Pasado ya el mal trago que para algunos, y me incluyo, supuso que algunos unilateralmente cambiaran el fondo y la forma de la manifestación del sábado queda ahora hacer el análisis de lo que ha supuesto para unos, los que fueron a manifestarse por los derechos humanos y la paz, para otros, los que fueron a su reivindicación política anual con los presos como tapadera y para los que no fueron…
Para los que fuimos entendiendo que los Derechos Humanos y la Paz son valores absolutos que no pueden estar mediatizados por las estrategias políticas cortoplacistas y por meros cálculos electorales, que no se puede desaprovechar la oportunidad de la paz que hemos esperado tantos años y tenemos ahora al alcance de la mano enrocándose en posturas propias de otro tiempo y circunstancia, la manifestación del sábado nos dejo un sabor agridulce, dulce por haber cumplido los objetivos con los que fuimos y con cierto amargor por haber visto como se nos pretendió utilizar para otras cosas.