Soy un asiduo devorador de horas de radio; desde las 07:00 horas que me levanto hasta las 19:30 horas que vuelvo a casa estoy, prácticamente todas esas horas, oyendo la radio.
El pasado día 28 de mayo oí por la radio que el Gobierno de Navarra había otorgado una subvención de medio millón de euros (Aproximadamente), para proseguir las excavaciones romanas de Santa Criz en Eslava.
Me picó la curiosidad porque, dentro de mi mayor ignorancia, no había oído nunca estas excavaciones; sí he estado, dentro del capítulo de asentamientos romanos, en Andelos (Mendigorría) y en las de Liédena, y resulta que las que más cerca tengo de donde habito las ignoraba. ¡No tengo perdón!
Pues bien, una vez enterado de su existencia, me informé, sobre todo en internet, y detecté la ubicación de Santa Criz. Vi que hay un recorrido que sale de Eslava, y en dirección Sur, y siguiendo buenos caminos llegas, en poco más tres kilómetros a las ruinas romanas. Me pareció poco recorrido (6 km ida y vuelta), y como es normal en mí, y dando algo más de rodeo y abandonando caminos, y cruzando algún cerro y algún campo de cereal, llegar a las ruinas.
Dejo el coche a la salida de Eslava, dirección Sangüesa, nada más pasar el edificio del Horno Cooperativo San Francisco Javier. Hay un solar vacío en el que se puede aparcar muy bien (Ver foto).
Una vez haber aparcado y preparado todos los “bártulos” empezamos el recorrido. Seguimos, en dirección Este, la antigua carretera a Sangüesa que atraviesa la localidad (Ahora hay variante) durante 150 m. y cogemos el primer camino que encontramos a la izquierda. Durante tres kilómetros, y todo el rato en dirección Este vamos siguiendo el buen camino entre campos, sobre todo, de vid y algún que otro campo de cereal, pasamos alguna regata, alguna balsa para abrevadero de ovejas; el camino es llano, sin dificultad; a la izquierda tenemos una pequeña sierra que alberga, a sus pies, la localidad de Ayesa, y a la derecha podemos ver, en lo alto, Gallipienzo con su sierra, ya de más altura que la de la izquierda. Durante estos tres kilómetros, y hasta que llegamos a la carretera para cruzar, hemos pasado por varios términos que, por sus bonitos nombres, me atrevo a enumerar:
Eslava………………….. La Cruz, El Llano, Kaskallueta, Xubingoa, Alto de Ozteriz y Gezari.
Ayesa ………………….. Gezari, Ategarate y Balarata.
Ya hemos llegado a la carretera, la cruzamos y, sin desviarnos ningún metro, cogemos el camino de frente. En dirección Sur, estamos en el Municipio de Gallipienzo, durante 2.500 m, y paralelo a un riachuelo, vamos atravesando por campos de cereal con gran cantidad de amapolas (Estamos en Mayo y el campo está espléndido), atravesamos varias regatas, sin abandonar el camino que ya ha girado en dirección oeste. Como ya he dicho durante 2.500 m. atravesamos el municipio de Gallipienzo, y durante este recorrido hemos atravesado los siguiente términos : Balarrengu, Prado de la Elka, Las Fuenticas, Balarata, San Juan, El Soto y Kaskallu.
Después de los 2.500 m. recorridos por el término de Gallipienzo, y después del segundo paso cementado sobre la regata por la que hemos ido paralelo durante gran parte de este trayecto, el camino sufre un brusco giro a la izquierda, y lo que antes era un trayecto hacia el Oeste se convierta ahora un recorrido hacia el Sur. Estamos, otra vez, en término de Eslava. El camino, después del brusco giro, se terminará en 600 m. ya que sirve para acceder a una finca de cereal. Atravesamos esta finca en 100 m., hiendo paralelo a una regata que nos queda a la derecha, y que en este tiempo está seca. La finca termina en una loma que tenemos que subir (Es bastante fuerte) para, una vez bajada por su vertiente contraria, volver a atravesar otra finca de trigo (200 m), y elegir el paso más favorable de la regata que va a la derecha. Desde la loma que hemos subido, y en dirección oeste ya podemos apreciar algún vestigio lejano del destino que hemos elegido para el día de hoy.
Desde la loma divisé, a lo lejos y en la zona donde están las ruinas, cierto colorido en una zona en la que se apreciaba una construcción de piedra que parecía un corral, saqué mis prismáticos y vi que había gente, pero sin poder determinar de qué se trataba. Seguí a lo mío.
Una vez cruzado la regata que hemos dejado en uno de los párrafos anteriores, y de ascender por una zona de monte bajo, nos encontramos, de nuevo, con otra pieza de cereal que bordeamos, por su derecha, para llegar a la construcción de piedra citada. Allí me encontré con la gente que había visto anteriormente desde la loma. Se trataba de unos senderistas, como yo, que había venido desde Pamplona a ver el lugar. Eran cuatro hombres y tres mujeres, muy simpáticos, todos jubilados (Menos una), y que se habían establecido tras un tapial, resguardado del poco viento que andaba, para reponer fuerzas un poco. Un rato de tertulia con ellos me sirvió para descansar un poco antes de meterme de lleno en las ruinas romanas que había ido a ver.
Esta vez en Eslava, y desde que abandonamos Gallipienzo, hemos atravesado los siguientes términos: El Soto, Dorreta, Zaldinaga y Santa Criz.
El sitio es el más importante de todos los que he visto de este tipo, para mí, mejor, incluso, que el de Andelos (Perdón si ofendo a alguien), aunque todavía le falta mucho por ordenar, excavar, etc. este yacimiento está todavía en “pañales”, y hará falta mucho tiempo y dinero para tenerlo en las condiciones precisas para poder disfrutarlo por completo, y con los tiempos que estamos, en los que no hay un euro para nada, veo la cosa un poco “negatifa”.
Para certificar la importancia del asentamiento, tengo a bien aportar diversos enlaces de recortes de opinión o periodísticos:
Posiblemente, y casi seguro, que hay publicaciones más interesantes de las que os muestro en los enlaces anteriores, pero en ellas os remito a 5 de las que yo he encontrado entre las muchas que hay.
Una vez de haber “pisoteado” un buen rato el lugar, donde puedes pegarte una mañana entera sólo en el yacimiento, me dispongo a regresar a mi lugar de partida.
En dirección SurEste y bajando por una loma hasta el camino que se ve abajo comenzamos la vuelta.
A los 150 m. de haber andado por el camino, y en entrante que hace éste a la izquierda nos encontramos con un monolito funerario que recuerda el fallecimiento, en el lugar, de algún vecino de la zona. En el citado monolito podemos leer, no sin dificultad, lo siguiente : “AKI MURIO GUAN ZOILO QUMBA AÑO 1853″
Seguimos por el camino bordeando una coqueta regata cuyo paso salvamos por medio de un puente metálico bien ubicado, pasamos una nave para ovejas, que dejamos a nuestra derecha, y seguimos el camino entre olivos, campos de cereal, etc… hasta llegar a la variante que va a Sangüesa, tenemos un poco cuidado al atravesarla y nos encaminamos al último tramo de camino antes de llegar al pueblo en cuyo final, y antes de entrar por las calles del pueblo, a la izquierda, hay una fuente que en un día como este nos refresca sobremanera.
Callejeamos un poco por Eslava, atravesamos un arco donde apreciamos una silla/tonel muy curiosa, y llegamos al Horno Cooperativo San Francisco Javier, donde, y siempre que pasaba por Eslava (Ahora casi no paso por culpa de la variante) paraba a comprar pan, pastas de coco, o alguna “delicatessen” de las que este establecimiento ofrece.
Llegando al citado Horno me cruzo con la chica que lo regenta, lo que me da a entender que lo cierra sobre las 12:30 horas, y esta vez me quedo sin ninguno de los productos.¡Otra vez será!.
Son las 12:45 horas cuando llego, de nuevo, al punto de partida. Han sido tres horas y media de agradable recorrido acompañado con una mañana soleada acompañada de un tenue cierzo que hacía que la temperatura fuese más agradable.
Este mismo recorrido lo podéis ver en mi blog personal : Patxi Olite.
Para los que queráis bajaros este recorrido y metéroslo en vuestro dispositivo móvil visitar mi enlace en Wikiloc.
Ruta nº 22 – Por los Montes del Conde – Sansoain (Navarra)
DATOS TÉCNICOS:
GRÁFICO PENDIENTES:
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO:
Durante algunos años me he recorrido, casi, la totalidad de la Comunidad Foral, conozco, y tengo documentados, recorridos por todas las latitudes de Navarra, como por ejemplo Abaurrea Alta por el Norte, La Bardena por el Sur, La Sierra Urbasa por el Oeste y La Sierra de Leyre por el Este. Me he pegado verdaderos madrugones y kilometradas de coche para poder realizar una de mis aficiones domingueras, y resulta que últimamente estoy descubriendo parajes cercanos a mi localidad que en nada tienen que envidiar a muchos de los recorridos que he realizado por Navarra. Seguiré realizando recorridos “forales” pero creo que los voy a intercalar con recorridos “locales”. ¡Me lo pensaré!.
Vamos a lo nuestro. El pasado domingo día 4 de abril, y gracias al amigo “Gateri”, que me ha proporcionado, vía GPS, unos 25 recorridos “locales”, me encaminé hacia un recorrido que sabía que estaba ahí pero que nunca me había preocupado en investigar, se trataba de visitar el Monte del Conde, en Sansoain (Navarra), catalogado como Reserva Natural y cerca de Tafalla.
Le había oído a mi padre varias veces que habían ido a cazar palomas al Monte del Conde. Sabía de su existencia porque cuando he subido, tanto en coche como andando, al Coto la Valdorbasiempre he visto la masa forestal del citado monte a la derecha de la llamada Carretera Olleta.
Salgo de casa cerca de las ocho de la mañana, el día está claro, no corre viento y la temperatura, a esta hora, ronda los 6 o 7 grados. Va a hacer un buen día.
Atravieso Tafalla desde la Avenida Sangüesa hasta la explanada del Eroski, y desde allí giro a la derecha para llegar a la empresa Materiales de Construcción Olagüe que dejamos a la izquierda, atravesamos el puente que pasa por debajo de la vía del tren, giramos a la derecha, atravesamos el túnel que pasa por debajo de la autopista, y cogemos el camino de frente, dejando a la izquierda otro que discurre paralelo a la autopista, y por donde regresaremos, nos encontramos en el término de El Juncal a la derecha del camino y La Navilla a la izquierda del camino.
Durante 680 m. vamos ascendiendo suavemente por el camino, vemos a la izquierda un cercado con caballos del amigo Angel Esparza, seguimos en el término de El Juncal, llegamos a una bifurcación de caminos, cogemos el de la izquierda, andamos 100 m. y cruzamos el Canal de Navarra que en este tramo va enterrado y el agua no se ve. Cogemos el camino de frente y seguimos ascendiendo. El comienzo de este recorrido es un ascenso continuo pero muy tenue. Durante 2,000 km., y sin desviarnos del camino, vamos atravesando huertos, olivares, fincas de cereal, etc. A la izquierda, y arriba de la ladera, ya vemos los primeros molinos, pasamos una senda muy sombría flanqueada por plantaciones de caña a los dos lados, y llegamos a una intersección con un camino que nos cruza perpendicularmente. 10 o 15 metros antes de la intersección, y la izquierda del camino, podemos ver la que creo que se llama la “Fuente del Cura”, no baja agua, aunque en su poza sí la hay (Digo creo porque no se si se llama así. El amigo Javier Torralba sabrá seguro si es así). Estamos de lleno en el nombrado término de Balgorra.
Hemos llegado a la intersección antes citada, hasta ahora hemos ido en dirección Este. Giramos 90º en dirección norte. A los 20 metros, y a la izquierda del camino vemos una caseta abandonada, y en su interior se aprecia alguna silla “desvencijada”. La pendiente empieza a endurecerse. Durante 420 m. vamos ascendiendo hasta encontrarnos, de nuevo, con otro camino perpendicular que tomamos girando 90 º a la derecha y dirigiéndonos de nuevo hacia el Este. Es el clásico camino de grava que se ha hecho para servicio de los numerosos molinos que hay en la zona. seguimos subiendo, y a los 200 m. del último cruce, nos encontramos con una intersección a la izquierda; la tomamos. En este punto justo se juntan los términos de Tafalla, Pueyo y Sansoain. En Tafalla y Pueyo estamos en el término de Baldelobos y en Sansoain estamos en el término de La Muga de Pozuelo. A la izquierda del camino y en una pequeña explanada podemos ver el “Gran Molino” que es más grande que el resto que hay en la zona.
