http://www.youtube.com/watch?v=776rIpMQ6YI
Probablemente no sea una gran película, probablemente. Probablemente aquel puente en blanco y negro fuera el mejor tendido de mi vida, probablemente. No siempre llueve sobre el Puente Milvio, esa noche hacía frío, nunca lo hubo en mi corazón. Las imágenes del video las viví tan intensamente como estos protagonistas de ilusiones espontáneas. Ella no tiene boli, pido uno entonces a un chico solitario de mirada triste pero no me entiende, se dice «penna» en italiano, no lo recordaba, lo aprendí en ese momento. Con inquieto pulso ella y yo abrazados, escribimos nuestros nombres en aquel candado que tú me regalaste escondido tras tus húmedos ojos de mirada expresiva, romana, eterna. Devuelvo el bolígrafo al chico triste que contempla la farola repleta de ilusiones, su gesto me dice que la desilusión quinceañera de una chica ha llamado a su puerta, le animo con un «no te preocupes habrá muchas más llaves que cierren candados». Después en compañía de mi romana Sophia de española mirada, la espalda al Tiber de arrojadizas pasiones desbordadas de amor y unidas por unos segundos para lanzar la llave al rio de la inmensidad, por un momento el tiempo se para y me susurra algo que no logro comprender ni tampoco necesito saberlo, son asuntos del corazón. Más tarde nos alejamos en silencio en aquel paseo mal alumbrado que nunca necesitó mas luz que la de tu presencia, yo… pasaba por allí para tal vez nunca más volver si no es junto a tí. En el puente Milvio, en el puente Milvio…