Afirma un dicho popular que “el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”, pero al paso que vamos no sería extraño que en el futuro se pueda ampliar a “y el vasco el único ser humano capaz de hacerlo tres veces…”.
Y viene esto a cuenta de los últimos movimientos del MLNV, con su “Zutik Euskal Herria”, el polo soberanista y su versión navarra “Hamaika bil gaitezen” versiones todas ellas de su “nueva” estrategia de “acumulación de fuerzas”, entrecomillado lo de “nueva” porque si no me salen mal las cuentas es la tercera vez que nos ponen la misma piedra en el camino.
Es probable que a gran parte de los que nos consideramos abertzales la música nos suene bien y eso de la acumulación de fuerzas nos pueda hacer caer en las tentaciones más variopintas. El Gobierno frentista español de López, el no menos frentista de Sanz, acompañado este último de la exclusión sistemática de la vida política y civil de un tercio de los navarros, pueden ser elementos que nos lleven a pensar que es la única solución. Pero… La única solución ¿Para qué? o ¿Para quién?.
Y es que la acumulación de fuerzas que nos propone el MLNV con el “caramelo” del “fin de la violencia” tiene trampa, y para darse cuenta de ello no hay más que hacerse una sencilla pregunta, si el fin de toda esta maniobra es la acumulación de fuerzas para hacer frente al nacionalismo español, ¿Por qué no se desmarca la IAO definitivamente de ETA y desde una posición legal y legítima no hace esa misma apuesta?.
Y la respuesta es de un simplismo aterrador, ETA es la garante del proceso, como lo fue en Lizarra o en Loyola, pero no la garante para evitar los riesgos de una eventual negociación política con el Estado Español sino la garante de que ese proceso sea liderado por la IAO.
A la IAO no le interesa una acumulación de fuerzas abertzales, que como resulta evidente sería liderada por el PNV en la CAPV y por Nafarroa Bai en la CFN, los números no engañan, y no le interesa porque su visión del país es radicalmente distinta a la que tiene el país sobre si mismo y la única manera que tiene de cambiar esa visión es ser la protagonista del proceso.
Así, el “proceso democrático”, si fuese tal, no necesitaría ir acompañado del “proceso de paz” sino de un sencillo mecanismo para contar apoyos electorales. Pero no se trata de eso, si de eso se tratase ya hubiéramos visto el desmarque de ETA. Pero necesitan la violencia para “ofrecer” su cese a cambio de la hegemonía.
Pero como para muestra vale un botón, veamos el caso de Navarra…
En Navarra ya se ha producido la acumulación de fuerzas, se llama Nafarroa Bai, pero se ha producido al margen de la violencia, por necesidad no por imposición. Los abertzales de izquierda ya están en esa acumulación, se llaman Aralar. ¿Por qué entonces es necesaria una nueva acumulación de fuerzas sin experiencia electoral como Hamaika Bil Gaitezen? Porque Aralar puede ser mayoritaria en Na Bai pero lo que no es en ningún caso es hegemónica y Nafarroa Bai se basa en la pluralidad, modelo que en absoluto encaja en la visión totalitaria del MLNV.
Así pues, un eventual éxito del “polo soberanista” acompañado de un, más que previsible, nuevo proceso de paz, esta vez sí con garantías de éxito, que apuntalase la posición de López, la de Zapatero y la del tamdem Jiménez-Barcina y el liderazgo del nacionalismo por parte del MLNV, nos llevaría a un escenario “a la catalana” donde el nacionalismo institucional quedaría minorizado y aislado.
¿Es ese el camino que quieren tomar algunos sectores del PNV, EA y Aralar en “nombre” de la Paz? ¿Seremos capaces de tropezar tres veces con la misma piedra?
Ander Muruzabal