Como hemos dicho en el párrafo anterior, ya estamos en el término de Pueyo. Seguimos por el camino que hemos cogido, dejando el “Gran Molino” siempre a la izquierda, y a los 325 m. desde el último cruce, nos topamos, de nuevo, con un camino secundario que abandona el camino principal. Lo cogemos y volvemos a ascender, con un poco más de dificultad, porque la pendiente es algo más pronunciada que el camino principal. Me salen dos perdices. Conforme vamos ascendiendo, y si giramos la cabeza hacia la izquierda, comenzamos a apreciar ya puntos interesantes como el Moncayo o la Sierra de Urbasa y Montejurra. Cada vez se ven menos campos de labranza y se aprecia más la vegetación salvaje. A los 1.600 m. de haber cogido este camino secundario, y a la izquierda del zigzageante camino vemos un caserío que creo que se llama San Lorenzo, abandonamos ese camino, y giramos a la derecha, dejando el caserío a la izquierda, para tomar una senda que sigue ascendiendo. En este lugar tuve un buen susto, ya que al abandonar el Caserío, a unos 300 o 400 m. hacia arriba, y desde una zona con mucha vegetación me salió un gran mastín blanco, a toda velocidad y atravesando una pieza de cereal, y dirigiéndose hacia mí y ladrando. El “acojono” que sentí no se lo puede imaginar nadie. Tan solo se me ocurrió, y sin pensar otra cosa, el colocar el bastón que llevo delante de mí, y apoyado en el suelo; eso sirvió de barrera para que el perro no se me acercase más de lo normal. Seguí andando sin mirarle, despacio, y el “can” abandonó. Al poco de ocurrir el hecho se me ocurrió mirar hacia abajo y vi que de un camino salía una persona, con un chubasquero claro, y el perro le acompañaba. No me dio tiempo a sacar los prismáticos ya que conforme iba andando se iba tapando poco a poco. Me gustaría haber sabido quien era para poder haberle dicho que controlase un poco más a su “amiguito”. Ya estamos llegando a la zona más alta del recorrido (599 m.). Estamos en todo el esplendor del Monte del Conde, el sitio es precioso. Sendas entre árboles que conforman,a veces, auténticos túneles vegetales, musgo encima de las piedras, zonas sombrías en las que apenas entra el sol, cántico de aves por todos los lados (El día acompaña a ello), vegetación exuberante por todos los lados. La pena que esta maravilla dura solo 1.100 m. (Me figuro que habrá otras sendas, pero hoy solo nos hemos ceñido a ésta), y es todo en bajada en busca de la salida al mundo civilizado (Carretera a Olleta – Na 5110).
El camino de descenso nos va acercando al Río Sansoain. Oímos el discurrir del agua, que en esta época es abundante. Antes de cruzar el río, hay un camino que entra a la izquierda, y que discurre paralelo a éste, en el que me habían comentado que existía una zona de ocio bastante agradable. Me introduzco por el citado camino, y durante 150 m, y por una coqueta senda llego a una zona donde la vegetación se abre y se nos ofrece un espacio llano, con dos buenos árboles que producen zonas sombrías y que invita a un día de campo a la orilla del pequeño Río Sansoain. Me figuro que el lugar estará solicitado en estos días de primavera/verano en los que el calor no aprieta en exceso y todavía baja algo de agua por el río.
Mi curiosidad innata en este tipo de situaciones me hizo introducirme por la orilla del río para intentar salir por otro lado hacia la carretera NA 5110, pero por más que lo intenté no pude, primero cruzar el río porque su caudal me lo impedía y segundo porque la vegetación era tan frondosa que era imposible, en muchos lugares, atravesarla. Ni siquiera siguiendo la ribera del río, que es donde menos vegetación había, ya que muchas rocas impedían su crecimiento, pude hacerlo. En un lugar bastante frondoso, bastante apartado, y a la orilla del río descubrí una cama de jabalí donde recientemente algún ejemplar se había “rebozado” de barro para quitarse los parásitos.
Después de un rato intentando lo imposible decidí volver sobre mis pasos y volver a la salida natural de la senda que baja del Monte del Conde. Una vez en ella me ocupo de pasar el riachuelo a través de unas piedras que están colocadas en la zona menos profunda del paso. Ni que decir tiene que las piedras están cubiertas por el agua, y mi intento acaba con mis pies dentro del riachuelo con el agua hasta mitad de las espinillas.
Una vez en el otro lado nos topamos con un cartel in formativo que, milagrosamente, está en buen estado; no está ni pintado, ni tiroteado, ni grafiteado. ni nada por el estilo, ¡Está perfecto!. Le saco la correspondiente fotografía, que la presento al principio de este recorrido, y me limito a leer lo que en él se expone, y que es lo siguiente:
LA RESERVA:
El Monte del Conde es, desde 1987, una Reserva Natural (RN-22) de 136 Ha situada en el término municipal de Leoz.
Está ubicado en el enclave Montes de la Valdorba, zona declarada Lugar de Importancia Comunitaria por la Comisión Europea (Directiva 43/92/CEE), y que forma así parte de la Red Natura 2000.
Montes de la Valdorba fue declarado Paisaje Protegido por Decreto Foral 360/2004, pasando a ser Zona Especial de Conservación ES2200032 y aprobándose su plan de gestión.
El Monte del Conde forma parte del Coto de Caza 10029 de Navarra. La principal especie cinegetica es el jabalí, aunque también se puede cazar corzo, zorro, becada y, desde las palomeras del Frente Alto, paloma y malviz.
LA FUNDACIÓN:
La fundación constituye una obra benéfica de carácter particular y privado. Con personalidad jurídica propia e independiente. De interés social y sin fin lucrativo alguno y regida por sus estatutos, la compilación de derecho civil foral de Navarra, por la ley foral 10/1996 de 2 de julio de régimen tributario de las fundaciones y de las actividades de patrocinio.
La finalidad de la fundación es la promoción de investigaciones y actividades de difusión sobre educación medioambiental, solidaridad e historia. Son objeto de especial atención las relacionadas con la ciudad de Tafalla y su comarca.
Son beneficiarios de la fundación las personas físicas o jurídicas sin discriminación de nacimiento, raza, sexo, religión y opinión.
VEGETACIÓN Y FLORA:
El Monte del Conde es una ladera orientada al norte que acoge uno de los bosques mediterráneos mejor conservados dentro de la Navarra Media.
El carrascal es el bosque que cubre la mayor parte del monte en una masa densa y bien estructurada. Presenta un denso sotobosque rico en especies con genista, brezo, boj,madreselvas y avena cantábrica.
La presencia de quejigos bien desarrollados permite valorar el alto grado de madurez que se alcanza en ciertos parajes.
FAUNA:
El bosque alberga muchas especies de fauna. Gran cantidad de pequeños pájaros se refugian en la vegetación y se dejan sentir por sus cantos. En las copas, algunas rapaces hacen sus nidos, como el Aguililla calzada, el Busardo ratonero y la Culebrera europea.
Puedes aparcar en el acceso a la reserva y pasear por el camino que atraviesa el bosque. En la orilla de la regata, a escasos metros del acceso, encontrarás una zona abierta, para descansar tras el paseo.
Respeta la naturaleza. Su valor depende de que las personas que la visitamos la cuidemos.
No camines fuera de los caminos y senderos, y evita circular con vehículos de motor. Así se conservará mejor la vegetación y evitaremos molestias a los animales.
Para no perturbar la naturaleza, evita los ruidos fuertes y voces altas y lleva los animales de compañía controlados.
Cuida el entorno, no arrojes objetos ni desperdicios al suelo ni a la regata.
Recuerda que no se puede hacer fuego.
Todo esto indicado en color rojo es lo que pone en el cartel que está en el acceso a la RN-22 desde la carretera NA5110.
Nos centramos ya en el recorrido. El cartel de la reserva está a los 9,000 km de mi salida desde Tafalla, por lo que, más o menos, estamos a mitad del recorrido previsto. Ahora viene la zona más fea de esta ruta y que es, después de abandonar el cartel de acceso, incorporarme a la carretera NA5110. No me gusta el asfalto para las rutas a pie, pero hay veces que es imposible evitarlo. Siguiendo la carretera,y durante 1,700 km, vamos en dirección Oeste, hasta llegar al puente que pasa bajo la autopista, y donde se encuentra las instalaciones del Restaurante “El Maño” en Pueyo. 20 o 30 m.antes de llegar al puente giramos a la izquierda y cogemos un camino ascendente que discurre paralelo a la autopista (Ver foto siguiente). No dejaremos esta camino ya hasta llegar a Tafalla, salvando, eso sí algún que otro obstáculo.
Durante 1,000 km seguimos por el camino, ascendemos por una zona “desbrozada”, y que tiene una buena pendiente ascendente, atravesamos una pequeña senda que va, prácticamente, pegada a la valla de la autopista, atravesamos un par de piezas de cereal, bajamos una pequeña escollera y llegamos a un camino verde que bordea la oreja de incorporación a la autopista de la carretera NA121. Esta zona indicada en este párrafo, y tal y como la he hecho yo andando, es la única que no se puede hacer en bicicleta, aunque siguiendo por otro camino, que va hacia la izquierda, y antes de ascender la zona “desbrozada”, llegamos al mismo punto.
Una vez que hemos pasado “el camino verde” de la foto, ya tan solo tenemos que seguir rectos, por el camino que discurre paralelo a la autopista, dejamos, a la derecha, un puente que pasa por encima de la autopista, seguimos por el camino que atraviesa fincas de cereal, huertos, olivares, fincas de recreo, etc. durante 3,000 km. hasta llegar al túnel que pasa por debajo de la autopista y que habíamos atravesado, en sentido contrario, al inicio de este bonito recorrido.
Entre el túnel que pasa por debajo de la autopista y el puente que pasa bajo la vía del tren, antes de llegar a las instalaciones de Olagüe, y a la izquierda se encuentra la Fuente del Rey. Me paro en ella a rellenar mi cantimplora de agua fresca, un buen trago y hasta casa. Han sido casi 18,000 km. durante cuatro horas y media de un recorrido que me ha encantado en su totalidad, pero en especial los 1.100 m. de senda por el Monte del Conde.
Igualmente, y como en otras veces, tengo este recorrido también publicado en mi blog personal en el siguiente enlace: Patxi Olite / Montes del Conde.
Para el que quiera descargar el recorrido para poder incorporarlo a un dispositivo móvil, y hacerlo por donde yo lo hice, podéis hacerlo pinchando en el siguiente enlace: wikiloc / Patxi Olite / Montes del Conde
Me está resultando algo complicado el diseñar los recorridos de las “bejeras” ya que tengo que maximizar, en lo posible, las jornadas para poder aprovechar las mañanas que puedo acercarme a Larraga a realizar las rutas previstas para ver las “bejeras”.
Esta tercera entrega va a intentar visitar 11 bejeras de las publicadas en el libro del amigo Manolo, y que enumeraremos a continuación:
1ª) – Bejera de Eugenio el Tuerto (Página nº 107 del libro)
2ª) – Bejera de Lorenzo de Beaumont (Página nº 67 del libro)
3ª) – Bejera de María Luisa (Página nº 135 del libro)
4ª) – Bejera de La Manolita (Página nº 61 del libro)
5ª) – Bejera de Mendiri (Página nº 39 del libro)
6ª) – Bejera de Mario Muruzabal (Página nº 127 del libro)
7ª) – Bejera de Marquete (Página nº 91 del libro)
8ª) – Bejera de La Marcela (Página nº 27 del libro)
9ª) – Bejera de Cayo (Página nº 111 del libro)
10ª) – Bejera de Lucea (Página nº 123 del libro)
11ª) – Bejera del Miguel Elrio (Página nº 99 del libro)
Con esta tercera entrega habremos visitado 26 bejeras, y nos quedarán 4 de las publicadas en el libro de Manolo Nieto García.
He de comentar lo primero de todo que este recorrido es para hacerlo andando, ya que gran parte del mismo discurre atravesando piezas, bordeando lomas y atravesando pequeños barrancos, por lo tanto imposible de realizar en bicicleta, lo que conlleva que, para mí, sea el más bonito de los tres recorridos que he realizado.
Llegamos a Larraga, y cogemos, sin bajarnos del coche, la Carretera Lerín. A la salida del pueblo, y frente a las Instalaciones de Construcciones Merino Arregui, cogemos a la derecha un camino, justo pasado las naves de Navarvi (Ver fotografía seguida a este párrafo)
Una vez en el camino, y en el coche avanzamos 700 m. sin desviarnos. A esta distancia nos encontramos con un cruce de caminos; cogemos a la izquierda y a los 150 m. nos encontramos con una bifurcación de caminos; cogemos a la izquierda. 1.100 m. más adelante, y sin desviarnos del camino, nos encontramos de nuevo con un cruce de caminos : Seguimos recto. 1.400 m. más adelante nos volvemos a encontrar con otro cruce: Cogemos a la izquierda. Estamos ya en el camino definitivo. 1.400 m. más y llegamos a un lugar, donde empieza la vegetación clásica del bosque Mediterráneo donde aparcaremos. Hemos andando en el coche desde que hemos abandonado la carretera la cantidad de 5.500 m. (5,500 km). Para mayos comprensión, ver el croquis que os adjunto, seguido a estas líneas, donde se puede ver, en color azul, el recorrido desde que cogemos el camino, en la Carretera Lerín hasta la zona donde aparcamos.
Ni que decir tiene que este recorrido que nosotros proponemos en coche hasta llegar a la zona de las bejeras que queremos visitar en esta tercera entrega, lo podemos hacer andando, pero, para mí, resultaría excesivo hacer 11 km. más. Nos iríamos a una ruta de 25 km. que a mí parecer es demasiado.
Pues bien centrémonos ya en el recorrido de hoy.
Son las 08:00 horas y ya he aparcado el coche a un lado del camino para no impedir el posible paso de algún tractor o maquinaria que vaya a hacer labores del campo, el termómetro me marca 3º C y la mañana está soleada, fresca y no se ve una nube por ningún sitio.
Seguimos hacia adelante en el camino en el que hemos aparcado. A los 225 m. y la derecha, veremos una pieza de cereal coronada por un pequeño bosque de carrasca que esconde la primera bejera de la jornada. Subimos bordeando la finca por la derecha, y nos introducimos en el pequeño bosque, y enseguida encontramos la Bejera de Eugenio el Tuerto.
Se trata de una Bejera grande, en muy buen estado de conservación tanto por dentro como por fuera. Quizás el estar algo oculta le haya salvado de “los espoliadores”. Típica construcción de bejera.
