Diario de Miguel (miércoles, 13 de abril)

Tercera sesión. Ya ha pasado más de la primera semana. Solo quedan siete semanas y (menos de) media. Hoy ha tocado trabajar la resistencia. Quitando los estiramientos del principio y del final, hoy se trataba de correr. 17 grados y sol, día perfecto para salir por primera vez de Zentrum y trotar algo menos de 15 minutos por el polígono industrial de Barañáin. «Inspirad y espirad por la nariz para aumentar la capacidad pulmonar», nos dijo Rubén Ayarra. Lo hice en la primera vuelta, pero en la segunda (dimos 3) me pasé a la boca, que ya estaba sufriendo. Y ese sufrimiento crecía cada vez que cruzábamos por la terraza de un bar en el que se veían (y olían) platos combinados y se veían cervezas bien frescas. Eran casi de las tres de la tarde y no habíamos comido. Eso no se hace. Y bueno, lo de ‘trotar’ para nosotros era un decir, ya llegamos al final de ese ‘calentamiento’ un poco cansados. Y eso después de esquivar a un empleado de Prosegur con una escopeta, que había un par de camiones amarillos, se ve que trasladando dinero (no todo está en Panamá), mientras nosotros ‘trotábamos’. A partir de ahí, preparación para el reto final del día: ocho series de un minuto corriendo a media-alta intensidad con un minuto y medio de descanso entre cada serie. Se hicieron largas, pero se hicieron, que es lo importante, y acabamos cansados, que de eso se trata. Es curiosa la importancia de la psicología, porque, como ya nos avisó Rubén, cada descanso de minuto y medio se te hacía más corto que el anterior. Y no había trampa (creemos). Para mañana jueves se anuncia guerra. Aritz Altadill nos dijo que «va a ser una sesión interesante», y ante mi pregunta de «¿qué significa interesante?» me respondió que, haciendo referencia a un post anterior, va a haber «tomate». Toca entrenamiento funcional, rollo crossfit. Mientras, a tope de verduras y pescado. La pescadería, otro lugar inédito hasta ahora. Quién me ha visto y quién me ve.

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