Van Johnson, el hijo de la Metro.


El rubio de la Metro dijo adiós, hijo de Mamá Goldwyn Mayer vió la luz en donde se le apagó a Newman, la ciudad de las coincidendias la que surge en mitad de mi propio camino, Newport; el nuevo puerto de las ilusiones perdidas, en el muelle de las pasiones nostálgicas acordes de guitarra llaman al recuerdo, así lo dice la mano derecha de José Feliciano, otro vecino de sueños imposibles, hace algún tiempo pasear en sus cuestas era comer el chocolate de sus casitas calle abajo, los veleros parten hacia el mar dorado de ojos azules y suave brisa, la luna siempre brilla.

El bueno de Van sufrio el accidente de juventud que marcó el inicio de su interpretación con el amuleto metálico de una prótesis para la testa, a cambio de su no participación para la gloria americana de segundas guerras mundiales, decidió participar en la primera gloria particular, el icono de toda jóven de los cuarenta, la gran pantalla fue bandera blanca de rendición a sus encantos. Y con fuego en la nieve irrumpió con fuerza, no dejo de recordar a «Dos en el cielo» y tantos otros que ya te acompañan. Mi reloj marca 30 segundos pero no estoy en Tokyo, y tal vez Frank Capra te susurre algo al oido ensayando «El estado de la Unión», aquí, las rocas blancas de Dover no han variado su color, ni tampoco hay ningún motín en el Caine. A 23 pasos de Baker Street se encuentran mis letras que sudan nostalgia del ayer en la tele en blanco y negro de hombres ricos y pobres y un tal Virginiano de caballo despistado… Y la rosa púrpura de El Cairo me la comí veinte años después en Egipto… Querido amigo te echaré de menos, pero no te olvides de invitarme a respirar el viento de Newport porque quiero subir tus calles y respirar fotogramas de sueños que tal vez aguarden en la niebla de un futuro inminente.

Un abrazo Van. —

http://www.youtube.com/watch?v=av-WYH2wpSw

2 comentarios en «Van Johnson, el hijo de la Metro.»

  1. Sólo alguien que ame el cine como lo haces tú, Marco, puede escribir este sentido panegírico de Van Johnson, que suscribo desde la primera a la última palabra.

  2. Cuánto me alegra tu presencia en este pequeño gran rincón de sueños, que grata visita amigo Okariz, mil gracias por compartir letras y cine conmigo, aquí un amigo que diría Billy Wilder 😉

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