9- Wladislaw, Joseph. Qué decir del actor secundario por excelencia, uno de los más grandes secundarios de la historia, Charles Bronson (3 de noviembre de 1921 – 30 de agosto de 2003)
Interpretaba papeles de «hombre rudo». En la mayoría de sus actuaciones interpretaba a brutales detectives policíacos, pistoleros, vigilantes, boxeadores o «matones».
Comenzó su carrera de actor a principio de los años cincuenta en pequeños papeles sin acreditar. En esta etapa llevaba el nombre de Charles Buchinski y en uno de los primeros papeles que se le vio fue en la legendaria película de terror Los crímenes del museo de cera (1953) de Andre De Toth, en la que curiosamente hacía de mudo. Continua haciendo papeles secundarios y apariciones en series de televisión para curtirse e ir consiguiendo mayor relevancia a nivel profesional.
Destacan sus trabajos como secundario en westerns como «Veracruz» (1954) de Robert Aldrich, «Jubal» (1955) de Delmer Davis ó «Yuma» (1957) de Sam Fuller, en esta última haría el rol de indio, que su peculiar rostro le haría interpretar en otras ocasiones. A finales de los cincuenta trabaja en otro western, esta vez con Roger Corman, el llamado rey de la serie B, «Michine Gun Kelly», donde interpreta su primer protagoista en la gran pantalla. Además participa en capítulos de importantes series de televisión, hasta que en 1960 es elegido para ser uno de los Siete magníficos de John Sturges, junto a Steve McQueen, James Coburn o Eli Wallach, lo que inició su popularidad.
En 1961 volvería a trabajar con Corman para una floja adaptación de Julio Verne, «El amo del mundo» (de William Witney, y aparecerá en la película «Piso de lona» (1962, Phil Karlson) realizada para la mayor gloria de Elvis Presley, pero volverá a ser John Sturges, quien le consolidará como un héroe de acción cuando le llama para ser uno de los protagonistas de la fuga de la gran evasión, junto a Steve McQueen y James Coburn otra vez. Luego trabaja con Robert Aldrich en la disparatada comedia del oeste «Cuatro tíos de Texas», donde es el villano que no deja de acosar a Frank Sinatra y Dean Martin.
Aunque trabaja con directores importantes como Vincent Minelli o Sidney Pollack, su papeles en estas producciones siempre son de secundario, siendo las películas que protagoniza siempre de artesanos menores, continua apareciendo en series importantes como «El fugitivo» ó «El virginiano», y en 1967, volvería a destacar en una película coral y polémica por ser considerada como una apología de la violencia, en este caso se trata de la película de Aldrich, doce del patíbulo.
En 1968 sigue los pasos de Clint Eastwood y emigra a Europa para protagonizar un nuevo western de Sergio Leone, “Hasta que llegó su hora” al lado de Henry Fonda y Claudia Cardinale. También en Europa volvería a trabajar con John Sturges en la película «Caballos salvajes». Pero el western que más marcaría su carrera en estos momentos sería “Chato el apache” (1971), no tanto por la película en si sino porque comienza su colaboración con el director Michael Winner que será fructifera en los siguientes años. En el mismo año de 1972 rodará un exitoso thriller: Friamente, sin motivos personales, también con Michael Winner, en la que sería una de sus películas más recordada. Pero las películas que fama iban a dar al tandem Winner-Bronson serían las del Justiciero de la ciudad, saga de películas en que Bronson interpretaría a Paul Kersey, y que comenzarían en 1974 con el «Justiciero de la ciudad», continuaría en «Yo soy la Justicia» de 1982 y «El Justiciero de la noche» de 1984. Cintas de gran taquillaje aunque criticadas por su falta de calidad. Charles Bronson volvería a retomar el papel de Kersey en otras tres películas, «Yo soy la justicia II» y «El Rostro de la muerte», la primera dirigida por el veterano Jack Lee Thompson y la otra por Allan A. Goldsmith. Pese a su éxito, estas cintas no añadían nada a la filmografía del actor, que hizo sus mejores actuaciones de los 70 en títulos como «Nevada express» (1975, Tom Gries), «El luchador» (1975, Walter Hill) y «Sucedió entre las 12 y las 3» (1976, Allan D. Goldstein), todas junto a su esposa en la vida real y recurrente pareja en el cine Jill Ireland, «El temerario Ives» (1976, J. Lee Thompson) junto a Jacqueline Bisset o «Teléfono» (1977, Don Siegel) al lado de Lee Remick. En 1972 con el director Terence Young, responsable de las primeras películas de la serie Bond, protagoniza «Los secretos de la cosa nostra» (también llamada «Los papeles Valachi»), surgida dentro de una respuesta del cine europeo a la moda de películas sobre la mafia comenzada por El Padrino (y que engloba también a «Lucky Luciano» (1973), por ejemplo). En 1980 trabaja en Cabo Blanco, una especie de remake de Casablanca, donde Charles Bronson hacía el rol que hicera Humprhey Bogart en la película original, aunque la película no funcionó. Fue su segunda colaboración con el menospreciado pero interesante director J. Lee Thompson, con quien ya había trabajado en la «Caza del Buffalo Blanco», y con quien volvería a trabajar en varias películas en las que interpretaba el mismo tipo duro de siempre y que poco nuevo aportaban a su carrera («La ley de Murphy», «Mensajero de la muerte» y «Prohibido en Occidente»). En 1990 trabajaría en su última película importante: «Extraño vínculo de sangre», que supuso el debut en la dirección del actor Sean Penn.
En definitiva, un actor que siempre estuvo allí, para, simplemente hacer historia. “Los siete magníficos”, “Doce del patíbulo”, “La gran evasión”… casi nada.
Conozco a alguien que una vez lo vió paseando por Madrid, me dijo que verlo caminar sencillamente IMPRESIONABA.
Descanse en paz.–