Terror a través del espejo
Dirección: Alexandre Aja. Intérpretes: Kiefer Sutherland, Paula Patton, Amy Smart, Cameron Boyce, Erica Gluck, Jason Flemyng. Nacionalidad: EEUU. 2008. Duración: 110 minutos.
En apenas tres películas ha gastado Alexandre Aja un nombre, el suyo propio. Era un nombre llamado a brillar. La primera vez que de este cineasta francés se tuvo noticia fue una pequeña sacudida, un relámpago que centelleó en el festival de Sitges, donde Aja acaparó premios y parabienes con su segundo largometraje, titulado Alta tensión . Han pasado apenas cuatro años y dos películas más para que, sobre aquel incontestable calambrazo, ahora se perciban sombras de duda. Tras Alta tensión , Aja hizo un remake inteligente y efectista deLas colinas tienen ojos . Sin ambicionar renovar el género ni conformar una obra de esas que ahora se denominan icónicas, Aja demostraba al talento de su inicio, una capacidad de adaptación a la gran industria. O sea, sabía trabajar bien para Hollywood.
Por eso, cuando se anunció Reflejos , Aja parecía reafirmarse en su imagen pública. Para entendernos, Aja volvía a incidir en ese cine de género que le vio nacer, el terror. Además, lejos de arrogarse una voz singular, repetía esa actitud que unos tildan de artesana y otros de mercenaria: trabajar para cuenta ajena y trabajar para el público.
Esa aparente falta de pretensiones, más formal que real, encierra una declaración de intenciones. La paradoja se produce cuando Aja abrió hace una semana con su Reflejos el festival de cine que le vio nacer, Sitges. Y además, adaptando un filme de bandera coreana, oscuro e irregular que se presentó en este festival catalán el mismo año en que él triunfaba con Alta tensión . Como si de una maldición se tratase, ese espacio que lo encumbró en su día fue testigo hace siete días no de su descalabro, pero sí del alto peaje que exige el cine comercial cuando sobre éste penden excesivas expectativas. Pero conviene no exagerar. No sería justo ni con el cineasta francés, ni con este filme más que correcto que empieza con mucha fuerza para diluirse conforme avanza su propuesta. La idea original que en su versión oriental, Geoul Sokeuro (Into The Mirror) , se agrietaba por la debilidad interpretativa, aquí no se rompe pero no logra sobrevolar por encima de un argumento más ingenioso que profundo, más sorprendente que inquietante. Podría perturbar, pero prefiere los sustos.