“Pro libertate patria gens libera estate”
Lema de Los Infanzones de Obanos
Es verdad que una red de microblogging como es la del pájaro azul y sus 140 caracteres no dan como para un debate en profundidad sobre casi ningún tema, pero no es menos verdad que muchas veces en el intercambio de ideas en corto pueden salir temas que importancia fundamental que merecen ser debatidos en profundidad.
Algo se eso me pasó ayer tuiteando sobre el Fuero vasco navarro, su futuro y la necesidad de adecuarlo a los tiempos que hoy corren. Hay quien, incluso me lanzó un reto y me instó a defender como moderna una ideología basada en los principios de “Dios y Leyes viejas”, un reto para un jeltzale reconocido. En este artículo intentare recoger el guante…
Sería poco menos que absurdo, incluso para un ateo confeso como yo, no reconocer la importancia capital que ha tenido el cristianismo, como filosofía humanista que no tanto como confesión religiosa, en el devenir de las sociedades democráticas y que sus valores políticos y sociales son parte integrante de la cultura occidental. Y no solo en lo que hoy llamamos democracias sino incluso en formulaciones hijas de del revolucionarismo francés y su libertad, igualdad y fraternidad que han dado en regímenes totalitarios al sustituir sin solución de continuidad la soberanía del rey, por la gracia de Dios, por conceptos mucho más difusos como la soberanía nacional que llevan directamente al absolutismo, incluyendo es este capítulo a la propia Iglesia Católica que fue la primera organización social cristiana que se olvido del Dios al que representaba borrando de su lista el don más preciado que otorgo Dios al hombre; el libre albedrío, por supuesto, a todos los regímenes social fascistas que cambiaron a Dios por la patria, la raza o la clase obrera y sin olvidarnos de quienes hoy lo sustituyen por el mercado, el máximo beneficio, el IBEX 35 o el Euribor…
La actualidad de Dios, al margen de las ideas muy respetables de cada cual, no es “su” iglesia ni su propia existencia o no sino los valores que inspiran el humanismo cristiano que no son otros que la justicia social.
Creo que en este sentido ha habido algún insigne jeltzale que supo expresarlo muchísimo mejor que yo…
“Cristo no predicó la bayoneta, ni la bomba, ni el explosivo para la conquista de las ideas y de los corazones, sino el amor; y, segundo, porque en vuestro movimiento proletario, vuestras conmociones sociales, a nosotros no nos asustan, salvando todas las diferencias, en cuanto en ellas existe de justicia y de verdad. Más de una vez ante las masas populares algunos de los que aquí estamos hemos dicho: No vale afirmar que todo el comunismo es falso, que todo el socialismo es falso. ¿Es que acaso estas muchedumbres se mueven todas ellas por una utopía o encadenadas a una falsedad? No; en vuestro movimiento hay una dosis formidable de justicia, un clamor magnífico de las muchedumbres que piden una renovación de esta sociedad podrida, donde se quema aquello que hace falta, a los que se mueren de hambre. Por eso nosotros, con nuestro pensamiento cristiano, os decimos que el avance social ni nos asusta ni lo tememos. Es más; podríamos presentaros programas nuestros, ante los cuales quedarais asombrados viendo cómo un pensamiento cristiano puede iluminar un avance social”.
Discurso de José Antonio Agirre y Lekube ante el Pleno de las Cortes Españolas.
1 de Octubre de 1936
Queda pues la otra parte del JEL, las leyes viejas, esas que han sido sistemáticamente despreciadas por la “modernidad” por feudales y por ser vestigios del antiguo régimen, esas que han sido tratadas ignorantemente de privilegios cuando no son más que la expresión de la voluntad y la Ley de quienes se pusieron a salvo de valores absolutos y absolutistas poniéndola por encima del soberano; “Todos igual que Vos y todos juntos más que vos” basada en el derecho consuetudinario.
No voy a defender aquí la vuelta al texto literal de los Fueros vasco navarros anteriores a 1839, más que nada porque ya no existen estancos de polvora y azufre, exportaciones de sal, Virreyes, Merinos o Señores u otras causas que tanto parece preocupaban a nuestros antepasados y, sobre todo, porque esa jamás fue la esencia del fuero.
La esencia del Fuero es la capacidad que tiene una sociedad constituida y con una identidad nacional de dotarse de sus propias leyes y de autogobernarse en función de su propia cultura y su propia tradición jurídico política sin intromisiones de otros poderes y la capacidad de pactar con otras instancias acuerdos de colaboración dejando siempre en manos de los propios vasco navarros la capacidad de modificar su propia ley, dinámica y en constante evolución. No hablamos pues de volver a textos de hace 200 años sino de devolver la capacidad legislativa a quien es titular de ella.
Es aquí donde a cualquier fuerista navarro le repugnan tanto las resoluciones sobre su fiscalidad del Tribunal Constitucional como la constante apelación al mismo de un Gobierno de Navarra que aun se dice foralista y no tiene empacho alguno en solicitar arbitraje ajeno a quienes por Ley no tienen capacidad alguna. Bueno sería en ese sentido que tan constitucional tribunal leyese el texto que le da origen, en especial aquella parte que se dio en llamar Adicional Primera.
Es esa capacidad la que nos puso a salvo de poderes absolutos y nos garantizó ciertas cotas de libertad. Ya lo vieron así los constitucionalistas de Cadiz
“La Constitucion de Navarra, como viva y en exercicio, no puede menos de llamar grandemente la atencion del Congreso. Ella ofrece un testimonio irrefragable contra los que se obstinan en creer extraño lo que se observa hoy en una de las más felices y envidiables provincias del reyno, provincia en donde cuando el resto de la Nacion no ofrecia más que un teatro uniforme en que se cumplia sin contradiccion la voluntad del Gobierno, hallaba éste un antemural inexpugnable en que iban á estrellarse sus órdenes y providencias siempre que eran contra la ley ó pro comunal del reyno”.
Del discurso preliminar de la Comisión Constituyente. Cadiz 1812
Lástima que después de tan hermosa reflexión hicieran exactamente todo lo contrario a lo que tan bueno les parecía.
Así pues hoy el viejo lema JEL se podría traducir perfectamente por Justicia social y Libertad…
¿Hay algo más moderno que eso?
Ander Muruzabal