«Gu gaurko euskaldunok gure aitasoen illezkorren oroipenean, bildi gera emen gure legea gorde nai degula erakusteko”
«Nosotros, los vascos de hoy, nos hemos reunido aquí en inmortal recuerdo de nuestros antepasados, para demostrar que queremos seguir manteniendo nuestra ley».
El pueblo de Navarra en 1893. Monumento a los Fueros. Iruña
El próximo sábado la plataforma Nafarroabizirik ha convocado a todos los navarros de ambos lados del Bidasoa en lo que denominanla Gran MarchaNacionalNavarra en conmemoración del 5º Centenario de la Conquista violenta del Reino de Navarra por las tropas castellanas de Fernando El Católico.
Bien esta, y en esto no queda más que reconocer la ingente labor desarrollada por las recientes generaciones de historiadores navarros, recuperar nuestra historia real, que al igual que nuestra cultura o nuestras raíces jurídico-políticas así como nuestras originales formas de socialización han sido progresivamente suplantadas y no sin la inestimable ayuda de algunos de los navarros más influyentes del último siglo; “un pueblo que no recuerda su historia corre el riesgo de repetirla”, pero no caigamos en la tentación de hipotecar nuestro futuro a unos hechos que ocurrieron hace más de cinco siglos. Los navarros de entonces tuvieron su oportunidad, los navarros de hoy tenemos la nuestra.
En 2012, hoy, quinientos años después, Navarra lastrada por la crísis económica a que nos ha llevado la dejación de nuestro autogobierno protagonizada por quienes no han creído nunca en esta tierra y tienen sus centros de decisión mucho más abajo del Ebro, está a punto de sufrir una “conquista” mucho peor que la de 1512, la última página antes de que pase definitivamente a la estantería de la historia.
La subordinación constitucional, el despiece del autogobierno fiscal, la liquidación de nuestras instituciones financieras, la limitación de competencias, el abandono de la educación y la cultura propias no son sino los últimos pasos para nuestra total asimilación, algo que nos ligará definitivamente a un proyecto nacional fracasado y ajeno.
A cambio, nuestra conciencia nacional parece estar ligada a historicismos, reales o no pero que en todo caso poco tienen que ver con el estado que ellos reivindican, de quienes quieren aprovechar lo que sucedió hace más de 500 años para, en un determinismo digno de mejor causa, crear una nación con unos postulados y una organización social tan ajena a nosotros mismos como la que pretenden denunciar y que al parecer nos viene impuesta desde no se que vocación universal impuesta a nuestra propia voluntad.
Desde el “destino hispánico” de quien dice ostentar el Principado de Asturias ala Euskal HerriaSocialistabasada en el estado Bascón primigenio, todos parecen querer olvidar lo que pensamos y lo que queremos los vascos de hoy, los navarros de hoy…
Uno de nuestros “autores olvidados”, Angel Sagaseta, ya lo formuló en 1839, cuando de verdad comienza nuestro proceso de desintegración del Estado Navarro.
“Navarra es por definición un estado constitucional, los fueros han permitido un control del poder real y una separación de poderes, desde hace siglos. Si las formas y estructuras se han quedado anticuadas las Cortes con el Rey son la institución legítima para realizar los cambios. Navarra tenía y tiene capacidad constituyente y someterse a una ley ajena, como la Constitución española de 1837 (Lo mismo, por supuesto, es aplicable a la del 78), supone la destrucción misma de sus fueros”.
Y ese precisamente es el reto de los navarros de hoy, dotar a Navarra de una Constitución propia acorde consigo misma y desde su capacidad constituyente como sujeto de decisión política. Ya no caben medias tintas, la salida de la crisis económica y la construcción europea son desafíos que los navarros no podemos dejar en manos ajenas so pena de dejar de serlo.
Es hora de recuperar el viejo lema de los Infanzones de Obanos “Pro libertate patria, gens libera estate” “Hombres libres en una patria libre” y definir nuestro propio futuro sin complejos y sin rémoras históricas, desde nuestro autogobierno secular.
“Gu euskaldunok beste Jaun eztegu jaungoikoa baizik. Atzekoari estatua ematen degu onirizkero baino eztegu nai aien uztarria jazan. Aditu ezazue ondo, gure semeak”
«Nosotros los vascos, no tenemos más señor que Dios. Al extranjero le damos acogedora hospitalidad, pero no queremos soportar su yugo. Oidlo bien, hijos nuestros».
El pueblo de Navarra en 1893. Monumento a los Fueros. Iruña
Ese es el legado de nuestros antepasados, nuestra Ley y nuestra propia capacidad como hombres libres de cambiarla.
Ander Muruzabal