Es una bejera como la mayoría, está completamente rodeada de vegetación, su estado de conservación es bueno aunque se detecta que la fachada principal esta agrietada por algún movimiento de tierras. La bejera está cerrada con una puerta metálica por lo que no podemos acceder a su interior. Se percibe que las grietas de la fachada principal han intentado taparlas con mortero o yeso.Ya hemos visto la primera bejera. Volvemos al camino que habíamos dejado bordeando la finca de cereal. Una vez en el camino seguimos la misma dirección y a los 370 m de haberlo cogido nos encontramos con un cruce de caminos. Seguimos por el de enfrente, y a los 950 m. y a la izquierda, en un alto, y también bien escondida, encontramos la segunda bejera la de Lorenzo Beaumont.
En el libro de Manolo se dice que es la única bejera en la que ha encontrado un grabado en alguna de sus piedras. Se trata de un “lauburu”. Por mucho que busqué, no hubo forma de encontrarlo.
Como ya he hecho en otras entregas, en las composiciones que presento en ésta, la fotografía es mía y el croquis está sacado del libro de Manolo.
Ya hemos visto otra bejera. Hemos abandonado el camino y ahora nuestro recorrido transcurre por fincas de cereal, las cuales bordeamos, pequeñas lomas, monte bajo, etc.
Abandonada la bejera de Lorenzo Beaumont, nos dirigimos hacia el Sur y durante 620 m. atravesamos, campo a través, alguna finca de cereal, monte bajo y bordeamos alguna finca de olivos, hasta llegar a otro camino que cogemos y giramos a la derecha, seguimos el camino durante 115 m. y otra vez, a la izquierda del camino y en una pequeña loma, y también bastante escondida por la vegetación encontramos la bejera de Maria Luisa.
Se trata de una bejera cuya fachada principal está completamente derruía y por lo tanto todas las celdas se aprecian perfectamente. La puerta está abierta y “atrancada” por un desprendimiento de tierras que la obstruyen, pero no obstante se puede ver el interior donde se aprecian un par de canastillos de caña que tendrían su cometido y que ignoramos. Saco las fotos pertinentes y es una pena que está semiderruía porque el paraje donde se ubica es muy bonito, ya que coge una pequeña loma rodeada de vegetación que la protege perfectamente.
Nos vamos de la zona, bordeando la finca de cereal que se encuentra al pie de la bejera, y en dirección este y durante 150 m.m, antes de meternos en una zona con mucha vegetación y donde nos topamos con un camino que asemeja a los de la Navarra Norte durante 250 m. hasta salir a un claro donde, a la izquierda, se encuentra, para mí, la “joya de la corona”; la bejera de La Manolita.
De todas las que he visto, hasta ahora, es la mejor de todas. Por su ubicación, su entorno y su estado de conservación.
Está ubicada en una pequeña loma, orientada al este y protegida del Norte (Como casi todas), está flanqueada por 4 cipreses; su estado de conservación es bueno y en el interior podemos ver parrillas, botellas de cerveza y algún apero, lo que nos da a entender que está en uso. A la izquierda del “edificio principal” podemos ver, también, una serie de celdas, a ras de suelo, que complementarían , me figuro, la actividad de las abejas en el edificio cerrado. Esta bejera es la que he visto fotografiada en una de las sociedades gastronómicas de Larraga y que me hizo sentir curiosidad por este tipo de actividad ancestral.
Abandonamos la bejera en dirección sureste, atravesamos un campo de cereal, nos introducimos en monte bajo, y a los 200 m. de la bejera salimos, de nuevo a un camino. Seguimos el camino, en dirección sur, unos 300 m. hasta un cruce. Cogemos a la derecha, vemos a la derecha del camino una balsa para que beban las ovejas, y seguimos otros 315 m. hasta una zona de bajo monte que divide dos fincas de cereal, nos metemos por esta zona, a la izquierda, y andamos por ella, en dirección sur, durante 500 m., bordeando fincas de cereal y dejando la zona boscosa a la izquierda. Llegamos de nuevo al camino y cogemos éste a la derecha, y durante 260 m. lo seguimos hasta que vemos un olivar a la izquierda. Nos metemos por él, bordeándolo por la derecha, y a los 60 m. nos encontramos con la bejera de Mendiri.
Se trata de una bejera “no al uso”, se trata de celdas en fila a ras de suelo. Hay algunas que están semiderruídas. El libro dice que está hecha al estilo de los ventureros (Que no sé lo que significa) y que podría ser la más antigua de todas las encontradas.
Para ver la próxima bejera tenemos que “desandar” un pedazo de camino que ya hemos hecho.
Por lo tanto salimos de nuevo al camino y retrocedemos 250 m. hasta que encontramos un desvío del camino a la derecha. Cogemos este desvío, y seguimos por él, bordeamos una viña y a los 600 m. el camino termina. Seguimos rectos en dirección sur, bordeamos una pequeña loma viendo a nuestra derecha, detrás de un pequeño barranco, una viña grande. A media ladera, a la izquierda, y frente a la curva que describe la viña, está la bejera de Mario Muruzabal.
Se trata de una bejera que no existe. Ha desaparecido. Viaje en balde. Transcribo lo que Manolo ha editado de esta bejera:
“Situada en el Río Sarguero, en la balsa de La Estaza, junto al antiguo camino que discurría siguiendo el barranco. Sólo quedan restos de la finca. Se ve perfectamente su perímetro por la tapia. Se sabe la posición de las bancadas, indicada por la posición de las piedras, que por su longitud parece ser que era grande”.
Abandono el lugar siguiendo el barranco por su lado izquierdo y en dirección este (400 m), atravieso una finca de cereal y vuelvo al camino que siempre parece el mismo.
Tomo hacia la izquierda, dirección NorOeste, ando unos 185 m. y me meto a la derecha, en una zona de monte bajo, entre dos piezas, y durante otros 185 m. voy bajando, monte a través por una pendiente bastante pronunciada que termina en un barranco que atravieso, con facilidad, buscando el sitio idóneo. Una vez atravesado el barranco, tomo entre otras dos piezas de trigo y llego a un pequeño cerro que bordeo por su zona este. Una vez que llego a la zona que me marca el GPS asciendo hacia arriba y encuentro la bejera de Marquete.
Se trata de otra bejera al “no uso”. No es una edificación en sí, sino que se trata de una serie de celdas, orientadas hacia el este (Como la mayoría de las bejeras) y por detrás hay como una especie de pasillo. Está semiderruída por su parte derecha; la parte izquierda es la que mantiene lo que fue la estructura de la bejera con unas piedras verticales y otras horizontales haciendo de losa de cubierta. No es un edificio en sí, pero también es interesante por salirse de lo normal de lo que he visto hasta ahora.
Sacadas las pertinentes fotos seguimos a lo nuestro. Salimos de la zona, en dirección Norte, hasta llegar al camino. Una vez en él cogemos a la derecha y lo seguimos durante 450 m. hasta llegar a un giro a la derecha que cogemos, seguimos 800 m. hasta llegar a un pequeño olivar, a la izquierda, lo pasamos, y nada más pasarlo vemos, a la izquierda, en el borde de una finca de cereal una edificación pequeña. Se trata de la Bejera de La Marcela.
De todas las edificaciones que he visto, hasta ahora, es la más pequeña de todas. Las dos paredes laterales son de piedra arenisca (Como todas) normal y corriente sin ningún tipo de aparejo y estructura. El frontal, lo que yo le llamo entrada o aterrizaje, tiene tres hileras verticales y otras tantas horizontales con sus correspondientes orificios para que las abejas puedan entrar. Está bien conservada aunque en el interior una parte de las celdas se ha desmoronado. La cubierta, como la mayoría de este estilo, es de tierra sobre la que ha crecido gran cantidad de vegetación.
Son las 12:00 horas y la batería del Movil / GPS está pidiendo auxilio (Me marca el 15%). Llevo 4 horas, y me temo lo peor.
Abandonamos la bejera de La Marcela. Salimos, de nuevo al camino, en dirección Este (A la izquierda), transitamos por él otros 550 m. y nos metemos, a la izquierda, por un pequeño cerro que nos lleva, después de 400 m. y junto a un olivar, y al borde de una pieza de trigo, a la bejera de Cayo.
Se trata de una bejera que, a mi entender, ha aprovechado una caseta de aperos de labranza, para convertirla en bejera. Es una edificación un poco más “chapucerilla” que las demás. Está orientada al Este y la puerta de entrada al Oeste y prácticamente cerrada por la vegetación.
Dejo la bejera de Cayo. En dirección Norte atravieso el olivar que está cerca de la bejera, atravieso el camino que hay tras el olivar; atravieso otros tres olivares más (La zona está llena de olivares) y llego a otro camino. Cogemos a la izquierda, y después de 200 m. giramos a la derecha y tras 150 m. más llegamos a la bejera de Lucea que se encuentra en un alto, a la izquierda y al borde del camino.Ya solo me quedan dos bejeras por ver esta mañana. El tempo es buenísimo. Luce un sol espléndido y por ahora no he tenido mayores problemas.
Se trata de una bejera que está invadida por la vegetación. Lo único que se ve es una especie de hornacina o alacena, orientada al este y que se ve desde el camino. Está prácticamente derruída.
Bajo de la bejera de Lucea y cuando llego al camino ¡Zas! lo que tenía que pasar pasó. La batería del móvil se termina, y no tengo ni idea donde estoy. He estado 5 horas andando, he atravesado campos, he subido y bordeado cerros, he entrado en varios caminos, he ido hacia el norte, hacia el este, y no sé si tengo el coche a la izquierda, a la derecha, atrás o adelante. ¡En fin! estoy desorientado, y no sé por donde me pega el sol (Bueno sí, a la hora que es el sol está en lo más alto). No sé lo que hacer porque si voy hacia un sitio y es hacia el otro el rato que tengo que andar es para echarte a temblar. No puedo llamar por teléfono tampoco.
Recuerdo que antes de llegar a la bejera de Lucea, y cuando he atravesado varios olivares seguidos, he visto un coche al borde de uno de ellos. Voy a ver si sigue.
Vuelvo sobre los pasos andados, me meto entre los olivares y veo que el coche sigue en su sitio. Llego hasta el coche y veo que un hombre está podando los olivos. Me acerco a él, le explico lo que me ha pasado y también por donde he entrado con el coche desde Larraga y me invita a montarme en su coche para ver si buscamos el mío. Después de un rato, en el que nos paramos a hablar con otros dos hombres que estaban sacando leña de otro olivar, distingo que el camino por donde vamos lo he pasado a la mañana. Al poco rato aparece el coche aparcado al borde del camino.
Le pregunto a mi “salvador” como se llama y me dice que Javier Acarreta. ¡Muchas gracias!.
Con este pequeño incidente me he quedado sin ver las bejera del Miguel Elrío.
Con las bejeras que he visto hoy ya me “he cargado” 26, me quedan 4 o 5 que ver. Pero va a resultar difícil porque las que me quedan han sido porque no he podido verlas por algún incidente, como el de hoy, o están muy dispersas y no he podido adjuntarlas a ninguno de los tres recorridos. Las visitaré, pero en coche. Cuando lo haga las meteré en un recorrido especial con alguna otra cosa más que se me está ocurriendo.
Para poder bajar el recorrido, y poder seguirlo en algún dispositivo móvil, pinchar en el siguiente enlace: Wikiloc 3ª parte Bejeras Larraga.
Este recorrido, como otras veces, lo podéis ver también en mi blog privado, pinchando en este enlace : Patxi Olite.
Como ya expliqué en mi anterior recorrido, siguiendo las indicaciones y emplazamientos indicados en el libro de Manolo, y debido a la existencia de una treintena de «bejeras» en Larraga, tengo que hacer 5 o 6 recorridos para ver si puedo visitar todas.
Este segundo recorrido, diseñado por mí, se me escapó un poco de las manos, ya que soy partidario de realizar rutas que no sobrepasen los 15 km, y éste se me escapó a 19 km con las consecuencias que más adelante explicaré.
En esta segunda entrega veremos 10 «bejeras» que, a continuación, enumeramos:
1ª) – Bejera de Elarre Ochoa. (Página nº 95 del libro)
2ª) – Bejera de Eugenia Acarreta (Página nº 119 del libro)
3ª) – Bejera de Ramos (Página nº 43 del libro)
4ª) – Bejera de María y Media (Página nº 35 del libro)
5ª) – Bejera de Zabalza (Página nº 103 del libro)
6ª) – Bejera de Vicente Cascarruejos (Página nº 55 del libro)
7ª) – Bejera del Mono Pedro Sanchez (Página nº 71 del libro)
8ª) – Bejera de Beremundo Lucea (Página nº 31 del libro)
9ª) – Bejera de Senaita (Página nº 23 del libro)
10ª) – Bejera de D. José María (Página nº 19)
Llego a Larraga a las 07:45 horas, todavía no ha amanecido, aparco el coche en «El Poste» (Carretera NA-132), junto a las naves de Construcciones SUESCUN, preparo todos mis artilugios, el termómetro del coche marca 11º, que para esta época es mucha temperatura, el viento está en calma y el cielo nublado.
Comienzo mi recorrido a las 08:00 horas cogiendo el camino perpendicular a la carretera y que pasa entre «El Poste» y la nave de Construcciones SUESCUN. Es un camino llano y ancho, muy bueno para andar y sacar buenos promedios de avance. A los 150 m. nos encontramos con un camino que va hacia la derecha y unas naves agrícolas, seguimos el camino inicial. A los 400 m. y de una nave que está a la derecha, en un pequeño altozano, me salen dos mastines que no paran de ladrar mientras me están viendo (No salen de la finca porque está vallada). Les estoy cogiendo una «perra» a los perros que no los aguanto. Los sustos que me pegan no deben ser buenos para mi corazón. Seguimos por el camino principal, pasamos por una regata que discurre por encima del camino, y nos encontramos con un cruce a la derecha, justo en un panel indicativo que marca la Cañada de Tauste-Andía. Cogemos a la derecha, dejando una balsa natural a la izquierda del camino; una pequeña subida nos lleva abre la vista a campos de cereal en los que el color verde predomina sobremanera. Aún estamos en invierno y es el verde del inicio del crecimiento del cereal, nada tiene que ver con el verde que veremos en abril / mayo. Seguimos el camino y enseguida nos encontramos a la izquierda con un cerro de pinos jóvenes. Aquí tenemos nuestra primera cita, la Bejera de Elarre Ochoa.
