Jaa quiere la corona de Lee
Dirección: Tony Jaa y Panna Rittikrai. Guión: Ake Eamchuen; basado en un argumento de Tony Jaa y Panna Rittikrai. Intérpretes:
Tony Jaa, Primrata Dej-Udom, Sorapong Chatree, Saranyu Wongkrajang y Santisuk Promsiri. Nacionalidad: Tailandia. 2008 Duración: 110 minutos
Hubo un tiempo en que los cines de reestreno, de programa doble y perfil barato eran escenarios idóneos para acoger este tipo de películas llamadas a entretener a los chicos de barrio. Y esos chicos conformaban un público vocinglero y efusivo compuesto por grupos de amigos que, con enorme entusiasmo e incansable devoción, repetían las sesiones hasta aprenderse de memoria incluso los movimientos más extraordinarios.
Allí nació la leyenda de Bruce Lee y hacia ese mismo pedestal se encamina con Ong Bak 2 , el luchador-actor que responde al nombre de Tony Jaa. Lo más probable es que no se realice Ong Bak 3 , porque en la nueva película Tony Jaa será ya parte del título. Para los nuevos chicos de barrio, Jaa es un fenómeno y tienen razón. Su capacidad como luchador, su agilidad, control, técnica y coreografía alcanza niveles brillantes. Para ubicarlo en la galaxia de las artes marciales todos recurren a los mismos nombres: Bruce Lee, Jackie Chan, Jet Li y ahora, Tony Jaa; sin duda él es el mejor exponente de este tipo de cine.
Ong Bak 2 ha llegado con cierto retraso porque Tony Jaa, no sólo protagoniza y dirige el filme por completo sino que, consciente de que se ha convertido en el nuevo icono del género, el tailandés ha vendido cara la piel, sabedor de que hay una legión de aficionados que por nada del mundo se perderán esta nueva entrega a la vista del impactante, sólido y rentable éxito de Ong Bak 1 . No se equivocarán porque si les gustó la primera, Tony Jaa no defrauda en esta segunda parte cuyo guión no guarda relación argumental. Más ambiciosa que la anterior y algo más turbia en su desgranar narrativo, sus coreografías resultan increíbles, su ritmo vibrante y su capacidad, inigualable.
Otra cosa es esperar que entre secuencia de acción y secuencia de reacción, se pueda percibir algo de interés. No lo hay, porque nadie lo necesita. Sin duda, quien esto firma, poco iniciado y sin demasiadas referencias sobre el tema, se ha perdido sus mejores virtudes por una incapacidad evidente para desentrañarlas. No obstante, sí puedo reconocer la maestría física de Jaa y una estética muy actual, muy apañada y con un acompañamiento paquidérmico de lo más solvente.