Los años te dieron la verdad de una madre que creías muerta, que nunca apareció para luego encontrártela internada en un hospital psiquiátrico, timidéz perpetua del duro revés que te hizo criarte con tu tía; y rompiendo el espejo del pasado te aventuraste en Brodway para interpretar la obra llamada buenos tiempos. Era el principio del éxito.
Principios discretos en la Paramount para encontrar la cámara, a sus actrices y al público, y se topó con Marlenne Dietrich, Loretta Young o Katherine Hepburn, Rey de la comedia romántica y golfo refinado imponía su personalidad sobre los personajes. Con sus movimientos suaves era árbitro de la elegancia en Hollywood, su aspecto parecía el de un iniciado del culturismo alto y fuerte, aunque nunca dió la sensación de rudeza, sino todo lo contrario. Extraño don el de hacer reir y emocionar a su vez. Todo lo hacía simple, sencilléz del que lo dificil lo hace fácil, sólo por el hecho de ser cotidiano. Serenata Nostálgica de un un corazón en peligro, por esa simplicidad es hoy recordado, sin grandes alardes su figura se convirtió en esencia del cine. La fiera de mi niña, Historias de filadelfia, Arsénico por compasión, heroe elegante en Gunga Din, solo los ángeles tienen alas. Alter ego paradógico de un tal Alfred Hitchcook, Sospecha, Encadenados, Atrapa a un ladrón, y la genial e inigualable Con la muerte en los talones . El mito del glamour que a partir de esta película sería consagrado como el hombre del traje. Traje impecable a medida de la estrella que hoy se pisa en el paseo de la fama.
Jamás se ha visto ni se verá un actor al cual le quede un traje perfecto, salvo a Cary Grant, envidia de Giorgio Armani que hoy no lo puede vestir.
Irónico George Kaplan que por una equivocación se mete en un lío que incluso parece gustarle. Que grande es el cine cuando corres delante de una avioneta fumigadora de fotogramas de historia y te lanzas al suelo con la muerte en los talones… ésa que te alcanzó en 1986 a los 82 años, todo un símbolo de la historia del cine. Cinco veces casado su vida privada era discretamente escandalosa, aunque nunca fuera de la habitación, planenado hoy en día la duda absurda sobre si era o no gay,(que mas da) sabemos que por sus brazos pasaron Marilyn Monroe, Sophia Loren, Deborah Kerr, Grace Kelly, Ingrid Bergman o Doris Grey entre otras.
Cary Grant… ¿dónde hay que firmar?
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http://www.youtube.com/watch?v=g458w2X9uHc


Steve McQueen eterno gesto espontaneo dominador del tiempo, agujas de un reloj que dejó de funcionar cuando nos abandonó cruzando las alambradas del destino. Aquel que sobre la moto de grandes evasiones se detuvo en un cruce de caminos entornando la mirada molestada por el sol, con su guante de baseball sostiene la bola de la vida que golpea una y otra vez contra la pared del silencio, encerrado en la nevera del exceso tenaz, de vidas aceleradas en cada pisotón de su ford mustang. Emprende la huida hacia el sur de bancos robados de amor, a su lado su perdición McGrau y él mismo, ninguna droga fue tan dura. Hombre fuera de su tiempo, uno de los siete magníficos, quizá el mas grande bajo la atenta mirada del bueno de Brynner, eclipsado por el descaro de un rubito de apellido escocés. Rey del juego por un dia predestinado al fracaso de un perdedor en racha, reflejo del espejo de un apartamento soltero de cafés sin filtro, resaca del whisky en partidas de pocker la noche pasada. Y al bajarse de un coche mal aparcado, nos mira diciendo que siempre estará vivo dentro de nuestros corazónes mientras suena una melodía de Lalo Schifrin.
Si con alguien quiero comenzar mi pequeño gran rincón de cine es con Paul Newman. Pocos actores han tenido el privilegio de ser elevados en vida al mas exclusivo Olimpo de aquel Hollywood dorado en alarmantes vías de extinción. Atenazado en sus inicios por diversas sombras y prejuicios (sus odiosas comparaciones con James Dean o Marlon Brando y su insultante atractivo físico) Newman supo trascender a todos sus detractores a base de crearse una leyenda, indomable desde luego, forjada con titulos inmortales como la gata sobre el tejado de zinc, el buscavidas, marcado por el odio, dos hombres y un destino, el golpe, veredicto final o el color del dinero, por la que fue oscarizado. A sus espaldas ocho nominaciones al oscar y continuos «insultos» cinematográficos, por ejemplo no ser premiado con la estatuilla por la leyenda del indomable una verdadera obra de arte donde roza el cielo con su memorable Luke Jackson, la sonrisa del cine, el carisma de un hombre que ha vencido al tiempo con la mirada azul que siempre quiso esconder para lo que él consideró su mayor defecto, tener los ojos bonitos. Mas allá de lo físico se encuentra un perfecto actor, aquel amante del método que de chico nunca quiso trabajar vendiendo zapatillas en una carretera de Cleveland. Y es allí en Ohio donde nace un 26 de enero de 1925, para convertirse en lo que sería un verdader actor al ingresar en 1952 en el Actor´s Studio de Nueva York. A partir de ahí comenzaría su meteórica carrera, esa de la que esta tan orgulloso, tanto que ni siquiera nunca le dió importancia, es Paul el que imprime un carácter en cada guíon que hace que todo sea diferente, carisma, ironía, naturalidad, humor, control, disfrute de una vida entregada a la cámara. Nombrado por la revista Radio Times mejor actor de todos los tiempos, el perenne marido de Joanne Woodward es uno de esos mitos necesarios para todos los amantes del cine clásico, moderno y eterno.