Durante un buen rato me vuelvo un poco «majara» buscándola pero no la encuentro por ningún lado, hasta que tengo que tirar del libro de Manolo, y veo, para mi decepción, que la bejera no está, que solo existen los restos de lo que fue, y que la pala que plantó los pinos se encargó de esparcirlos por la zona. Los busco siguiendo las coordenadas indicadas en el libro y encuentro unos restos que no merece la pena visitarlos, ya que se trata de unas piedras normales y corrientes de las que podemos encontrar en cualquier otro sitio. Os enseño una foto que tomé de los restos.
Después de esta primera decepción (Hay alguna más) sigo el camino y a unos 580 m. de la primera bejera, y en una zona donde el camino hace un par de curvas, nos encontramos con la segunda bejera, la de Eugenia Acarreta. Está en una zona arbolada, en una hondonada, protegida del viento, orientada al Este y su construcción es la típica de todas, es decir con losas verticales con unos pequeños orificios en su parte inferior, en la pared principal por donde entran y salen las abejas, sobre unas ménsulas a modo de peana de despegue y aterrizaje de los insectos. La cubierta también con losas de piedra sobre las que se vierte tierra de la zona, integrando de verdad la construcción en el entorno. No como las construcciones de ahora en la que te meten, por ejemplo, un cubo de color rosa fosforito en mitad de un monte o un campo y nos intentan hacer creer que esta construcción se integra en el paisaje (Véase alguna bodega de los arquitectos «divinos» de este país).
Estas construcciones sí que se integraban con el paisaje, tanto es así que alguna de las «bejeras» que hoy vamos a visitar casi no las encuentro.
Un rato curioseando alrededor de la bejera, y proseguimos el camino, que como hemos dicho es bueno y ancho, con alguna pequeña subida y bajada, alguna curva, hasta que salimos a una zona abierta, en alto, desde la que se aprecia, a la derecha, la vecina localidad de Mendigorría, hemos andado 750 m. desde la última bejera, y nos encontramos con un camino perpendicular por el que hemos salido, tomamos la dirección hacia a la izquierda, dirigiéndonos hacia el sur.
Ahora nos dirigimos hacia la Bejera de Ramos. Según el libro de Manolo, las coordenadas de esta bajera son: 42º35’00.10″N – 1º52’01.56″O. Pues bien salvo error por mi parte o mala transcripción en el libro, en estas coordenadas no hay nada; eso sí parece que hay algo porque te hacen entrar por un camino a la izquierda del principal y te llevan a una zona donde, perfectamente, podría haberse construido una. Más de media hora me pegué intentando buscar la bejera, y no hubo forma (Esta bien que estén integradas en el paisaje ¡pero tanto!, pensé mientras la buscaba por toda la zona indicada). Por otra parte se me olvidó apagar el GPS del móvil y todas las bajadas, subidas, idas y venidas se me transcribieron en el programa y organicé una buena. Después del rato indicado, y de haber consultado el libro de Manolo en un par de ocasiones, y de no ver nada por ningún lado, desistí de encontrarla.
Seguí el camino con la segunda pequeña desilusión de la mañana, y a los 400 m. de haber salido al camino buscando la bejera, y en mitad de un campo de cereal, a la izquierda del camino, en un montículo aprecié lo que creí que era una caseta de aperos de campo, pero como en el libro de Manolo había leído que la Bejera de Ramos tenía una puerta metálica, tipo Pegaso, percibí que podría ser la bejera porque esta caseta tenía una puerta de este tipo. Atravesé la finca de cereal, me acerqué, consulté el libro de nuevo y corroboré que era la Bejera de Ramos. Salvo error mío u otra opinión mejor fundada, las coordenadas donde está la Bejera de Ramos, según la situación en Google Earth, son las siguientes : 42º34’57.97″N – 1º52’19.26″O.
Una vez de haber encontrado la bejera, y de haber perdido bastante tiempo en buscarla, salimos de nuevo al camino, seguimos por él, y a los 190 m. el camino se bifurca a la derecha; lo olvidamos, seguimos y a los 390 m. nos encontramos con un cruce del camino hacia los cuatro lados, giramos 90º a la derecha, y después de 650 m. subiendo una pequeña loma, y bajando hacia la zona sureste de la misma, en otra pequeña hondonada, y rodeada de varios árboles, nos encontramos con la bejera de Maria y Media. Está parcialmente derruida, aunque mantiene bien la estructura, se ven las celdas por el exterior; en el interior se ven también las celdas con sus «cestas» de caña.
Son las 10:00 horas; llevo dos horas en ruta y el GPS me preocupa por que en estas dos horas me ha bajado la capacidad sde la batería a menos del 50%. He visto solo 4 bejeras en dos horas, he perdido mucho tiempo buscando la tercera bejera, me quedan seis bejeras y no sé si me dará tiempo.
Abandonamos la cuarta bejera por donde hemos venido desandado lo andado anteriormente y volvemos al camino. A los 250 m. de haber tomado el camino nos encontramos con un desvío del camino hacia la derecha; lo tomamos, y durante 700 m., en dirección Sur y viendo la carretera que va de Larraga a Oteiza de la Solana (NA-132), vamos bajando hasta llegar a un cruce de caminos, cogemos a la derecha y a 300 m. encontramos una senda secundaria que sube hacia el monte. Desde el inicio de la senda ya vemos la próxima bejera. Subimos por la senda durante 150 m. y llegamos a la bejera de Zabalza que, hasta ahora, es la más grande que hemos visto. Se encuentra en buen estado, la construcción es la misma que la que hemos visto en otras, y que no vamos a volver a repetir, se encuentra en buen estado. La puerta está orientada al Oeste, es muy pequeña y se encuentra semienterrada. También está muy bien integrada en el paisaje, tal es así que de su techo salen diversos arbustos y pequeña vegetación. En su interior se aprecian perfectamente las celdas y su techo, como en otras, está sustentado por unas losas grandes de piedras.
Son las 10:25 horas de la mañana, el cielo se ha despejado por completo, hace un día radiante y la temperatura ronda los 16º. Llevo bastante ropa y estoy empezando a sudar mucho. Prefiero seguir con la ropa que llevo ya que es un incordio llevarla encima; en la mano no la puedes llevar porque entre el bastón, los prismáticos, el GPS, las gafas, etc…no te da; en la mochila tampoco me gusta llevarla porque si meto el forro polar parece que va a reventar. Decido seguir con la misma ropa ya que el calor lo aguanto mejor que el frío. Lo que sí me quito es el gorro de lana, a riesgo de ponerme la «calvorota» colorada; en esta época el sol no pega fuerte y se puede aguantar.
Hemos visto la mitad de las bejeras que tenemos programadas.
Una vez que hemos bajado de la Bejera de Zabalza, y por la misma senda por donde hemos subido, cuando llegamos al camino principal tiramos a la izquierda hasta llegar a la NA-132 (Larraga-Oteiza de la Solana), cruzamos ésta y durante 450 m. vamos por la margen izquierda de la carretera hasta encontrarnos con el primera camino que entra en el monte.
Por aquí:
Seguimos el camino, sin dejarlo para nada, durante 1.300 m. y cogemos un camino, a la derecha, que hace límite con una gran viña a su izquierda, entramos por este camino secundario, durante 450 m., flanqueados por varios olivares, hasta llegar a una finca de cereal, donde termina el camino, pero desde donde se aprecia la sexta bejera que vamos a ver hoy.
La estructura de la Bejera de Vicente Cascarruejo (Será apellido o mote) es la misma que la mayoría que las hemos visto. La entrada de las abejas está orientada hacia el sur y la puerta está al este, el norte está protegido por bastante vegetación y un contraterreno. El interior está limpio y cuidado. Está en bastante buen estado de conservación.
Estoy obsesionado con el GPS, son las 11:06 horas, llevo 3 horas de ruta y la batería me marca un 10% de capacidad. No me va a dar para todo el recorrido.
Abandono esta bejera por el mismo camino por donde he entrado, hasta salir al camino principal donde hemos girado en la viña grande. Giramos a la derecha, y volvemos a coger el camino principal. A los 175 m., y a la izquierda apreciamos una caseta nueva que debe ser refugio de cazadores ya que hay varios coches con los clásicos carritos para perros. Seguimos durante 650 m. más adelante de la caseta y cogemos el primer camino que gira levemente a la derecha. Otros 600 m. más nos embocan a un nuevo camino que, igualmente, gira levemente a la derecha. Seguimos 285 m. por el mismo camino, llegamos a una zona de bosque, giramos a la izquierda bordeando una pieza de cereal, nos introducimos de lleno en el bosque, a la izquierda, y nos encontramos con la tercera decepción de la mañana (Aunque la segunda se solventó). Esperaba encontrar una bejera un poco deteriorada, según indica Manolo en su libro, pero lo que no pensaba es encontrar un montón de piedras que, como la bejera de Elarre Ochoa, no dice nada. Está bejera, del Mono Pedro Sanchez, completamente derruida, tan solo se mantiene en pie la pared trasera y parte de la lateral de la derecha. He perdido un buen tiempo desde que abandoné la Bejera de Vicente Cascarruejo hasta llegar a ésta. (Aproximadamente 40 minutos).
No pierdo tiempo en verla porque no me dice nada. Tan solo pienso en los «cafres» que la han derruido, y en el hecho de no tener ningún respeto por un vestigio de la vida de la zona en tiempos pasados.
Adjunto una composición fotográfica de como estaba esta bejera del Mono Pedro Sanchez en tiempos no muy lejanos, con una foto de Manolo, y como está ahora con una foto mía.
No me queda apenas batería en el GPS y me quedan tres bejeras que ver.
Abandonamos la zona de la «cafrada» que ha realizado alguien, y volvemos por el mismo camino por donde hemos venido hasta la caseta de cazadores que hemos visto a la venida.
Cuando llegamos a la caseta citada, y giramos a la derecha, entramos en un camino que, en su inicio, tiene el suelo con asfalto fresado, a los 360 m. y después de atravesar, por el centro, un pequeño olivar, y en una hondonada, y muy bien camuflada por la vegetación, nos encontramos con la bejera de Beremundo Lucea.
El vano central de la fachada principal se ha venido abajo producto, puede ser, de la gran cantidad de chaparros que han crecido en su techo, pero lo curioso es que el interior está en buen estado. Está construida con la misma técnica que la mayoría, y un poco más abajo hay otra caseta que podría ser para cobijo de los propietarios de la finca que se encuentra un poco más abajo en días de lluvia.
Son las 12:20 horas, he visto 8 bejeras y tengo un 2% de capacidad de batería en el GPS. No me va llegar hasta el final. Tengo que comprar otra batería para casos como éste.
Abandono la Bejera de Beremundo Lucea, por donde he entrado y salgo al camino principal a través del camino con gravilla de asfalto. Cuando llevo 100 m. por este camino el GPS me hace «pufff» y termina de indicarme el camino. La batería ha muerto.
Como no me se los caminos, ni la ubicación de las dos bejeras que me quedan, desisto de visitarlas, y emprendo el regreso hacia el coche, viendo como referencia la localidad de Larraga, que se encuentra a la derecha de donde estoy. Siguiendo buenos caminos, y siempre en dirección este voy llegando a la carretera NA-132 (A Oteiza de la Solana) que me dejará en «El Poste» donde he aparcado el coche.
Son las 13:18 horas, la mañana está espléndida y hace calor.
Como quiera que me quedé sin ver dos de las bejeras previstas, acompaño un montaje fotográfico con fotos sacadas del libro de Manolo.
Como quiera que la ruta se me quedó incompleta al acabarse la batería del GPS, he colgado en Wikiloc la ruta que diseñé en Google Earth, y que cumplí con fidelidad hasta que pude seguirla por el GPS.
Los últimos 3,500 km. los realicé por orientación.
Como no pude visitar estas dos últimas bejeras (Al desconocer su ubicación), os transcribo, literalmente, lo que en libro de Manolo viene de ambas:
Bejera de Senaita:Sita en La Lanzada, es la segunda siguiendo el barranco hacia arriba, entre dos ribazos, en una finca con almendros y rodeada de una pared (ya derruida)
Tiene tres bancadas de doce celdas. El techo está minado por los conejos y por una grieta bastante ancha en la parte trasera izquierda. Tiene el interior revocado con yeso. Aunque ésto no es habitual
A su lado podemos encontrar celdas de aclimatación y restos de cestos de caña, en el interior hay restos de cajones.
El fondo se encuentra en muy mal estado. La presión de una higuera puede provocar que se caiga la esquina.
Bejera de D. José María: Esta situada en La Lanzada, en la peña la culeca. Tiene tres bancadas de diez y ocho celdas, dos grupos de tres celdas han sido aprovechadas para contrafuertes, uno en el fondo y otro en sus tres cuartas partes.
Se encuentra bastante deteriorada, sin puerta, con el techo minado por los conejos y en su fondo está empezando a desmoronarse. Dispone de varios contrafuertes en la fachada y uno en su interior. Dentro tiene maderas durmientes donde descansan las losas del techo. Es quizás la bejera más rústica que he encontrado. No parece que esté hecha por un profesional o puede que sea más antigua y por ello tenga más arreglos.
