiculado. Lalo Schifrin les acompaña con su melodía intrépida de sonidos sensibles en manos temblorosas de un volante que vibra. Sabe irse a tiempo para dejarnos el rugido del Mustang característico y pasional mezclado con el rudo carburador del Dodge. Se observan, se estudian, y llega el momento histórico que quedó en mi retina para siempre… al observar atónito el antagonista dónde diablos se ha metido nuestro Bullitt, y aparece de repente en el retrovisor del «malo» como surgiendo de las entrañas de la tierra, subiendo ese desnivel de carreteras diseñadas para el despiste. Simplemente genial.
http://www.youtube.com/watch?v=NmmwqbhNScoParalelismos
La pasarela de un aeropuerto como denominador común, comienzos de títulos de crédito memorables. El graduado imprescincible, escuchando el sonido del silencio me deslizo con la maleta del recuerdo… equipaje que después recogió Jackie Brown para de forma apresurada facturar los viajes del pasado. Tarantino nos hace un guiño mimetista y magistral con una Pam Grier mas setentera que nunca y un sonido funcky que recuerda a su black power de antaño… mientras, Dustin Hoffman sigue su camino, después del avión le espera un Alfa Romeo rojo que le llevará a la dama de fugas divertidas en autobús… pero esa es otra historia…
http://www.youtube.com/watch?v=PSdcGFR8VAU¿echamos una partida?
el color del dinero es una buena película en la que aparece un ángel en aquella época, hoy algo devaluado Tom Cruise, en compañía de Dios Paul Newman que recibiría estatuilla por este filme, hoy en día peli casi anecdótica al ver las obras maestras que tiene a sus espaldas. En todo caso es imprescincible ver «el buscavidas» para comprender mejor esta especie de segunda parte que es la de Scorsese. El personaje de Eddie Felson «el rapido» interpretado por Newman, es profundo y emotivo, digno de análisis y seguimiento, en cuanto a Cruise… me quedo con la frescura de sus inicios y con esta secuencia visceral y energética de «Vince» jugando al billar y marcándose un bailecito, a la vez que se exhibe bajo la enferma mirada de Felson que se pone malo solo con verlo… jeje para comprenderlo mejor no dudeis en verla. Os dejo con la citada secuencia y recordada cancioncita.
Love story
Y se quedó solo pensando en ella… con la compañía de un escalofrío en su espalda, esa que arroparon las delicadas manos de su tímida belleza. El invierno sacude su corazón de recuerdos que la blanca nieve congela en momentos inolvidables que ya no volverán… y espera la llegada de ese ángel en forma de mujer que tocaba el piano y enamoraba los ojos de un jóven amor. Y se volvió eterno y puro pero triste e injusto… y corrían juntos jugando a quererse como nunca y a disfrutar de una vida caduca y fría, incomprendida y fugaz… historia de amor… Y se quedó solo pensando en ella…
La cruz de hierro.
1943. El ejército alemán está en franca retirada. Península de Taman, junto al Mar Negro. Campaña de Crimea. El aristocrático capitán Stransky se incorpora a las fuerzas del coronel Brandt. Stransky es un cobarde con un sólo objetivo, ganar la cruz de hierro. Para conseguirla, será capaz de maquinar y traicionar a sus compañeros. Cuando descubre que el teniente Triebig es homosexual, lo somete a chantaje para matar al sargento Steiner, veterano de guerra, cara opuesta del capitán Stransky. Steiner es un hombre que sólo intenta sobrevivir en un mundo que se cae a pedazos, donde los valores se han convertido en cenizas. Su vida de combatiente es lo único que le mantiene lejos de la locura que le envuelve. Como el resto de sus compañeros, incluso Stransky, odia a Hitler y al nazismo. Pero su código de conducta mantiene un resto de humanitarismo. Al contrario que el prusiano Stransky, cuya ambición personal se antepone a todo.
«La cruz de hierro» es la única película bélica de Sam Peckinpah. Dirigida en 1977 e interpretada por un magnífico elenco de actores (apenas aparecen mujeres), que encabeza el duro James Coburn (Steiner. Maximilian Schell (Stransky), James Mason (Brandt), David Warner (Kiesel) y TRiebig (Roger Fritz) completan el reparto. Planteada como obra de género, antibelicista, ofrece un retrato despiadado de la brutalidad de la guerra, de la locura que lleva a los hombres a matarse, pero también un conseguido retrato de dos personajes enfrentados por sus propios caracteres. Stransky es fruto de su clase social, de orígen prusiano y elitista. Su razón de ser es el triunfo y la consideración social que, según cree, le pertenece. La guerra, para él, es una oportunidad para justificar ante los suyos su pertrenecencia a semejante y desalmada casta. Steiner, hombre arrancado de su sencilla cotidianeidad, vive la monstruosidad de la contienda como el producto del delirio de un grupo de políticos fanáticos y enfermos.
Basada en una novela de Willi Heinrich, «Das geduldige Fleisch», esta película tuvo un rodaje problemático. El guión, de Julius Epstein, tuvo que ser reescrito por Walter Kelley y James Hamilton. La producción anglo-germana, cuya financiación sufrió demoras, padeció un rodaje accidentado por causa del alcoholismo del director. Peckinpah se emborrachaba habitualmente y provocaba conflictos con los productores que no veían con buenos ojos un rodaje que se alargaba demasiado. El ritmo de la película es fluido, aunque se nota la situación crítica del cineasta en ciertos altibajos narrativos. «La cruz de hierro» tiene una excelente fotografía de John Coquillon en technicolor. El éxito de esta película fue considerable, hasta el punto de provocar una secuela, «Cerco roto», interpretada por Richard Burton.
Vale la pena recordar la cita de Bertold Brecht que aparece sobreimpresa antes de los títulos de crédito:
«Hombres, no os alegréis de su derrota. Aunque el mundo se alzó y detuvo al bastardo, la perra que lo parió está de nuevo en celo.»
Una película que trata sobre la amistad, la supervivencia, denuncia el nazismo, y nos deja imágenes imborrables, como la cara del niño ruso, el gran Coburn en el hospital delirando, y la escena final de Steiner riendo con un Stransky desorientado y cobarde. Excepcional dirección de Peckimpah a pesar de todo. Y ese comienzo duro comienzo e irónico con imágenes de un fanatismo extremo en contraposición con los combatientes cansados y abandonados por aquel loco llamado hitler. Uno de los mejores comienzos del cine bélico con esas voces de niños alemanes que perdieron su infancia en aquel brazo levantado de ira y extremismo.
http://www.youtube.com/watch?v=6v5ZdfMFs6kJames Dean.
Abrigado… con las manos en los bolsillos, un pitillo sin filtro apenas humeante apagado por el frío de la mañana, vapor que supera al lucky strike. Suerte que dejó de acompañar aquella mirada de cabeza agachada y miopes ojos entornados para ajustar mejor la visión tímida de su arrancada y eterna juventud. Al este del edén se ecuentra un rebelde sin causa, gigante actor en tan poco tiempo, nunca nadie mas fue promesa y veteranía a la vez, solo tú, James; un chico de peinado desenfadado y melancólico semblante, ojos tierra de caminos al sur de Texas recostado en un jeep con el sombrero de perfiles soñados. Una mañana compraste al pequeño bastardo gris color tragedia, porsche descapotable de ilusiones hechas añicos. Y en el cruce de tu vida un jóven apresurado chocó en tu última escena, esa que nunca recordaremos, accidente que te llevó para desaparecer… pero siempre vuelves Dean en cada fría mañana de tibios corazones.
http://www.youtube.com/watch?v=5jCKJXRCIN8&mode=related&search=