El halcón, las víctimas y el búho
Dirección: Robert Redford. Intérpretes: Robert Redford, Meryl Streep, Tom Cruise, Michael Peña, Andrew Garfield, Peter Berg, Derek Luke. Nacionalidad: EEUU. 2007. Duración: 96 minutos.
Tres escenarios, como un trípode anclado en la tierra, sostienen el oscuro y errático lamento implícito en este Leones por corderos . Su título, se nos dice, arranca de una mezcla de admiración y estupor de un oficial alemán al contemplar cómo, durante la Primera Guerra Mundial, los soldados británicos morían con bravura ante la falta de grandeza de sus mandos. Traspasado al tiempo presente, y según la mirada de Redford, los infantes americanos serían los heroicos leones y Bush y sus correligionarios, los infames corderos.
En este tríptico a la desorientación, Redford propone tres escenas independientes. En una, un halcón de Bush arrincona a una experimentada periodista con complejo de culpa. En otra, un veterano profesor libra una batalla contra un alumno privilegiado sobre el que se proyecta el símbolo de la juventud norteamericana. En el tercer escenario, dos soldados caídos en medio de las nevadas cumbres de Afganistán esperan una muerte sin remedio a cargo de los hombres de Bin Laden, retratados como una jauría de perros. Ellos son los leones, dos brillantes estudiantes. Afroamericano uno, mexicano el otro, que tras el 11-S decidieron defender los ideales del sueño americano. Los otros, sombras negras que escupen la muerte.
El problema de esta película de barniz liberal y patriótico acabado reside en su indefinición. Pedagógica, sin ideas ni personajes auténticos, Leones por corderos se pierde en el terreno de la impotencia. Como el rey Salomón, Redford se pone equidistante. A un lado, coloca al títere de Bush, un ambicioso cachorro que va para presidente para quien la única salida posible de Irak es la victoria y la aniquilación. En el otro, un profesor progresista hace un llamamiento a la milicia popular, a la responsabilidad individual y a un patriotismo idealista tan ingenuo como epidérmico. Y entre ambos extremos, coloca a dos valientes soldados sacrificados por un Abraham sin ángel que detenga la mano. Si especialmente pobre resulta el debate entre los personajes de Cruise y Streep, inocuo es el discurso del personaje del propio Redford. Sin mordiente, sin tensión y desbrujulado, Redford olvida lo esencial: los que mandan no son corderos, sino patrióticos lobos sanguinarios.
Sólo comentar que a mi me parece que Redford no se pone equidistante, para nada, en esta película. Precisamente a mi lo que más me chirría de todo es el desparpajo con que Redford hace su declaración de principios forzando bastante el guión bastante.
Me gusta mucho el duo interpretado por Cruise y Streep. No es de sorprender lo bien que se desenvuelve Meryl Streep, pero si llama la atención lo bien dirigido que está en esta película Tom Cruise. En esta escena me parece que Redford puede ser cualquier cosa, menos equidistante. Creo que se moja y bastante y que le quita la careta al Poder Político y a la Prensa y para nada me parece este debate pobre. De hecho me parece la parte más brillante del guión que, sin ser nada del otro jueves, establece con claridad y precisión lealtades, dependencias y consecuencias. A mi si hay una cosa que me parece clara en esta escena es la indolencia del personaje de Meryl Streep que se niega a aceptar su culpabilidad hasta que Cruise consigue hacerle sentir culpable lo que le llevará a ésta a no escribir el artículo requerido en un gesto de intento de redención. Pero de complejo de culpabilidad preexistente a la entrevista con el Senador, nada de nada. Muy al contrario parece que tiene un idea de si misma bastante distinta a la de la culpa.
Me parece que para ver esta película hay que tomar más distancia y entender que está dirigida a un sector del pueblo estadounidense que paga y observa una situación político/bélica que les pilla a la vez cercana y lejana y mantiene en ellos como colectivo un permanente estado de desinformación y confusión. En este sentido a pesar de esos fallos formales me parece una película perfectamente válida e incluso oportuna y necesaria.
Creo que esta película está muy lejos de los mejores trabajos de Redford y quizá yo también me decepcioné en el sentido que esperaba del director de Un lugar llamado Milagro y Quiz Show, que fuera un poco más al oeste. Pero aún así me parece una película valiente en la época que se vive en U.S.A..
Inocuas, desorientadas y pobres me patrecen otras muchas películas y en nuestro país sabemos mucho de producirlas. Ya me gustaría que hubiera aquí cine autocrítico de ese nivel.
Y para finalizar cuando leo esto esperan una muerte sin remedio a cargo de los hombres de Bin Laden, retratados como una jauría de perros Me pregunto si quizá yo he visto una versión censurada, cortada, mutilada o ¿qué?
😳 😳 😳