Se encuentran también restos de cajones, uno está entero y cestos de cañas. Tiene tres fresqueras, dos en la pared y una en el interior de la fachada.
Y hasta aquí la magnífica mañana pasada entre bejeras de la localidad de Larraga. El mes que viene tengo el proyecto de hacer la tercera entrega, espero hacerlo si no surge ningún inconveniente.
Si queréis bajaros el recorrido, y ver todas las fotos del mismo, y poder introducirlo en vuestro dispositivo móvil, pinchar en el siguiente enlace: Wikiloc.
Este mismo recorrido lo tengo colgado también en mi blog personal que os invito a visitarlo pinchando en este enlace para poder verlo : Patxi Olite
Llevo alrededor de 4 años y medio trabajando en Larraga, donde mi empresa tiene su domicilio social, y quieras o no siempre existe la posibilidad de conocer cosas que, hasta ahora, ignorabas por completo.
Durante los tres últimos años (2011, 2012 y 2013) he colaborado, en el mes de octubre, y dentro del Ciclo Cultural que el Ayuntamiento de Larraga organiza, en el Rally Fotográfico de la localidad. El día del primer Rally Fotográfico (Año 2011), recibimos a los protagonistas en una sociedad gastronómica que, encima de la barra del bar, tiene una gran foto, en blanco y negro (Creo recordar), y que, en principio ignoraba lo que era, ya que en ella se veía una construcción que, para mí, parecía una caseta de labranza y rodeada por 3 o 4 cipreses. Pregunté que era esa construcción y me comentaron que era una de las muchas abejeras que había en la localidad. Mi curiosidad quedó satisfecha y ahí quedó eso.
Con el tiempo, y en el afán de promover alguna actividad en el pueblo que me ha acogido, laboralmente hablando, me acordé de la foto que vi por primera vez en el año 2011 y que después he vuelto a ver en varias ocasiones, y pensé que, como me habían dicho que había varias, podría diseñar unos recorridos, como con todos los que cuelgo en este blog, y dar a conocer esta actividad que, con el tiempo, se ha ido apagando poco a poco.
Uno de mis compañeros de trabajo me comentó que había un libro, escrito por un vecino de la localidad, que narraba y describía todas, o casi todas, las abejeras que existen en Larraga. Conseguí el citado libro, titulado“Las Bejeras en Larraga”, y cuya portada coloco al principio de este blog, escrito, diseñado y encuadernado por Juan Manuel Nieto García,y me puse a trabajar sobre el asunto en cuestión.
Lo primero que me llamó la atención, en la portada del libro, fue la ausencia de la “a” en la palabra “abejeras”. Me figuro que será un “localismo” de Larraga, ya que yo siempre he oído la palabra “ABEJERA”. En el libro vienen unas 30 “bejeras” que lo bueno que tiene, aparte de las fotografías, los croquis de cada una de ellas y la descripción de las mismas, es que en el pie de cada una de las fotos que presenta la “bejera”, vienen las coordenadas geográficas donde se sitúan cada una de ellas dentro del término de Larraga.
Pues bien, con estas coordenadas ubiqué todas las “bejeras” en el mapa, y más concretamente en el Google Earth, y a partir de esta situación he podido diseñar el primero de los recorridos de los 5 o 6 que constará esta serie (Todavía no sé cuantos serán porque solo he diseñado el recorrido objeto de esta ruta).
Hecha la explicación pertinente, pasamos a lo nuestro que es indicar lo que vamos a ver conforme vamos realizando kilómetros de senderismo. En esta primera ruta veremos 5 “bejeras” y que son:
1ª) – Bejera de Alejandro Martínez (Página nº 75 del libro)
2ª) – Bejera de “Mono” Pedro Sánchez (Página nº 115 del libro)
3ª) – Bejera de La Parda (Página nº 87 del libro)
4ª) – Bejera de Bernabé (Página nº 79 del libro)
5ª) – Bejera de Fálix Mendoza (Página nº 51 del libro)
Sobre las 08:15 horas del domingo día 29 de diciembre de 2013 llegué a Larraga, desde Tafalla, y dejé el coche cerca del aparcamiento del Hotel Villa de Larraga o Casa Perico ya que el inicio del recorrido iba en dirección a Berbinzana. El termómetro marcaba -2º, la mañana estaba despejada y no andaba ni pelo de viento, que para mí es lo mejor de todo.
Una vez que preparé todo (Mochila, Bastón, Ropa de abrigo, etc…), y sobre las 08:30 horas, comencé el recorrido. Sales del aparcamiento y te diriges, por la carretera, en dirección a Berbinzana. A los 800 m., y a la izquierda de la carretera, nos encontramos con una zona de árboles y bancos y en el que hay una señal indicativa que pone “Circuito Casa del Soto”. A la derecha podemos ver también la depuradora de agua de la localidad. Pasamos esta zona, y nos encontramos con un camino que gira, 90 grados, a la izquierda; nos metemos por él y a los 200 m., y a la izquierda, nos encontramos con la primera de las cinco “bejeras” que vamos a ver hoy. Se trata de la “bejera” de Alejandro Martínez, que es una construcción de piedra arenisca, semienterrada y con orientación hacia el Este. Las características de la “bejera” se pueden apreciar, perfectamente, en el libro de Juan Manuel Nieto García. Yo no soy experto en la materia, ni he estudiado este tipo de construcciones y por lo tanto mi valoración es bastante escueta (Pongo lo que veo sin entrar en más detalles).
A continuación, y como va ser una regla general en estos recorridos, pondré una foto mía y un croquis de Juan Manuel Nieto García (Que viene en el libro) explicando un poco más cada una de las “bejeras”.
Abandonamos el lugar, y durante un buen tramo (1.500 m.) el camino, llano y bueno, va transcurriendo entre huertas, invernaderos (El perro os ladrará pero está atado) y pequeñas fincas donde los propietarios guardan perros de caza, y como os podéis imaginar el ruído de ladridos es enorme, pasamos por la parte de atrás de la Fábrica de Conservas ASENSIO y llegamos a la carretera NA-132, la cruzamos y nos introducimos en un camino que, durante un buen rato,bordea el Río Arga. Me salen dos grandes cormoranes que estaban encaramados en un árbol, y no sé si los asusté yo o me asustaron ellos a mí, porque el ruído que hacen al salir es bastante considerable. Nos dirigimos a la “bejera” del “Mono” Pedro Sanchez. Llegamos al final del camino que desemboca en una especie de túnel vegetal que gira a la derecha y desemboca en una pieza de cereal. La zona está muy tupida de maleza y me costó encontrar la “bejera”. Se me olvidaba decir que este recorrido es factible en bicicleta en un 99% de su recorrido, el único lugar donde no se puede ir en bicicleta es a partir de esta “bejera” donde hay que bordear un campo de cereal (Serán unos 200 m.) hasta salir de nuevo a un camino.
Como he dicho me costó encontrar la “bejera” por dos razones: Una es que hay mucha vegetación y está algo escondida y la Segunda es que la construcción parece una caseta de labranza “al tipo” en vez de una bejera. En una conversación con Juan Manuel Nieto García me comentó que esta bejera, posiblemente, fue una caseta de aperos reconvertida, posteriormente, a “bejera”.
Es una construcción de adobe revestido, completamente superficial y orientada hacia el sur. Está completamente invadida por la vegetación.
La mañana va transcurriendo con normalidad, sin incidencias a destacar (Salvo el perro de los invernaderos y los cormoranes del río), la temperatura va subiendo poco a poco y el sol está radiante, incluso ofensivo si te pega de cara.
Abandonamos la segunda “bejera”, seguimos por un camino que discurre paralelo al Río Arga, y a los 500 m. de la misma nos encontramos, en la parte derecha del camino, con una Central Hidroeléctrica después de una presa semicircular (Ver foto compuesta).
Pasamos la Central, seguimos por toda la zona de regadío, por caminos buenos y llanos, y volvemos, de nuevo, a la carretera NA-132, justo donde habíamos cruzado antes, cuando veníamos, de la “bejera” de Alejandro Martínez, giramos a la izquierda, cruzamos el puente sobre el Río Arga, y cogemos la carretera que va a Mendigorría. Hemos terminado la primera fase de este recorrido que ha transcurrido en una zona de regadío.
Durante 1.500 m, y a través del arcen izquierdo de la carretera a Mendigorría, vamos acercándonos, para mí por el peor trazado del recorrido (Carretera), hasta el primer camino que gira a la derecha, pasado el kilómetro 29 de la NA-601, para más información, aunque creo que no es necesaria, la entrada del camino está asfaltada, y hay una señal de “Prohibido circular a más de 40 km/h” y otra de “Máximo Toneladas 14 Tn”. Subimos por el camino (Porque es ascendente), llegamos a un camino que accede a una granja (Se ven los silos de pienso), cruzamos el prado que tenemos a la izquierda, llegamos a un desnivel del terreno y junto a una finca, que ahora ha estado sembrada de maiz, nos encontramos con la tercera “bejera” de esta mañana; la “bejera” de La Parda.
Está derruida en su gran mayoría, es de piedra arenisca, semienterrada y orientada hacia el sur. Tan solo queda en pie la pared trasera (Contraterreno), parte de la pared izquierda y parte de la losa de la cubierta en la izquierda. Unos surtidores de riego se han “plantado” delante de la “bejera”.
La foto y el croquis de Juan Manuel (A partir de ahora Manolo) lo vemos a continuación.
Volvemos a desandar lo andado hasta el cruce del camino que entra a la granja citada, y salimos ya a lo que es la concentración parcelaría de Larraga, completamente distinto a lo visto en la primera fase de este recorrido. Ahora los caminos son, también, llanos, pero con una anchura grande y los campos son extensos donde predomina el maiz, trigo y espárrago.
Estamos en el cruce citado en el párrafo anterior y para llegar a la cuarta “bejera” vamos a hacer un circuito por los caminos de la concentración.
Nos situamos en el cruce, nos dirigimos en dirección Este durante 750 m., giramos a la derecha en dirección Sur durante 400 m., giramos a la derecha en dirección Oeste durante 300 m., giramos a la izquierda en dirección Sur durante 300 m. y por último giramos a la izquierda en dirección Este durante 500 m. y llegamos a nuestro destino “La Bejera de Bernabe”.
Y aquí empieza otro dilema para mí. En la documentación que viene en el libro hay una “bejera” que se ve que está completa, bien conservada, tal y como dice Manolo, y cuando llego me encuentro con una ruina en la que solo se mantiene en pie la pared trasera (Contraterreno) y parte de la pared izquierda. Cotejo mi documentación con lo que estoy viendo y no me coincide más que la coordenada geográfica, miro por los alrededores para ver si estoy equivocado y he metido algún dato mal o hay algún dato equivocado, y nada de nada, todo me dice que la “bejera” es esa, y en un primer momento pienso que ha habido algún saqueo, y alguien ha aprovechado las piedras para hacerse alguna cosa.
Después de un buen rato me doy por vencido, admito que aquello, en ruinas, es la “bejera”, saco la correspondiente foto y me retiro, por donde he venido, algo decepcionado.
Por lo que puedo apreciar, se trataba de una “bejera” de piedra arenisca, semienterrada y orientada al Este.
Ahí va la foto con el croquis.
Todo tiene su explicación: En conversación posterior con Manolo, me indica que la “bejera” fue levantada por su dueño, no hace mucho tiempo, y que ha vuelto a ser reconstruída en una zona del linde con Miranda de Arga y Berbinzana, y que se puede apreciar en una finca que existe a la izquierda de la carretera que une Berbinzana con Tafalla en la que también existe un horreo gallego (De estos datos no estoy muy seguro).
Seguimos en la concentración parcelaria. Volvemos sobre nuestros pasos y a los 1.200 m. giramos a la izquierda. No abandonamos este nuevo camino hasta después de 1.300 m. y cuando llegamos a un camino general, que nos lleva a la carretera NA-132, giramos a la izquierda, y después de 60 m. giramos a la derecha y nos introducimos en un camino, poco transitado, que nos lleva, después de 200 m. a una zona muy poblada de vegetación, en la que a la derecha, y viendo la carretera, podemos ver, en una ladera, la quinta y última “bejera” de este primer trazado de “Las Bejeras en Larraga”.
Al igual que las otras “bejeras” se trata de una construcción semienterrada, de piedra arenisca y orientada al Sur.
Vemos la foto con su croquis.
A mitad de camino, y como era día de caza, un perro despistado, que tenía pinta de ser conejero, se topó conmigo, y como son perros acostumbrados al hombre se vino tras de mí. Como había dos cazadores por la zona, que iban juntos, me dirigí a ellos para ver si el perro era suyo. Me dijeron que no, que ellos ya llevaban los suyos, y que les sonaba que el perro era de “fulanito” (No recuerdo el nombre). Cuando uno de ellos se acercó al perro para ver si llevaba el teléfono en el collarín, con la escopeta en mala posición y agachado, a los 10 metros tras él saltó una perdiz, con su correspondiente ruidera. De los tres tiros que le pegó el primer cazador, tan sólo en el primero saltó alguna pluma de la perdiz, de los otros dos nada de nada, y no es eso, sino que el segundo cazador el endosó otros dos tiros que no hicieron ni asustarla. En total se llevo cinco tiros, que no la mataron, pero al remontar la loma por donde huía dio la sensación que iba tocada, hizo un extraño y creo que cayó al suelo. Subieron como “alma que lleva el diablo, hacia la loma, y ya no sé el desenlace de este episodio. Yo a lo mío.Antes de llegar a esta “bejera” contaré un caso que me ocurrió al entrar a este último camino poco transitado.
