Creo que resulta más que evidente que la intención del anterior artículo no era la de analizar los problemas internos de Nafarroa Bai, sino los problemas que la mera existencia de la coalición habían proporcionado al resto del espectro político de Nafarroa, y de como se está desarrollando una operación de calado por parte de las fuerzas que lo componen para desestabilizar y acabar con Nafarroa Bai.
Pero como resulta, también, evidente Nafarroa Bai no pasa por sus mejores momentos de cohesión interna, a pesar de que entiendo que es precisamente de los momentos de crisis de donde salen las soluciones más imaginativas y estables, la propia existencia de Nafarroa Bai es una buena prueba de ello, creo que no estaría de más, y a la vista del algún comentario a mi anterior artículo, ni de menos, analizar un poco los problemas “internos” de Na Bai.
En esos mismos comentarios a mi anterior artículo se dan “pistas” sobre unos cuantos problemas de los que, al parecer, existen en Nafarroa Bai y se me pide que me decante por uno de ellos como causa principal. No lo voy a hacer, porque me parece que todos ellos, y alguno más que se queda en el tintero, son problemas lógicos derivados de la formación de una coalición de amplio espectro, compuesta por formaciones con dispar peso político y electoral, pero que en ningún caso son factores determinantes que puedan acabar con Nafarroa Bai, que era de lo que trataba el artículo.
Pero se equivoca quien crea que expresiones como “la pérdida del espíritu de la unidad en la diversidad” u “olvidarse del Bai”, que son los problemas reales que yo le veo a la Coalición, son abstractas e indefinidas. Solo lo pueden ser para quien este pidiendo una definición ideológica y una estructura organizativa restrictivas de Na Bai, porque precisamente habrá olvidado ambas cosas.
En Nafarroa Bai, y se releen mis artículos se puede comprobar, he escrito en multitud de ocasiones que hay cuatro organizaciones políticas con proyectos diferentes, unos cuantos “independientes” cada uno de los cuales tiene su propio proyecto, hay, además, militantes de partido que han superpuesto el proyecto de la coalición a su propia estructura de partido y hay, por fin, una masa amplia de votantes que no habían votado antes a ninguna de las cuatro opciones o lo habían hecho a varias de ellas en momentos distintos.
El impulso fundacional de Nafarroa Bai se basa pues en los elementos comunes que puedan llevar a todas esas personas a votar a un mismo proyecto político, que son el progresismo en lo social y el vasquismo en lo identitario, pero, sobre todo la recuperación de la ilusión producida por la visualización que le dio a un sector político de Nafarroa hasta entonces silenciado, y por ver la posibilidad real de cambio… la oportuna frase de Patxi Zabaleta después del “Agostazo”; “Estamos condenados a ganar a UPN, pero estaremos encantados de hacerlo…”.
Así pues, cualquier restricción fruto de una definición ideológica en lo social y lo económico más concreta llevará irremisiblemente a la minorización de Na Bai, así planteamientos más puramente abertzales o claves de soberanía y territorialidad, al margen de la propia realidad actual de la CFN, llevarán irremisiblemente a la minorización de Na Bai. Buscar esos mínimos elementos comunes que nos permitan articular un discurso ideológico coherente es lo que yo llamo “espíritu de unidad en la diversidad” y sustituir esa búsqueda por la adopción del discurso pretendidamente mayoritario es lo que yo llamo “Olvidarse del Bai”.
Algunos, que hemos participado activamente en la creación de Nabaigunes, hemos visto que fuera del ámbito estricto del control de los aparatos partidistas el entendimiento entre nabaizales de Aralar, de EA, de Batzarre, del PNV o “independientes” es mucho más fluido y normalmente no genera conflictos irresolubles. Esa es la esperanza de Na Bai
Así la cosas, resulta necesario dar un paso adelante, tanto en la estructura organizacional como en la definición del mensaje ideológico de Nafarroa Bai, pero ese paso debe estar protagonizado por los nabaizales. Nafarroa Bai son cuatro partidos y a ellos deberá garantizar voz propia, pero ha llegado la hora de eliminar las cuotas de poder, abrir la participación, definir órganos propios de representación de nabaizales y que estos en asamblea definan ese mensaje ideológico de Na Bai, basado en las premisas fundacionales.
Tratar de virar Nafarroa Bai hacia una opción concreta de las que la componen, sea cual fuera esta, en función de expectativas, resultados o implantaciones de difícil medida, en todo caso la última medición a pesar de su “escaso” valor comparativo no fue precisamente halagüeña para nadie, lo único que puede hacer es minorizar Na Bai.
Todos tenemos que tener claro que hagamos lo que hagamos, el beneficiario final de la operación ha de ser Nafarroa, primero, y Nafarroa Bai, después.
Ander Muruzabal