SIN MIEDO AL RIDÍCULO

La oposición arremete contra el Gobierno con todo lo que puede aun a riesgo de patinar en los argumentos. Basta con levantar la voz y echarle un poco de jeta

No ha sido un buen verano para quienes aspiran a un hundimiento económico de Navarra como vía rápida para recuperar el poder, o al menos para quitar a los que están, que es de lo que se trata. A rabiar que andan los pobres, que después de comerse lo mejor de la crisis a limpio tajo presupuestario, incluido el mayor recorte de gasto social que se recuerda, ahora andan no saber cómo meterle mano al Gobierno. Así que se agarran a lo que pueden.

No hay más que mirar al PSN, que después de 30 años en la oposición por primera vez se le ve con ganas de verdad de cambiar al Gobierno. Lo mismo sale Carlos Gimeno, el cowboy pendenciero que han puesto a dar lecciones de Educación, a decir que “todo” ha ido a peor con este Gobierno. Que mandan a Guzmán Garmendia a denunciar que “el Ejecutivo está siendo incapaz de hacer de nuestra Comunidad Foral un espacio atractivo para las empresas”.

Lo dice porque la multinacional Findus ha anunciado su intención de trasladar las oficinas a Madrid. Y eso es culpa del Gobierno de Navarra porque “el cuatripartito genera inestabilidad” y porque los inversores ven en él “una verdadera amenaza para sus intereses”. “La falta de voluntad clara en la inversión de infraestructuras como el TAP o las carreteras, y determinadas afirmaciones en relación a posibles cambios fiscales, sitúan a las compañías existentes en Navarra y de las que se hubieran planteado venir en un mar de dudas, lo que a la postre se traduce en lo que estamos viendo”, explica el ideólogo económico del PSN.

Un discurso tan de izquierdas que lo comparte a pies juntillas una socialista como Ana Beltrán. “La irresponsabilidad del Gobierno de Barkos con sus abusivos impuestos está provocando una fuga de empresas de la que llevamos tiempo alertando”, apunta la líder del PP con su habitual tono barrio bajero de ‘Mira pava que te meto’. Según Beltrán, en Navarra se han aprobado “reformas fiscales abusivas” para “sangrar a las empresas, asfixiándolas completamente, hasta no dejarles otra alternativa que irse”, porque lo que quieren los malvados gobernantes con sus “políticas sectarias” es “convertir Navarra en un erial”.

Por lo visto, están convencidos -o nos quieren convencer- de que el Gobierno foral está arruinando la Comunidad. Y de que además lo hace queriendo, por fastidiar. Lo que desde luego es un reto mayúsculo con el PIB creciendo al 3,4% y por encima de la media del Estado, con una tasa de paro por debajo del 10% y con el flujo de empresas en saldo positivo (33 entradas y 23 salidas en el último trimestre).

Es que hasta han salido los de Findus a decir que lo de la política fiscal pues como que les da igual, y que se van porque en Madrid hay más aviones, mejores trenes y vive más gente. Y eso, por supuesto, también es culpa del Gobierno de Navarra, que es quien en los últimos 20 años ha hecho una política económica centrípeta que prioriza Madrid sobre todo lo demás. Y de que ni el PP y el PSOE han tenido nunca competencia ferroviaria en el Gobierno de España. Si no, el tren de alta velocidad hace años que hubiera llegado a Pamplona.

De hecho, si no fuera por Barkos ya tendríamos un centro de la memoria histórica la mar de bonito y reluciente en el Fuerte de San Cristóbal. Que es lo que dice María Chivite que le ha dicho la ministra de Defensa, que por lo visto está deseando cedernos la antigua prisión mañana mismo. Eso sí, el dinero para las obras que lo ponga Navarra, que el Ministerio bastante tiene con vender a Arabia Saudí las bombas que no iba a vender para que no mate a los niños que las bombas suelen matar, que son bombas muy listas y estos árabes ricos son gente de fiar porque al menos no habla euskera.

El problema, claro, es que el Gobierno foral no quiere el Fuerte. “Tiene un interés de boquilla, pero no ha pedido ninguna reunión”, lamenta Chivite, intentándonos convencer de que si fuera por Madrid esto estaría hecho ya. No hay más que ver lo rápido que han contestado el presidente Pedro Sánchez y el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, a las peticiones de reunión de Navarra para aclarar qué pasa con el TAV, la gratuidad de la AP-15 y si levantan dogma de la estabilidad presupuestaria. Así que todos tranquilos, que en Navarra tú decides y el PSOE siempre cumple sus promesas.

Al final, lo único que importa es hacer ruido, y cuanto más mejor. A partir de ahí, barra libre, que cuela casi todo. Puedes acusar al consejero de Salud de “convertir en un caos el transporte sanitario” después de haberte cargado el autobús que llevaba a los enfermos de Tudela a Pamplona a recibir tratamiento oncológico para ahorrarte 80.000 euros. Puedes pontificar sobre los males de Navarra con tus dineros a buen recaudo en una Sicav en Madrid, e incluso dar lecciones de fiscalidad y gestión empresarial con tu empresa en concurso de acreedores y en la lista de morosos. En el fondo, basta con tener un poco de jeta y no tener miedo al ridículo. Y por aquí voluntarios nunca faltan.

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