“Nadie sabe en este momento por qué se hacen las cosas… ¿quién ha decidido y basado en qué, que eso es bueno?… Existe una falta de transparencia en las decisiones de arriba y vamos a pagar las consecuencias, porque estamos haciendo cosas importantísimas sin saber por qué las hacemos”.
Álvaro Miranda
Algo muy curioso sucede con el bambú japonés que lo hace diferente del resto de plantas. Cuando en el país del sol naciente los agricultores siembran lo siembran, abonan la tierra y comienzan a regarla, aparentemente no ocurre nada durante las primeras semanas, meses y años. Nada brota, ni la más mínima brizna que nos haga creer que allí se ha plantado esta especie botánica. Sin embargo, no por ello los japoneses dejan de regar el terreno durante todo ese tiempo. Pasados 7 años, el bambú comienza a crecer y en tan solo seis semanas alcanza una altura de 30 metros. Durante todo ese período, en el que aparentemente no pasaba nada, el bambú estaba generando un complejo y profundo sistema de raíces que le permitirán sostener el rápido y vertiginoso crecimiento posterior. Los japoneses aseguran que, si te sientas, puedes ver crecer el bambú. ¿Os imagináis eso con cualquier otro tipo de planta?