EL TRAUMA*
Vamos a continuar con el repaso a las teorías freudianas. Intentaremos decir de otros modos cosas que ya hemos dicho y trataremos de ampliarlas
El trauma es un concepto conocido. Ha sobrepasado los medios psicoanalíticos y se ha hecho un lugar en el discurso corriente. Pero la idea que circula de trauma está bastante mal entendida. Se tiende a pensar que en la infancia hay quien pasa por un trauma y quien no. Es decir que depende de las condiciones de la vida infantil de cada uno.
Este modo de pensarlo deja de lado las ideas tanto freudianas como lacanianas de que el trauma es estructural. Es decir que es universal y para todos.
Para Freud son las condiciones particulares en las que el cachorro humano viene al mundo las que hacen del trauma una experiencia inevitable. La situación real del recién nacido es de desamparo. Se está abandonado al Otro, se está a merced de la potencia del Otro protector. La presencia del Otro protege de ese desamparo. Así aparece la ilusión imaginaria de que a ese Otro no le falta nada, y nos puede proteger de todo. Las experiencias en lo real de que no es así, nos despiertan al mismo modo que las pesadillas.
Freud habla de tres situaciones en las que para el bebé se presentifica el desamparo. Cuando una persona extraña aparece en el lugar en el que se esperaba ver aparecer a una persona familiar…Cuando se encuentra solo…Cuando se halla en la oscuridad. Pero precisa que las tres situaciones se convierten en una sola cuando el sujeto advierte la falta en ese Otro, en la persona amada y anhelada. Advertir la falta en lo protector angustia porque disminuye el sentimiento imaginario de invulnerabilidad. Eso aviva la sensación de desamparo e introduce al sujeto en una profunda soledad.
Esa sensación de desamparo retorna con frecuencia en los adultos. Ante la muerte por Ej. La muerte es extraña. Es segura, no es incierta, pero si es extraña. Freud la considera por un lado una herida traumática porque es un real que les recuerda a los humanos la profunda indefensión que los caracteriza y por otro lado una fuente de angustia porque implica una expectativa estructural con respecto al instante en que tocará a las puertas de cada uno. La muerte es para el ser humano lo más desconocido porque no es representable (lo venimos llamando inasimilable para el juicio) Es lo más extraño y a la vez lo más íntimo (lo venimos llamando extimo) La muerte angustia porque representa un sin sentido aterrador. Y es traumática porque al no ajustarse a ninguna medida resulta inadmisible.
El extraño también angustia porque más allá de su religión, idioma, costumbres o prácticas puedan ser vividas como peligrosas, el extraño encarna la incertidumbre que rige la vida humana.
Pero cada uno es más sensible o menos al desamparo de acuerdo con su novela familiar, su estructura clínica, el lugar que ocupa en los vínculos sociales y los recuerdos simbólicos e imaginarios de que disponga en cada circunstancias.
* Extracto del articulo “Trauma” de Héctor Gallo en “Silicet”
Héctor Gallo es miembro de la AMP
DESAMPARO
Vamos a comentar una frase del artículo anterior “Cada uno es más sensible o menos al desamparo de acuerdo con su novela familiar, su estructura clínica, el lugar que ocupa en los vínculos sociales y los recursos imaginarios y simbólicos de que disponga en cada circunstancia”
En un artículo anterior hablamos de tres tiempos del Edipo. Un primer tiempo de creencia e identificación a la potencia materna…caída de esa creencia y paso a un segundo tiempo de creencia en la potencia paterna…tercer tiempo. Con la caída de esta segunda creencia se abre para el sujeto la vía de la aceptación de la castración. Esto conlleva que si bien cualquier Otro de la potencia, está barrado, no le alcanza, eso no impide que sea el garante de un cierto orden del mundo. Garante de un cierto semblante con el que ordenarnos y ordenar las relaciones de los unos con los otros. A ese Otro garante de un cierto orden del mundo Lacan lo llamó durante mucho tiempo lo Simbólico
Garante también de un cierto tipo de amor, el amor a la falta. No es necesario que una madre o un padre sean perfectos para amarlos. Y lo mismo hermanos, parejas, amigos.