Vistas las cinco “bejeras”, y no habiendo previsto ninguna otra, había que llegar hasta el coche. Se baja otra vez a la carretera, se cruza el puente sobre el río y se vuelve a coger el primer cruce, a la izquierda, que habíamos pasado en la primera fase del recorrido y que transcurría por las huertas, invernaderos y por detrás de la Fábrica de Conservas ASENSIO, pero esta vez nos dirigimos al pinar que hay, tras una fuerte pendiente, al norte del casco urbano de Larraga. Subimos la pendiente, a través del pinar, giramos a la izquierda donde hay una fuente cubierta y cogemos un paseo que bordea todo el pinar y desde donde se ve una bonita panorámica de la Ribera del Río Arga, y desde donde se aprecian las localidades de Artajona y Mendigorría.
Bordeamos este bonito paseo, que en verano tiene que ser una maravilla, y cuando llegamos a la parte trasera de la Iglesia nos metemos por allí para que callejeando por la localidad, lleguemos hasta el coche después de haber pasado una mañana magnífica, después de casi 18 km. y 4 horas de recorrido.-
Un pincho de chistorra y una cerveza, en Casa Perico, fue el colofón de esta mañana en Larraga.
Espero, para finales del mes de Enero, hacer la segunda parte de “Las Bejeras en Larraga”, pero ya sabemos que el hombre propone y las “obligaciones” disponen; en principio esas son mis intenciones.
Si queréis bajaros el recorrido, y ver todas las fotos del mismo, y poder introducirlo en vuestro dispositivo móvil, pinchar en el siguiente enlace: Wikiloc.
Este mismo recorrido, junto con alguna otra cosa más, lo tengo colgado también en mi blog personal, pinchar en este enlace para poder verlo : Patxi Olite.
Sábado día 29 de septiembre de 2013, las 06:00 horas, me levanto para pegarme hora y media de viaje, con su correspondiente vuelta, para hacer un recorrido que se me había metido en la cabeza por Abaurrea Alta (Creo que es el pueblo más alto de Navarra), y que en su día me recomendó una antigua compañera de trabajo que sus padres tienen casa en la localidad.
No sé pero creo que me estoy haciendo mayor, y si a esto unimos lo poco que me gusta conducir; durante la primera media hora de viaje, en mi soledad en el coche, mis pensamientos se desviaron a intentar recapacitar qué pintaba yo a esas horas, yendo a un destino tan lejano, para hacer un recorrido que podría hacer en cualquier lugar de nuestra comunidad más cercano.
En cuanto empezó a amanecer se fueron disipando todas mis dudas al respecto, y me centré en lo que había pensado hacer durante la mañana.
Durante el recorrido, y con la radio encendida, iba oyendo en todas las emisoras el frente frío que se había introducido en la Península por el Oeste y que iba a ocasionar lluvias a lo largo y ancho de todas las Comunidades excepto en las del Este.
Nada más pasar Zubiri, y ya subiendo el puerto de Erro, la carretera estaba mojada, y pensé que los presagios se iban a cumplir, y pensé que estaría bueno que no había llovido en todo el verano, e iba ser ese día en el que caería agua.
Al pasar los puertos de Erro y Mezquiriz las dudas se disiparon, en cierto modo, ya que como yo me dirigía al Noreste, era en esa zona donde estaba más claro, aunque amenazaba un cielo negro que venía por el Noroeste. De todas formas llevaba en mi mochila un paraguas y una capa por si las moscas.
A las 08:00 horas llegaba a Abaurrea Alta, atravesé la localidad, y aparque justo en una zona pavimentada que existe entre el Bar Pirineo y un parque Infantil situado tras un crucero, a la izquierda de la carretera, saliendo de Abaurrea Alta.
Una vez equipado con todos los aparejos (Móvil, mochila, prismáticos, gorra, bastón, etc….), a las 08:07 horas comienzo mi recorrido. Tengo que volver a la entrada del pueblo, viniendo desde Pamplona, atravesando la Iglesia, el Ayuntamiento, etc, para coger una pista a la izquierda, nada más pasar una nave en la que pone algo así como » Toros Pirenaicos – JOSE ANCHO». Nada más entrar en la pista hay una flecha indicativa de madera que pone «BAIGURA – 8,2 Km – 2 h. 40′ «. Ya estamos en una pista buena, ancha, con suelo de «todouno», flanqueada por helechos y avellanos que sacan unas varas rectas que los lugareños aprovechan para sus necesidades laborables ya que en muchos de ellos se ven que han sido cortadas en cuanto cogen el diámetro necesario. Igualmente vemos animales de todo tipo pastando por los innumerables pastos que hay en este municipio. A este respecto diré que, posiblemente, ha sido el recorrido en el que más animales domésticos he visto (Cabras, Ovejas, Vacas, Toros, Caballos, etc) lo que da a entender que el sustento económico de la zona puede ser la ganadería, aunque se nota que estamos a final del verano; los pastos están tirando a amarillentos.
A los 115 metros de la nave de JOSE ANCHO hay una bifurcación de caminos. Cogemos el de la izquierda. A partir de aquí, y durante un buen rato, debemos seguir el camino sin desviarnos de él para nada. Durante este tramo, que en varias zonas discurre en alto, podremos admirar la gran cantidad de pastos existentes acompañados, muchos de ellos, con el sonido de los cencerros de los diferentes tipos de animales que se encuentran pastando. A los 2,000 Km de la bifurcación que hemos pasado al principio nos encontramos con un desvío del camino que va a la derecha; lo pasamos. A los 80 m. nos encontramos con otra bifurcación de caminos; tiramos por el de la derecha. Todavía no hemos comenzado la ascensión que tenemos que hacer. La bifurcación del camino antes citada es la separación de tres términos de la localidad : Zozagotz, Arrizabala y Aritzmendia, hemos andado 2,900 Km. y estamos a una altitud de 1.002 m. sobre el nivel del mar (Hemos bajado, por ahora, 48 m. desde el comienzo del recorrido). Seguimos por la buena pista, pasamos una granja, a la izquierda, en la que pone «RANCHO VIDONDO 1983».
Pasado el «Rancho Vidondo», y después de 550 m. nos introducimos en el bosque, comenzamos la ascensión y nos topamos con una verja que corta el camino para evitar la salida de los animales. Nos encontramos en el camino que separa los términos de Aintziondoa y Gadeapea, estamos a 1.055 m. de altura, y empezamos a ver las primeras hayas del bosque. La zona baja del bosque, como hemos dicho, es de hayas, luego hay una zona en la que se mezclan pinos y hayas, y la zona superior de este primer tramo del bosque es de pinos, pasamos un paso canadiense con una verja y alguna flecha indicativa, y después de 1.200 m. desde la primera verja llegamos a un llano en el que el camino separa prados naturales flanqueados por algún árbol suelto. Al comienzo de este llano nos volvemos a encontrar con una señal que indica La Ruta de los Salacencos que volveremos a ver más adelante. Estamos en el término de «El Borreguil», y el camino que lo atraviesa es la Cañada Real de Milagro a Aezkoa, atravesamos el llano y nos introducimos, de nuevo, en la otra parte del bosque. Esta vez son todo hayas, bien rectas, agrupadas y en perfecta formación, tal y como puede verse en la fotografía siguiente.
A los 775 metros de haber comenzado la subida en esta segunda zona de ascensión, tenemos que tener cuidado y desviarnos a la izquierda por una senda que baja hacia abajo. El punto de bajada comienza, justo, a los 7,71 km. del inicio del recorrido, y después de una hora y cincuenta y seis minutos andando. Yo me pasé de este punto, siguiendo el camino, en estos ratos en los que no miras el GPS, y a los 5 minutos me di cuenta y tuve que volver hacia atrás los 300 metros aproximadamente que me había pasado. Para más información, y basándome en el SITNA este punto en concreto tiene las coordenadas geográficas siguientes: Latitud = 42º 51′ 35″ N – Longitud = 1º 12′ 23″ O. Comenzamos la bajada después del despiste y a los 250 metros nos volvemos a encontrar con otra verja que cierra el camino. LLevamos casi 8 km. andando y ya hemos comenzado el descenso. A los 800 m. de la verja y en un claro del monte nos topamos con otro camino, giramos a la izquierda, y nada más girar nos encontramos con un hito indicativo del Sendero Local SL NA 65 A. Seguimos el camino, en descenso, hasta llegar despues de 1700 m. del hito a un área de descanso en la que hay varios paneles informativos, varias flechas indicativas, mesas y aparcamiento donde hay varios vehículos aparcados y que, desde aquí, comienzan su andadura (Lo que es saber los sitios). Ya hemos salido del monte y estamos en una zona rodeada de pastos, pasamos otro paso canadiense cerca del cual hay unos cuantos caballos y varias ovejas,seguimos por un camino asfaltado y bien cuidado. Pasamos por las Casas de Erremendia, que las dejamos a la izquierda, y vamos discurriendo por una carretera desde la cual podemos apreciar la forma de vida de esta zona a través de las diversas granjas que vemos. Atravesamos un pequeño bosque de hayas sobre el camino asfaltado que en realidad es la Carretera NA 2021, en este momento estamos en el término de Erremendia y Sarraldea.
Nos faltan 1.800 m. para llegar a la Carretera NA 140 que nos lleva directamente a Abaurrea. En estos momentos llevamos 15,500 km andando, y aquí quiero hacer una aclaración.
Todos estos recorridos que hago me los diseño yo a partir del Google Earth, me los meto en mi dispoitivo móvil, y una vez en el recorrido no hay que hacer otra cosa más que seguir la línea azul que te indica éste. Unas veces acierto y otras no, unas veces diseño un tramo de un recorrido por un lugar que parece un camino y resulta que es un riachuelo, otras veces me encuentro con vallas de alambre de espinos que me las veo y me las deseo para salvarlas. En este caso de Abaurrea, y lo digo con toda sinceridad, y según mi diseño, sobran los 5 últimos kilómetros, ya que su discurrir es por carretera que a mí, particularmente, no me dicen nada, aunque vayas viendo paisajes que, normalmente, no ves en la zona donde resido.
Por lo tanto, después de los últimos 5,000 km por carretera, llego a Abaurrea a las 12:11 horas después de casi 4 horas de recorrido.
Una vez en Abaurrea no puedes dejar de ver tres cosas que a continuación detallo:
1º) – El Jardín de las Estelas, que se encuentra detrás de la Iglesia de San Miguel. Se trata de una especie de laberinto en el que en su recorrido hay «plantadas» diferentes estelas funerarias. Cuando llegué estaba cerrado, hay que llamar a algún vecino de la localidad, esperar a que venga y que te abra. Con este jardín me llevé un poco de decepción ya que se trata de una construcción metálica moderna que, a mi modo de ver, no se integra en el entorno al situarse en la parte de atrás de la Iglesia, tiene unas pasarelas metálicas galvanizadas que se asemejan más a una plataforma petrolífera que a un recinto, teóricamente, funerario. Pero, en fin, doctores tiene la Iglesia que saben más que yo.
2º) – Las Ruinas de la Ermita de San Miguel. En lo alto del pueblo, y subiendo por un angosto sendero llegamos a un alto donde se ubican las ruinas de la Ermita de San Miguel. Se trata de una ermita de planta rectangular, de piedra caliza, en donde solo queda en pie, aparte de las muros perimetrales, uno de los arcos que formaban la bóveda de la cubierta. Cabe destacar que a la derecha de lo que fue la puerta de entrada, y que ahora está parcialmente tapiada, existe una estela con un lauburu y el nombre de «ignacio».
3º) – La Cueva de Mauleche. A 200 metros de la ermita, y siguiendo una pequeña senda sinuosa que sale a la izquierda de la ermita nos encontramos con la Cueva de Mauleche, donde la leyenda dice que habitó una bruja. No pude sacar fotos de la cueva porque me quedé sin batería del móvil (Tengo que echarme otra batería), pero el sitio tiene un cierto halo de misterio y aparte de eso, y es una buena atalaya para, con los prismáticos, obtener magníficas vistas de los cercanos pirineos.
Una vez terminada mi mañana «senderista» me acerqué al Bar Pirineo, cerca de donde había aparcado el coche, y me «jinké» sin tocar pared medio bocadillo de jamón y una caña.
Ahora tocaba otra hora y media de regreso a casa en coche. A gusto y con la «devoción» cumplida me metí en el coche, que estaba a 200º al sol, y carretera y manta.
Para los que queráis bajaros el recorrido para insertarlo en dispositivos móviles podéis pinchar en el siguiente enlace, y os llevará a la página wikiloc donde está subida la ruta: Abaurreagaina.
Este mismo recorrido está subido en mi blog personal. Pincha en el siguiente enlace y te llevará hasta él: Patxi Olite
Había leído varias veces, y tenía testimonios de la gente de mi entorno, de lo interesante que resultaba una visita a la restaurada torre de Olcoz, pueblo situado a 21 Km. de Tafalla, en el Carrascal.
Pues bien el domingo día 23 de junio me dirigí a mi objetivo.
Dejo el coche delante de la Sociedad y muy cerca de mi destino final, la Torre de Olcoz.
Me dirijo hacia el sur, y más concretamente hacia la Iglesia de Olcoz, dedicada a San Miguel, y donde podemos admirar su interesante portalada de acceso Norte, así como el magnífico emplazamiento de la Iglesia, desde donde se puede ver una panorámica de gran parte de Valdizarbe por su parte delantera.
