Vaya por delante que soy un auténtico descreído por vocación y formación y que en esta Navarra de nuestros desvelos nada es lo que parece y lo que parece, las más de las veces no es nada, que la liamos parda por auténticas memeces y en cambio los más sórdidos escándalos y oscuros manejos pasan totalmente desapercibidos, y el caso que nos ocupa acabará en algún remoto cajón de la administración de justicia sobreseído por falta de pruebas y con un solo damnificado en forma de carrera política en el contenedor de residuos no reciclables, si Dios o Garbitania Zero Zabor no lo impiden; el ya ex Diputado Santiago Cervera.