Asumir la castración es también poder soportar que no son “todo madre” “todo padre” sino que también son un hombre y una mujer castrados, llenos de limitaciones, egoísmos, y miserias humanas. Eso permite no quedarse en la reivindicación del “Me hicieron, no me dieron….tenían que haberme dado…” Y tampoco en el “Les debo todo lo que me dieron…”
Hay deudas que no se pueden pagar. Son deudas simbólicas que revierten en la vida Lo que los padres nos dieron es la vida y eso es imposible de devolver. De eso siempre se está en deuda.
La novela familiar….Si decimos novela es porque, nuestra historia, solo nos es posible pensarla novelada. Son las interpretaciones de los hechos que vivimos, no los hechos en si, lo que consideramos nuestra historia. Nosotros hemos escrito nuestra historia… Un psicoanálisis consiste en rescribirla incluyendo algunos datos que no habíamos incluido y que la resignifica de otro modo.
Por eso no está escrita con los mismos criterios cuando un sujeto se ha quedado fijado en una etapa del Edipo, que cuando se ha quedado fijado en otra o cuando más o menos ha pasado por todas. (Nadie pasa bien por todas, pero si unos mejor que otros)
Por ejplo: Un sujeto que se ha quedado fijado a la potencia materna y no ha dado los pasos siguientes que suponen convivir con la falta, sin que eso sea dramático, es muy probable que cuando se confronte a frustraciones, desilusiones, desavenencias, males físicos, etc., su vivencia sea de catástrofe. Viva cualquier cosa como un desamparo catastrófico, y pase a una angustia insoportable, o a la ira…. O a ambas.
La estructura clínica…La división clásica de neurosis, perversión, psicosis, con sus subdivisiones, dependen de los momentos de fijación en las etapas del Edipo. La estructura clínica la podemos considerar aquí, como un estilo fijo de reacción ante la presencia de lo que falla. Lacan lo decía con humor “Cuando los clavitos no entran en los agujeritos” Podemos pensarla también como una defensa tipo que se pone en acción cuando la castración se nos hace irremediablemente presente Por ejplo…Un rechazo amoroso será significado de diferente manera según cada estructura.
Los vínculos sociales…y los recursos imaginarios… Muchos sujetos que quedaron fijados en etapas tempranas del Edipo, han logrado construirse recursos imaginarios
y vínculos sociales sólidos que les permite una buena defensa contra la vivencia de desamparo. Si bien Lacan consideró un tiempo a los recursos imaginarios como frágiles, terminó por considerar que un buen imaginario de seguridad podía servirle a un sujeto como suplencia del recorrido edípico Es decir como suplencia del Nombre del Padre
Los recursos simbólicos… Los recursos simbólicos tienen que ver con el amor a la falta. Con la reconciliación con lo barrado y la aceptación de la diferencia. Lo más habitual es que eso no se haya llevado a cabo, al menos del todo. Lo vemos con claridad en las tendencias sociales. En esa carrera sin fin por ser siempre jóvenes, guapos, sanos y llenos de objetos. En esa insatisfacción que, se consiga lo que se consiga, hace pedir siempre más, y se lanza a perseguir el horizonte
Hola Teresa¡ He leído los últimos artículos del blog y me han gustado. Cada vez los entiendo mejor. Te quiero hacer una pregunta. Me gustaría que hablaras de la erotomanía ¿Tiene que ver con la paranoia o puede darse en cualquier estructura? ¿Son episodios como la depresión? Gracias. Ange
CONTESTACIÓN
Para hablar de erotomanía tenemos que comenzar hablando de la psicosis.
La psicosis es uno de los modos de estructurarse el psiquismo. Los otros dos modos son la neurosis y la perversión. El modo normal no existe. Todos son modos de defensa ante el agujero de la no relación sexual. Suplencias que metaforizan la falta. La hacen presente al mismo tiempo que la velan.
