Mucho se ha hablado, y se habla en la actualidad, en torno al debate sobre el futuro de Nafarroa Bai, en cuanto a su reestructuración y su organización definitiva, de quién tiene que liderar la Coalición y del peso de cada partido en la toma de decisiones y su representatividad pública. Son todos ellos temas de importancia capital y que decidirán la viabilidad de Na Bai como alternativa política y su peso electoral.
Sin embargo, debajo de este, y ocultado en parte por él, existe otro todavía más importante y de cuya clarificación dependerá ineludiblemente la resolución del debate organizativo, y no es otro que el debate de las ideas. Resulta evidente que, desde una óptica ética de la política, si queremos representar una alternativa real de gobierno deberemos ofrecer un mensaje político a nuestro electorado de mucho más calado que la simple coincidencia en materia identitaria. Ese es el camino que se emprendió en las Jornadas Nabaizales del 2007 que se celebraron en los Golem y que pusieron las bases para un gran acuerdo abarcando todas las áreas de actuación política.