“Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado”.
Voltaire
En una sociedad democrática existen dos esferas de actividad que definen lo público, dos esferas con actividad bien diferenciada y que requieren de perfiles completamente distintos a la hora de desarrollarla. Estoy hablando de la política y su máxima expresión; los partidos y las organizaciones políticas, y la gestión de lo público; la administración pública.
La primera es donde se definen las políticas públicas y estas solo se pueden generar del debate de las ideas y están sometidas al control de la ciudadanía mediante los procesos electorales. La segunda gestiona el dinero público para sacar adelante esas políticas públicas que ha elegido la ciudadanía y su control no pude hacerse bajo ninguna otra perspectiva que no sea la profesionalidad y el cumplimiento de los objetivos que marcan esas políticas públicas. La primera debe regirse por dos criterios fundamentales; la transparencia y la libertad, y la segunda por la capacidad profesional y la neutralidad.