El que el psiquismo se estructure de un modo u otro depende de lo que hemos venido explicando como el Edipo freudiano con sus tres tiempos, sus posibles atascos y fijaciones
Otro modo cómo lo hemos explicado es con la Metáfora paterna lacaniana. Sabemos que la Metáfora paterna, es una forma de explicar la operación por la cual se asume la castración y con ella la falta en el saber y en el gozar. Es una operación por la que se introduce un significante llamado Nombre del Padre que saca al sujeto de la lengua materna para lanzarlo a la sujeción del lenguaje, de la cadena significante. Y con ello al mundo y a los otros. Si esto funciona la estructuración será neurótica.Cuando esto falta el psiquismo se estructurará de otra manera.
Hacia mitad de su enseñanza Lacan llega a la concusión de que no hay un solo modo del Nombre del padre. No hay un solo modo de introducir la falta en el saber y la falta en el gozar. Llega a la conclusión de que cada sujeto puede inventar su propio Nombre del Padre. Vamos a decir su propia “operación de castración”
Por tanto, habría una manera estandar: la Metáfora paterna que daría como resultado la estructura neurótica y otras invenciones más particulares y que darían como resultado los diversos modos de la psicosis. Haciendo un símil, Lacan habla de trajes de confección- todos iguales- y trajes a medida- todos distintos-
En cuanto a su consistencia podríamos decir que los trajes de confección no están nunca muy bien cosidos y se descosen con cierta facilidad. En cuanto a los a medida los hay más resistentes o menos.
Esto permite que haya psicosis estabilizadas que no se distingan en su vida de una estructuración neurótica. La angustia y los síntomas aparecen cuando en un ser hablante se resquebraja eso que hemos llamado traje u “operación de castración”. Cuando eso que introdujo la falta, falta.
Para estudiar la erotomanía vamos a referirnos a la paranoia: La desconfianza es el rasgo propio de la paranoia. El Otro, es pensado como hostil, y con la mala intención de tomar al sujeto como objeto de goce, de gozarlo. Esto suele terminar en algún tipo de delirio de persecución. Es decir que el Otro es pensado como gozador, se le supone un goce al Otro. Y en cada caso las figuras que tomará ese Otro serán particulares.
La erotomanía es ya una manera de ponerle un nombre a ese goce que se le supone al Otro. Y ese nombre es el postulado “El me ama” La erotomanía propiamente dicha es la convicción delirante de ser amada. En el caso de la mujer de ser amada por el Hombre, Hombre que se presta a una confusión con Dios, o su representación en la tierra. Esta convicción delirante puede llevar a perseguirlo. Esto sería en los casos más graves, es decir en las psicosis extraordinarias.
Están también las formas moderadas de la erotomanía en las psicosis ordinarias. Las psicosis ordinarias son aquellos casos en los que el sujeto ha encontrado una forma de anudamiento o enganche. Ha conseguido construirse un traje que mantiene su psiquismo estable. Con una fórmula que no es el Edipo y que en muchos casos consiste en una identificación imaginaria, en otros casos el vínculo con un partener, en otros una tarea muy propia etc. Se trata de variaciones en la respuesta que el sujeto da al goce y a la muerte.
Son enganches que en general se sostienen en relación a Otro social, y que a veces pueden tomar la forma de un estilo erotomaníaco. El sujeto está anudado a un “sentirse apreciado” dentro de un grupo o una comunidad, lo cual sostiene su narcisismo suficientemente. Eso genera también obligaciones sociales que lo mantienen en un equilibrio vivible.
Podríamos decir que tanto en las psicosis extraordinarias como en las ordinarias la erotomanía “protege” de la versión de un Otro hostil y amenazante. El sujeto para ello produce un cambio en el postulado “El Otro me odia” por un postulado más confiado “El Otro me ama” En ese sentido tiene que ver con la paranoia. Se podría considerar como una defensa lograda contra la paranoia
En la neurosis también encontramos formas erotomaníacas, pero no hay certeza. Toman más bien la forma de “No sería nada sin mi” que a tantos sacrificios puede arrastrar.
No sabría como relacionar esto con la depresión, pues la depresión en si, no es un concepto psicoanalítico. Es un concepto médico, que nosotros debemos discernir en cada caso de qué se trata.