El miedo a ganar
Dirección y guión: Scott Frank. Intérpretes: Joseph Gordon-Levitt, Jeff Daniels, Matthew Goode, Isla Fisher, Carla Gugino, Bruce McGill y Alberta Watson. Nacionalidad: EE.UU. 2007 Duración: 99 minutos.
A The Lookout le separan de lo magistral dos pequeños pero decisivos detalles. Un final a la altura de lo que durante muchos minutos alberga, y un poco de alegría, un poco de desparpajo, esa especie de brillo indefinible pero real que transforma lo bueno en mejor. Se trata del primer filme dirigido por Scott Frank, pero nada en él permite intuir esa impaciencia insolente o esa tímida contención que acompaña a los nuevos realizadores. Lógico, porque Scott Frank lleva años en la cumbre de los guionistas mejor pagados. Sabe cómo se cuenta una historia y sabe cómo mantener el interés del público.
Probablemente Scott Frank seguiría siendo el solvente guionista que es (Morir todavía , El pequeño Tate , Minority Report , La intérprete …) de no ser porque este guión fue objeto de un par de desaires. A Sam Mendes primero y a David Fincher más tarde, les tentó muy seriamente la historia de The Lookout . Sin embargo, Mendes lo dejó por Camino a la perdición y David Fincher por Zodiac . Y Scott Frank hizo como algunos padres airados. Decidió que nadie más rechazaría su historia porque la dirigiría él mismo. Además, después de trabajarla tanto tiempo y de ir ajustándola a las exigencias de Mendes y Fincher, estaba seguro de que tenía entre manos una gran historia. Había motivos.
El guión de The lookout no se sintetiza ni en una anécdota convencional ni en un género específico. Se mueve en los parámetros de la contemporaneidad pero al mismo tiempo se ve atravesado por un tempo clásico. Representa el ideal de todo artista: aportar esa creatividad original que proclama una voz singular y hacerlo con la rotunda serenidad de lo que ya canónicamente se asume como bueno. ¿Cuadratura del círculo? En cierto modo.
Existía una razón más. Scott había declarado que el común denominador que parecía unir a todas sus historias giraba en torno a la identidad. Si en muchas de sus películas sus protagonistas sufren un cambio, él haría lo propio. Con The Lookout , el guionista se transformaría en director.
Su argumento desarrolla el proceso angustioso que vive su protagonista. A causa de un accidente provocado por su temeridad se olvida constantemente de las cosas más elementales. Esa amnesia hace que se le compare con Memento , pero The Lookout guarda una gran distancia con respecto a la película de Nolan. Aquí la dínamo que lo mueve no es la sorpresa sino la evolución. Su estructura no se recompone a golpe de saltos temporales, sino que se construye a partir de quiebros argumentales. Aquí el suspense no estriba en cómo se cuenta sino en lo que se cuenta. Aquí Scott Frank utiliza el thriller y el drama para combinar el toque de los hermanos Coen con el subrayado de David Lynch. Argumentalmente, incluso coincide con el Kaurismäki de Luces del atardecer , aunque aquí la femme fatale es casi una niña carente de motivación.
Estamos ante un cuadro original semioculto por pinceladas de autores reconocidos y reconocibles. Bien pertrechado por un reparto capaz de eludir los tributos a la causalidad que impone el cine comercial de gran presupuesto, The Lookout supone un pequeño hallazgo. Surge como un inclasificable filme sobre la culpa y el desarraigo, un título extraño y sorprendente que, durante muchos minutos, se mueve con intensidad y tensión. Podía haber sido una gran película y en algunos desarrollos lo parece. Pero ya se ha dicho. Se impone la impresión de que, a la hora de ir a matar, a Scott Frank le entra un cierto vértigo. Tanto que, en su final, se diría que ha sido abducido.