“Podemos es un conjunto de agrupaciones sin consenso ideológico pleno y unidas solo por el objetivo de recuperar una democracia secuestrada”
Iñigo Errejon. Director de Campaña de Podemos
No resulta fácil hacer un análisis coherente de lo que ha pasado en el carajal navarro en estas pasadas elecciones europeas, y no resulta fácil porque las dos, probablemente, fuerzas más importantes del espectro político navarro, y las que están llamadas a disputarse el liderazgo gobierno de Navarra el próximo año, UPN y Geroa Bai no han concurrido a las elecciones y ni tan siquiera han dado una orientación de voto clara.
Acostumbrados como estamos a que después de una cita electoral todos los partidos proclamen con más o menos entusiasmo su victoria aquí podemos encontrar la primera novedad y es que han perdido prácticamente todos, salvo EH Bildu que ha mantenido su nivel de voto y la espectacular irrupción de Podemos que ha pasado de la inexistencia a tener un buen puñado de votos que pueden, o no, depende de cómo lo gestionen ellos y, sobre todo, como lo gestionen los demás, darle un papel de futuro en la política navarra.
Es evidente que tanto PP, no ha sabido o no ha podido rentabilizar el voto de UPN a pesar de la mano que a ultima hora intento echarle la, todavía, presidenta del gobierno foral, como el PSN, que prosigue sin prisa pero sin pausa su proceso de autoinmolación ayudado esta vez por la Opera bufa que representaron en marzo, son los dos grandes perdedores del domingo. Ninguno de los dos ha conseguido, ni de lejos, acercarse a los resultados de hace cinco años.
En menor medida pero ha habido otros perdedores; IE que, aunque con unos resultados dignos, no ha sido capaz de aprovechar la debacle socialista, el PNV que a pesar de su aumento de voto y a su lenta consolidación en Navarra, todavía pesa como una losa en el jeltzalismo navarro lo de 1984, no ha podido capitalizar el voto de la coalición a la que pertenece en Navarra; Geroa Bai y UPyD que sigue sin despegar a pesar de los malos resultados del PP y la ausencia de UPN que debieran haberle favorecido, su mensaje antiforal es de difícil digestión en Navarra.
Entre los “ganadores” EH Bildu, por el contrario, puede estar satisfecha con el mantenimiento de su voto, la abstención es probablemente a la fuerza que menos afecta dada su fidelidad en el voto y su militancia, aunque el viejo sueño de arrastrar al campo de la unidad abertzale a los votantes de Geroa Bai se ha visto frustrado una vez más. Su estabilidad de voto, entre cuarenta y cincuenta mil en tres elecciones consecutivas y tan distintas como son unas forales, unas generales y unas europeas se va pareciendo peligrosamente a un techo electoral.
Y por último esta el sorpasso Podemos, con veinte mil votos aparecidos de la nada en un partido sin presencia de ninguna clase en la sociedad navarra, que necesita un análisis más riguroso que la aparición de una nueva fuerza de izquierda radical. Las señas de identidad de Podemos, o lo que el ciudadano percibe de ella, no son tanto su ideología netamente izquierdista sino su nueva concepción de hacer política; horizontal, abierta y profundamente democrática. Evidentemente algunos de los votos de Podemos han podido venir de las filas socialistas, más refugiados en la abstención que otra cosa, pero en su mayor parte son votos “huerfanos” de la incomparecencia de Geroa Bai que se reconoce a si misma en esos valores democráticos mas allá del carácter nacional de la fuerza o de su izquierdismo. Algunas de las proclamas de Podemos se parecen bastante a aquellos valores que quiso transmitir la primera Nafarroa Bai: Polietika, Unibertzale, homosensibilidad, etc…
Se suele decir que los resultados de unas europeas no son extrapolables a otro tipo de elecciones más cercanas y yo estoy de acuerdo con eso, pero de los resultados del domingo si que podemos, y nunca mejor dicho, hacer una lectura diferente y es que lo que está en solfa, lo que el electorado ha empezado a enseñar a las organizaciones políticas tradicionales es que las estructuras verticales, los aparatos de poder, las ideologías cerradas empiezan a tener fecha de caducidad y el ciudadano político está lo suficientemente maduro para tomar las decisiones por si mismo y sin necesidad de guías intelectuales.
Seguirá siendo muy fuerte la tentación de acaparar el poder por unas minorías establecidas en los partidos políticos pero solo sobrevivirán aquellos que estén dispuestos a abrir la puerta y compartir el poder con una ciudadanía empoderada que es capaz de tomar las decisiones por si misma.
Esa es probablemente la mayor lección de Podemos en el carajal navarro, que podían… y que habrá más en el futuro que puedan…
Ander Muruzabal