Empecé mi andadura bloggera con un artículo de titulo Independencia, Soberanía y territorialidad, que fue también el que dio inicio Nafar Herria, hace ya unos cuantos meses, que me ha vuelto a la cabeza estos días de agitado trajín electoral (Prometo una valoración electoral navarra en breve, de verdad, esta vez es jugosa) porque, y van…, todas las fuerzas electorales en liza se olvidaron de Navarra, salvo una. Pero, la realidad es terca, los resultados han vuelto a poner Navarra sobre el tapete.
Pero la nueva Navarra que ha salido de la ruleta electoral cada vez se parece menos a aquella que nos pintaron a principios de los 80.
Es muy fácil coger la historia de hace 500 años, traspasarla a la actualidad prescindiendo de las connotaciones sociales de la época y decir «La Nación-Estado Navarra fue invadida en 1512 por los Castellanos»… lo que no deja de ser verdad pero aporta muy poco a la solución del conflicto que vive esta comunidad, el verdadero, no el delirio fascistoide de cuatro desgarramantas encapuchaos.
Podemos hacer un mix con los rasgos identitarios de los vascos; idioma, cultura, folklore, tradición jurídica, historia común hacer un constructo social y decidir que aquí hay una nación que tiene derechos previos, una soberanía preconstitucional y la capacidad y el derecho de convertirse en una nación estado… lo que no deja de ser verdad pero aporta menos todavía a la resolución del conflicto.
Podemos decir que la raíz del problema es que España no reconoce nuestro derecho de autodeterminación, que no nos deja hacer un referendum, que supedita nuestra soberanía a la española, que el artículo nosecuantitos de la Constitución prevé al Ejército como garante de la sacrosanta unidad de España… y será verdad pero tampoco tiene mucho que ver con el conflicto.
¿Y por qué no aporta nada ninguna de las dos vías a la resolución del conflicto?
Pues por la sencilla razón de que prescinden de la realidad; Los sentimientos identitarios de los vascos de hoy que, entre otras cosas, son los únicos afectados por el conflicto y los únicos capaces de resolverlo.
¿Y cual es esa realidad?
Que en la sociedad vasca hay un sentimiento identitario plural, y además no homogéneo en sus distintas institucionalizaciones y territorios históricos. Si la sociedad vasca fuera identitariamente homogénea no habría tanques, constituciones ni soberanías ajenas capaces de parar la independencia. Nohabría necesidad de recurrir a Historia alguna ni a elaborar un cuerpo de soberanía.
La solución al conflicto no pasa pues por la imposición del 50+1 al 50-1, ni aunque fuesen 60-40, ni por cambiar vencedores por vencidos y vencidos por vencedores, todas esas recetas llevan al enquistamiento y la perpetuación del conflicto.
La solución del conflicto pasa por encontrar elementos comunes de convivencia, por el respeto a la identidad ajena y, en el caso de los que somos nacionalistas vascos, por la pedagogía, si es que de verdad creemos en lo que proclamamos.
Y en el caso de Navarra ese elemento común no puede ser otro que el FUERO, el fuero con mayúsculas no la caricatura que dibujaron para nosotros UPN, PP y PSOE a la que tuvieron la desvergüenza de llamar Amejoramiento.
Y una vez conseguido ese objetivo, seremos los navarros de hoy, los vascos de hoy «Guk gaurko euskaldunok» como escribieron nuestros abuelos defendiendo su presente, los que decidamos cuando, como y con quien, en democracia, respeto a la identidad ajena y con las fórmulas imaginativas que haga falta, estructuramos nuestra sociedad.
Por eso es absurdo plantearnos ahora que debe ser Navarra, un estado soberano con sus fronteras actuales, un estado con la baja Navarra, la Navarra Osoa o la Marítima, Euskal Herria Sozialista, Euskadi Estado europeo, una comunidad foral de la Corona española o una provincia al uso, cada uno tendremos nuestra preferencia pero de nada servirá si no recuperamos nuestro propio derecho a decidir, nuestro FUERO, su reintegración plena.
Lo demás son atajos capaces de hacernos perder la senda o imposiciones…
Ander Muruzabal