Una vez haber estado en esta zona comenzamos lo que es en sí el recorrido. Nos dirigimos otra vez por la cara Norte de la Iglesia, y por la Calle San Babil hacia el oeste, y más en concreto hacia una pista hormigonada que nos lleva, en bajada, hasta el Canal de Navarra que se aprecia desde la altura del principio de la Pista. Bajamos unos 750 m. hasta que llegamos a un puente que pasa por encima del Canal de Navarra, giramos 90º hacia la izquierda y seguimos por la pista habilitada para dar servicio al citado Canal. Durante 1000 m. andamos y cuando llegamos al siguiente puente cogemos la carretera que entra a Tirapu, pasamos por unos chalets de fin de semana que están a la derecha de la carretera, y a unos 300 m. nos metemos de lleno en la localidad de Tirapu, cogemos la primera calle, a la derecha, y llegamos a la zona donde se encuentra el frontón y la Iglesia.
Un momento de parada para sacar unas fotos y seguimos por la Calle Norte hasta llegar, de nuevo, a la pista de servicio del Canal de Navarra. Aquí hay que hacer una pequeña «infracción» por que la puerta de acceso a la pista está cerrada y hay que saltar el vallado, ayudándonos en la «bionda» que delimita el nuevo puente que pasa por encima del canal. 500 m. más adelante y cuando llegamos a un nuevo puente, debemos cometer otra «infracción» al saltar otro vallado y coger la carretera que accede a Añorbe. Desde ese punto donde hemos saltado la valla, y un poco a la izquierda, advertiremos el edificio de Bodegas NEKEAS. Subimos por la «empinada» pista hormigonada hasta llegar a la carretera que llega a Añorbe. Nada más pisar el asfalto de la citada carretera (NA-6013) nos encontramos con una casa palaciega muy sencilla y muy del tipo, seguimos ascendiendo, por la Calle Valdizarbe, hasta llegar a la irregular plaza del Ayuntamiento, pasamos por delante de la Iglesia de la Asunción, seguimos ascendiendo por las calles José Antonio Huarte, Cuatro Esquinas, Vínculo, Ros,Norte y Cañada Real, hasta llegar a la zona más alta y nueva del pueblo, donde está el Colegio y el frontón. Bordeamos el frontón por detrás y cogemos una pista rellena con escombro de tejas y ladrillo, vemos la Ermita de San Martín a la izquierda, en lo alto, y comenzamos el descenso hacia Enériz.
Comentaré que este recorrido se puede realizar, también, en bicicleta de montaña, si salvamos el «problemilla» del vallado de acceso a la pista del Canal de Navarra entre Tirapu y Añorbe.
Bajando de Añorbe a Enériz, y siguiendo el camino existente, nos encontramos también con un pequeño inconveniente que no es otro que el camino está prácticamente cerrado por la cantidad de vegetación existente producto de las cuantiosas lluvias caídas este año. Tenemos que ir, exagerando un poco, y durante 300 o 400 m., como si estuviésemos en un selva amazónica, es decir abriéndonos paso con un «machete» que es el bastón que llevo siempre en mis recorridos. He dicho que exagerando un poco.
Estamos en el término de Txitxar de Abajo de Añorbe. Seguimos el camino hasta llegar a las primeras construcciones de Enériz, hemos andando, desde el frontón de Añorbe, unos 1500 m. El primer edificio que nos encontramos en Enériz es, igualmente, el frontón. Lo dejamos a la derecha seguimos por la Calle Camino del Monte, giramos a la derecha, cogiendo la Calle Cofradía, la bajamos y cuando llegamos abajo giramos a la izquierda, por la misma calle. Aquí me encontré con la agradable presencia de un grupo de peregrinos a Santiago (Ignoraba que el Camino de Santiago pasase por Enériz, ya que yo no lo hice por aquí). En un cruce de calles nos encontramos con un curioso monumento metálico dedicado al peregrino. Entramos en la agradable plaza del Ayuntamiento de Eneriz donde podemos ver el Ayuntamiento, el río Robo, unos asadores, un parque infantil y varios complementos que hacen el lugar muy agradable. Cruzamos la carretera NA-8105, nos topamos con la Iglesia Santa María Magdalena, cogemos la calle San José, a la izquierda de la Iglesia y comenzamos un pequeño ascenso que nos dirigirá hacia las afueras del pueblo en dirección a Ucar.
Estamos en el paraje de Zubindoa, seguimos el camino que discurre paralelo a la NA-601 y cuando llegamos a una pasaje por debajo de esta carretera giramos a la izquierda, y comenzamos un ascenso constante, pero no muy fuerte nada más pasar una campa de acopio de materiales de construcción. Ahora estamos ya en el término de Errotaldea de Ucar. Durante 1500 m., desde que hemos pasado por debajo de la NA-601, vamos ascendiendo por el camino flanqueado por ambos lados por campos de cereal hasta llegar a la primera calle de Ucar (Calle Ageri) donde podemos ver, a la izquierda, y en un recodo de la calle, un gran bloque de piedra, dentro de una zona ajardinada, que, igual que en Enériz, homenajea a los peregrinos a Santiago. Callejeamos por Ucar, pasamos por delante del edificio del Ayuntamiento, por una pequeña plaza llamada Plaza Alegría, y salimos de Ucar por un camino que cogemos nada más pasar la Carretera La Venta. Estamos en el término de Iturrondoa.
A los 700 m. de haber abandonado Ucar, y en una bifurcación de caminos, cogemos hacia la derecha otro camino que nos lleva a la carretera NA-6013 después de 315 m. Cuando llegamos a la carretera cogemos hacia la izquierda y durante 500 m. debemos ir por el arcen hasta llegar a un camino que entra a la derecha (Ver foto), y comenzar un ascenso final que nos llevará hasta Olcoz.
Una vez que hemos cogido el camino que indicamos en la foto anterior, y pasando por una gran esparraguera que dejamos a la izquierda, comenzamos un ascenso algo fuerte. Estamos en el término de Irantzu de UCAR. Durante 750 m. en en constante subida, pasando por encima del Canal de Navarra y atravesando un bonito pinar, pasamos a la vertiente sur de la pequeña colina, dejándonos, igualmente en un camino de ascenso que nos lleva a Olcoz. Desde que hemos pasado el pinar hasta que llegamos a la Torre hemos andando 525 m. Pero aquí no acaba la cosa. Una vez que hemos llegado a la Torre, la pasamos, dejándola a la derecha, seguimos por la misma calle que hemos cogido al principio del recorrido llegando hasta la primera pista hormigonada que nos llevaba, en descenso, hasta el Canal de Navarra, y desde allí seguimos por otra pista, en descenso pronunciado, y teniendo como referencia, a lo lejos, unas pequeñas edificaciones, durante 400 m. Las pequeñas edificaciones son la denominada fuente de la Maria Paula, curiosa fuente de agua en mitad de un lavadero, y donde, al menos este año, brotaba gran cantidad de agua.
Volvemos sobre nuestros propios pasos y llegamos, de nuevo, a la Torre de Olcoz. Hay que procurar organizarte el recorrido para que el mismo termine aproximadamente sobre las doce horas, ya que a esta hora es cuando se abre la Torre y puede ser visitada por dentro con un guía que, normalmente, suele ser algún vecino de la localidad. A mí me toco un guía llamado Ricardo, pero sé que hay alguno más como Pablo Palacios con el que tengo relación profesional. El que los guías sean vecinos o allegados del propio pueblo dan a conocer el nivel de implicación que éstos tienen para con la Torre.
En la visita guiada, como es lógico, te van enseñando todos los aspectos más interesantes de la Torre, su uso inicial, su antigüedad, etc.. Actualmente sirve,en su planta segunda, como local de reunión de los plenos del Ayuntamiento, sirve también como marco para celebraciones de bodas, como sala de conferencias y otros usos más. Igualmente en una de las plantas existen unos paneles, diseñados por Jesus Zulet, en el que se explican detalles de la Torre, de la Iglesia de Olcoz de la que su portada norte (Nombrada al principio de este recorrido) se asemeja, de manera clara y rotunda, con la de Eunate. Igualmente, y sobre la mesa de la sala de sesiones, hay unos gráficos muy curiosos que alinean Eunate con la Iglesia de Olcoz, la Peña Unzué y Nazaret, así como Eunate, la Torre de Olcoz, la Peña del Abrigo y Jerusalen (Creo que era así). Y otra curiosidad también reflejada y referente a Eunate. La cubierta de Eunate es octogonal; pues bien, colocándonos en el centro del octogono, y tirando una línea recta que pase por los 8 vértices del mismo siempre coincide con diferentes ermitas o iglesias.
En fin, curiosidades muy bien explicadas por los guías (Que no son profesionales) y que hacen que el recorrido de hoy haya tenido el colofón de la visita a la Torre, y desde cuya atalaya se puede disfrutar de unas vistas impresionantes.
Para ver más fotos y los que os queráis descargar este recorrido, y poder realizarlo siguiendo el mismo itinerario que yo hice, lo podéis descargar pinchando en el siguiente enlace: Patxi Olite /Wikiloc.
Igualmente este mismo recorrido lo tengo metido en mi blog personal, cuyo enlace es el siguiente : Patxi Olite / Blog personal.
El jueves día 23 de mayo había leído en el periódico, y aprovechando la celebración del Día del Agua en Pitillas, que se iba a realizar el domingo día 26, que la Laguna de Pitillas estaba a unos niveles de agua pocas veces visto.
Por lo tanto, y ante la llamada del amigo Emilio, que venía el domingo, preparé un itinerario por los alrededores de la Laguna de Pitillas. Sabedor de los niveles de agua que la laguna tenía, no me limité a seguir los paseos señalizados que bordean la laguna, sino que diseñé un recorrido algo más alejado de la misma. Este diseño tenía el problema que al alejarte de la laguna no podías apreciar las diferentes aves que “pastaban” en la laguna, pero nos asegurábamos el tener un recorrido limpio y seguro de agua, porque estaba seguro, y así nos ocurrió, que el agua se había “tragado” algún camino.
A las 08:00 horas llegábamos al aparcamiento que está debajo justo del observatorio de aves que está en la Laguna (42º24’30.82″N – 1º35’38.12″O).
Preparamos todos los “aperos” y nos disponemos a realizar un recorrido de 16 km. alrededor de la Laguna.
El primer hito que encontramos es el cartel Informativo que nos indica que estamos en una Reserva Natural; además nos da otra serie de informaciones anexas.
Nos informamos un poco donde estamos, y nos dirigimos por el camino balizado que se dirige a la derecha. Seguimos este camino que nos indica que nos dirigimos a una caseta observatorio; algún cartel indica que vayamos en silencio para no alterar el ritmo de las aves. Después de 750 metros, y por un camino bien definido llegamos a la caseta observatorio, entramos en ella, y durante unos minutos estamos sentados en sendos bancos de madera. Sacamos unas fotos, observamos unos paneles informativos sobre diversas aves que podemos contemplar y salimos para proseguir el camino.
El camino termina en la caseta y no hay camino que continúe, por lo que debemos de seguir por el borde de una finca de cereal para salir a la carretera NA-5330, y que va a Santacara (Son 250 metros). Una vez en la carretera nos dirigimos a la izquierda (Dirección Santacara) y durante 725 m. pisamos asfalto hasta coger el primer camino que entra a la izquierda. Ver foto siguiente.
Ya estamos en un camino amplio y llano. La mañana es perfecta, soleada, sin aire y al ser las 09:00 horas el calor, todavía, no aprieta.
Durante 1.500 m. seguimos el camino flanqueado por terreno de protección de la Laguna, ya que no hay nada sembrado, es terreno virgen y en él se aprecia que ha habido agua. Como hemos dicho, a los 1.500 m. de la entrada desde la carretera nos encontramos con una bifurcación del camino que entra a la izquierda, que será la ruta buena cuando la laguna tenga menos agua, pero que en esta ocasión hemos pasado de largo porque, como nos temíamos, el agua se ha comido los caminos más cercanos a la laguna.
Seguimos por el camino principal y llegamos a un tramo en el que el agua se ha apoderado del camino. Unos 50 metros del camino están bajo el agua; no lo podemos vadear porque a los dos lados está más profundo que el propio camino; dudamos si volvernos, pero esto significa perder un tiempo precioso que no tenemos (Hay que volver a Tafalla para las 12:00 o 12:30 horas). Al final decidimos pasar por el agua ya que vemos que no tiene mucha profundidad. No nos quitamos ni las botas. Las botas de Emilio son algo más altas que las mías y pasa sin apenas mojarse, pero a mí el agua me entra por todos los sitios de las dos botas, los calcetines “chirriados”. No me preocupa el día está bueno y pronto secarán.
Una vez salvado el obstáculo seguimos el camino; a los dos lados del mismo observamos un paisaje, a mi modo de entender, “prebardenero”, con una pequeña sierra al frente de la cual ignoro el nombre; durante 3 km. vamos admirando el paisaje con una mañana radiante y una pequeña brisa del norte.
A los 3 km del paso por el camino inundado giramos casi 360 grados, a la izquierda,siguiendo el mismo camino. A los 700 m. del giro brusco nos encontramos con una bifurcación del camino y en la cual se levanta un clásico corral. Podemos seguir por cualquiera de los dos caminos para llegar al Cerro de la Ermita de Santo Domingo; el de la derecha es más recto. Nosotros decidimos seguir por el de la izquierda. Su recorrido es algo más complicado que el otro pero sin ningún problema, tenemos que hacer una especie de “4″ para llegar al cerro. Me explico en cuatro palabras:
1) – Desde el corral, por la izquierda, seguimos 1.650 m.
2) – Llegamos a un camino que gira a la derecha, seguimos 530 m.
3) – Giramos a la izquierda y a los 860 m. llegamos a la falda del cerro.
De todas formas no hay pérdida ya que vas divisando la Ermita desde cualquier sitio, y ya vayas por un camino o por otro no hay ningún problema.
