Charles Bronson al cuadrado
Dirección: Pierre Morel. Intérpretes: Liam Neeson, Maggie Grace, Famke Janssen, Xander Berkeley, Leland Orser, Jon Gries y David Warshofsky. Nacionalidad: Francia. 2008. Duración: 93 minutos.
El cine francés hace ya décadas que resolvió el dilema que ahoga a buena parte del cine español: la indefinición. Francia produce un cine de autor y/o un cine experimental -no es exactamente lo mismo- y a la vez genera productos comerciales para todo tipo de públicos. Por eso y, sobre todo, hay cine de género y en él se practica desde la comedia pasada de revoluciones al noir capaz de competir con Hollywood, pero con sus diferentes armas. Venganza nace bajo esa premisa. Es cine etiquetado por Francia pero dispuesto para su venta internacional. De ahí la presencia de dos nombres propios especiales. De un lado, su protagonista absoluto, Liam Neeson; del otro, el productor y coguionista, Luc Besson.
Dirigida por un debutante fajado en la industria, Pierre Morel, la mano de Besson es la que mece la cuna de este filme que se sabe de ambición corta y pólvora seca, tan seca e impactante como las implacables maneras del personaje de un Liam Neeson cuyo rostro asfixia la pantalla.
Venganza parte de un argumento emparentado con Rescate de Ron Howard y con León del propio Besson. Como Tom Mullen, el personaje de Gibson en Rescate , el filme nos aboca al delirio rabioso de un padre al que le secuestran a la hija. Lo que en el filme de Howard se perdía en el dilema familiar y en el conflicto entre actuar por su cuenta o confiar en la policía, aquí se resuelve de inmediato. El personaje de Neeson, una especie de 007 retirado ante el fracaso de su matrimonio, sabe desde el primer momento que intervendrá para salvar a su hija. También sabe que tiene 72 horas y que el mundo, la Francia actual, vive tiempos de desasosiego y decadencia. Brutal en sus métodos y rodeado por proxenetas emigrados del Este, jeques árabes viciosos que pagan sumas millonarias por jóvenes vírgenes y policías franceses corruptos, Neeson hace parecer a Charles Bronson un franciscano benevolente. Al mismo tiempo, Morel recupera el viejo cine de género de los 70 y duplica la dosis de crueldad. Impactante, violenta e ideológicamente inestable cuando no con tendencias totalitarias, Venganza se mantiene en pie gracias a una factura sobria y una mala leche que en vez de emocionar, irrita y conmociona.