Bullitt es cine puro, la atmósfera irrepetible y mil veces mal copiada de una leyenda. Esencia de San Francisco, persecución inolvidable y genuina, hasta el gazapo del escarabajo es perfecto… se respira tensión, carácter, adrenalina, libertad indomable de un auténtico animal de la pantalla. La mirada real de la sospecha que ya dejó de serlo en el aparcamiento semivacío de un soleado día en la bahía. Ford Mustang verde oliva, rival de su enemigo el sobrio Dodge Charger negro acharolado de ocupantes oscuros. Guantes de profesional para el veterano mudo y malvado, al que acompaña un malísimo y frio caballero de cabello blanco y rostro cuadiculado. Lalo Schifrin les acompaña con su melodía intrépida de sonidos sensibles en manos temblorosas de un volante que vibra. Sabe irse a tiempo para dejarnos el rugido del Mustang característico y pasional mezclado con el rudo carburador del Dodge. Se observan, se estudian, y llega el momento histórico que quedó en mi retina para siempre… al observar atónito el antagonista dónde diablos se ha metido nuestro Bullitt, y aparece de repente en el retrovisor del «malo» como surgiendo de las entrañas de la tierra, subiendo ese desnivel de carreteras diseñadas para el despiste. Simplemente genial.
http://www.youtube.com/watch?v=NmmwqbhNSco