Una vez en la falda del cerro tenemos que rodearla, en dirección norte, para llegar a la empinada cuesta que accede a ella.
Lo primero que nos llama la atención es una especie de aljibe que hay delante de la Ermita que está rodeado por un vallado de madera.
Tenemos que admirar la Ermita por fuera ya que por dentro, como es lógico, no podemos verla al estar cerrada; se ve que está formada por dos módulos. Sacamos la conclusión que uno de ellos es la propia ermita y el otro sería la casa del ermitaño.
La atalaya que forma el cerro es perfecta, podemos apreciar todo lo que nos rodea en 360º. Y lo que nos rodea es lo siguiente:
1) – Al Este – Lo que para mí es el comienzo de la Bardena ya que el paisaje es, como he dicho, “Prebardenero”.
2) – Al Sur – La Laguna en todo su esplendor y la localidad de Pitillas.
3) – Al Oeste – En primer término Olite y Tafalla detrás.
Una vez visto todo, bajamos del cerro y enfilamos el camino que se dirige al sur, que se ve perfectamente desde arriba, y en el que, en su margen derecho, se ubica un corral con su nevero, muy bien conservado y que, a nuestro entender, tiene actualmente una misión muy diferente para la que se construyó. Varias piedras, en forma de menhir, se aprecian en sus inmediaciones.
Seguimos el camino hasta coger el primer desvío a la izquierda (820 metros), seguimos otros 565 metros y nos encontramos con un cruce principal, lo pasamos, seguimos el camino y en 200 m. llegamos a una curva a la derecha que nos acerca a la Laguna. 250 m. más adelante giramos, de nuevo, a la izquierda andamos otros 400 m. y el camino nos lleva a la derecha.
En esta curva, y si seguimos un camino que a la izquierda tiene una acequia de nueva creación podemos acercarnos definitivamente a la laguna y seguir uno de los paseos señalizados (Creo que era el nº 2), pero nosotros no pudimos por que el agua, de nuevo, invadía el camino; por lo tanto tuvimos que desandar hasta la curva que nos llevaba a la derecha y citada al final del párrafo anterior. Otros 550 m. antes de llegar a una curva a la izquierda que nos lleva a la recta final de 870 m. y que termina en una construcción que en su día fue restaurante (Ahora no sé si está o no abierto), y cuyas construcciones se asemejan a los establos del antiguo oeste americano (Vimos 3 caballos y unos cuantos perros).
350 m. más de recorrido nos llevan hasta el aparcamiento en el que hemos dejado el coche a las 08:00 horas. Son las 11:50 y está lleno. Se celebra el Día del Agua y hay visitas guiadas. Varios matrimonios jóvenes con niños han llegado al lugar a pasar la mañana.
El recorrido aquí expuesto es uno de tantos que se pueden hacer por los alrededores de la Laguna, yo he elegido éste porque entra dentro de mi perfil establecido (Entre 15 y 20 Km. y entre 3 a 4 horas andando). Se puede hacer en bicicleta, aunque para esta modalidad es corto, y se puede elegir cualquier recorrido ya que la red de caminos que hay por los alrededores abre muchas posibilidades. Lo que sí es cierto es que es un terreno llano (Ver el gráfico de pendientes) apto para paseos sin mucho esfuerzo y fácil de hacer, ya luego depende de cada uno del rato que quiere invertir en estar “pateando” por el campo.
Por último, y como siempre, si quereis bajaros la ruta para poder incorporarla a vuestro dispositivo móvil, entrar en este enlace: Wikiloc / PRAEO
De la misma forma podéis ver este mismo recorrido en mi blog personal : Blog Patxi Olite.-
Como ya he dicho en otras ocasiones mis recorridos tienen un objetivo que, normalmente, suele ser un elemento constructivo, ya sea histórico, religioso, en ruinas, etc.
En el caso que nos ocupa había previsto tres objetivos: Primero : El conjunto monumental de Eunate; segundo: El paso por Obanos con su magnífico entorno de la Iglesia de San Juan Bautista y tercero: El conjunto general de Puente la Reina y que abarca la zona de entrada con el monumento al peregrino, el albergue, la calle Mayor, la Iglesia de Santiago y el Puente sobre el río Arga.
Pues bien he de comentar que los tres objetivos ennumerados en el párrafo anterior ya los conocía de otras ocasiones, pero en esta ruta hay un cuarto objetivo, para mí desconocido, que lo descubrí a la hora de diseñar el recorrido, y que no es otro que la Ermita de Arnotegui.
Comencemos. El pasado domingo día 10 de marzo de 2013, a las 07:30 horas estaba en mi punto de partida en Puente la Reina. Aparqué el coche al lado del puente medieval ya que mi destino terminaba ahí justamente, y a las 07:38, después de coger la mochila, el bastón, los prismáticos y poner a punto el dispositivo móvil que me direccionaba en el recorrido, comenzaba mi pequeña aventura. Tengo que decir que este tiempo es bueno para los recorridos ya que amanece antes y los rigores del invierno empiezan ya a mitigarse, y aunque a la madrugada pega un poco de «rasca» luego va siendo necesario quitarte ropa de encima.
Empezamos el recorrido acercándonos a la gasolinera que hay en el centro de Puente la Reina, en la carretera NA-1110. Una vez en la gasolinera cogemos la carretera NA-6064 que nos dirige a Mendigorría, Artajona, Tafalla y Lerin, tal y como indica el cartel existente en el cruce; pasamos por delante de las oficinas de la mancomunidad de Valdizarbe, pasamos el puente sobre el río Robo y giramos, bruscamente, a la izquierda para coger un camino que discurre por las traseras de las viviendas que se encuentran en el borde de la carretera que atraviesa Puente la Reina, y que va paralelo al río Robo. Una vez que hemos andado 260 m. giramos a la derecha, nos dirigimos a la zona deportiva de la localidad, donde están las piscinas y el campo de fútbol, subimos por el paseo Otsabidea, llegamos al cementerio y cogemos el camino que asciende a la derecha. Llegamos a la zona más dura del recorrido, pero como apenas llevamos 600 m. estamos con fuerza y lo subimos sin nigún problema. Hay zonas que llegan al 30% pero con calma no pasa nada. Pasamos por delante de una estación de gas (Creo que de ENAGAS) y seguimos el camino hasta llegar a la, para mí desconocida, Ermita de la Virgen de Arnotegui o San Guillermo.
En el último tramo de la subida, y que es el más duro, soy alcanzado por un chico de Puente la Reina que también subía a la Ermita y él me dice el nombre, también, de San Guillermo. Se trata de una Ermita amurallada, con sus almenas, que domina todo el Valle de Valdizarbe, desde allí podemos alcanzar varias localidades como Obanos, Muruzabal, Uterga, Artazu, El Señorío de Sarria, Legarda, Adiós, etc.
Una vez que hemos oteado el horizonte entramos a la ermita que encontramos abierta, la luz está apagada, está oscura y en el lado izquierdo, delante de un atril, vemos una figura con una vela en la mano, en principio creemos que se trata de una figura inanimada, pero no, se trata del ermitaño que está orando, pero es tal su quietud que, en principio, nos desconcierta. Tomo un par de fotos, que me salen orrendas, y salgo al exterior a disfrutar de las vistas. Doy una vuelta por los alrededores de la ermita, saco unas cuantas fotos, y cuando me disponía a proseguir la marcha sale el ermitaño y reclama mi presencia, comenzamos una larga conversación, iniciada por la fe, no sin antes echarme una reprimenda por haber entrado a la ermita como «Elefante por cacharrería» y por haber sacado fotos sin permiso; le enseño las fotos que he sacado y en las que no se aprecia nada debido a la falta de luz, proseguimos la conversación referente a la fe, la resurrección, Jesucristo, la naturaleza, las misiones, etc…. durante un buen rato. Me dice que se llama Lázaro, y que por las mañanas no está en la ermita ya que trabaja, cuidando ancianos, en la Residencia de Obanos. Nos despedimos, no sin antes, invitarme a volver al lugar con mi familia.
La larga conversación con Lázaro me ha trastocado el diseño del recorrido, en cuanto a tiempo se refiere, ya que no voy a poder visitar el fuerte semiderruído que se encuentra junto a la ermita, y que sirvió de atalaya en las guerras carlistas. Paso la visita al fuerte y comienzo la bajada por un camino ancho y bueno durante 1.200 m., sin desviarse del mismo, y llegando a un cruce con una carretera donde se ubica un letrero que nos dirige a ARNOTEGUI. Cruzamos la carretera y cogemos un camino que pasa por delante de un corral de ovejas, y donde hay un montículo con un monolito funerario que reza «AQUI FUE MARTIRIZADO SAN GUILLERMO», seguimos por el camino, como hemos dicho antes bueno y ancho, y enseguida me encuentro con malos presagios, ya que un letrero en el lado izquierdo del mismo nos indica «BATIDA DE JABALI», me pongo el chaleco reflectante, y enseguida oigo dos o tres tiros y el maullar de los perros; estoy atento porque a la menor te das de morros con el jabalí que sale huyendo, y si encima está herido, pues figurate. Sigo el camino flanqueado por coches y remolques con perros que me indican que me voy metiendo cada vez más en el «ojo del huracán», hasta que en un momento determinado oigo un grito y un joven que está al acecho me dice que no puedo pasar. Otra vez se me trastoca el diseño de mi recorrido ya que el pinar que me disponía a atravesar, previo a la llegada a Eunate, y donde estaba la batida, es un magnífico lugar a admirar y que viene reflejado en los paneles indicativos que se encuentran en Eunate como un lugar de interés ecológico. El joven que me impide el paso me idica un recorrido alternativo para evitar pasar por el pinar, maldigo la puñetera batida y me dirigo por donde me han indicado, campo a través, hasta enlazar por un camino flanqueado por almendros, 900 metros después de haber estado con el joven y metiendo las botas en el barro ya que tengo que atravesar alguna pieza de cereal que están cuajadas de agua.
Llego al camino y comienzo el descenso hacia Eunate durante 1.155 m., Una vez en Eunate, donde ya he estado varias veces, me dedico a sacar fotos por todos los puntos cardinales que rodean la Ermita, y que encuentro cerrada como casi todas. Durante un buen rato admiro el conjunto arquitectónico – religioso, me hidrato un poco, descanso en uno de los bancos que rodean el lugar y reanudo la marcha a través de un pequeño sendero, en dirección oeste, que está señalizado por la clásica flecha amarilla que nos dirige a Santiago de Compostela, paso por un agradable lugar preparado para el ocio, y en el que hay varias mesas, una fuente y varias barbacoas, y comienzo el acercamiento a Obanos.
Durante 1.600 m. y siguiendo las flechas amarillas y los símbolos que indican el Camino a Santiago, atravesando la Carretera NA-6064, llegamos al cementerio de Obanos. Una vez en el cementerio, que se encuentra en un pequeño montículo ya podemos apreciar la localidad. Seguimos el camino, atravesamos la carretera NA-6062, comenzamos el ascenso al pueblo a través de una pequeña carretera local, que en estas fechas está cortada por los desprendimientos de tierras que ha habido (Aún así, peatonalmente, se puede pasar), nos metemos por las calles de Obanos hasta llegar a la Plaza Principal del pueblo, donde se encuentra la majestuosa Iglesia de San Juan Bautista y donde se celebra, o celebraba, el Misterio de Obanos, salimos por el arco de entrada a la plaza, y nos encontramos (casualidad) con el único chico de Tafalla que, creo, vive en Obanos. Mikel Valencia se queda sorprendido de verme allí, le explico mis aventuras, me dice que se va con su señora a pasar el día por Isaba, le digo que hay que madrugar más (Son las 10:30 horas), le comento que ya llevo tres horas por el mundo, le comento, también, mi encuentro con Lázaro, y tanto él como su señora se sonríen. Nos despedimos, veo tres peregrinos que por su habla parecen ser alemanes, sigo mi camino, saliendo de Obanos, para llegar a mi destino que es Puente la Reina. Tengo amistad con Mikel porque los dos somos aficionados a la fotografía y también con su padre Miguel, «alma mater» del equipo del Siroko del trofeo Ciudad del Cidacos.
Salgo de Obanos a través de la Travesía San Salvador y la Calle Buenos Aires, atravesamos la Calle Santa María, bajamos por un camino claro que no tiene pérdida y el primer giro a la izquierda que tenemos lo cogemos para dirigirnos y llegar a la Carretera NA-1110 que nos dirige a Puente la Reina. Hemos andado 1.700 m. desde la Plaza de Obanos hasta la Carretera NA-1110.
Una vez en la carretera, y es lo que menos me gusta, la seguimos en dirección a Puente la Reina, pasamos por el cruce que va a Campanas, y desde el que se ve, en lo alto, la Ermita de Arnotegui, seguimos y pasamos por el Hotel / Restaurante El Peregrino, donde destaca su estatuta al borde de la carretera, pasamos por delante del albergue de peregrinos, que se encuentra cerrado en estas fechas, y donde vuelvo a ver a los tres peregrinos alemanes que han llegado por otro recorrido que el mío, y llegamos a la Calle Mayor de la localidad. La Calle Mayor de Puente la Reina, para mí, tiene un sabor especial, porque aparte de generarse gran parte de la actividad de la población podemos apreciar la magnífica Portada y Torre de la Iglesia de Santiago, la plaza Principal del pueblo, donde todavía se siguen celebrando los festejos taurinos en las fiestas patronales, como a la antigua usanza y como colofón, y al final de la misma, el famoso puente sobre el río Arga y que todos conocemos.
Atravesamos el puente, recordando mi etapa del Camino de Santiago que realizé el día 18 de octubre de 2008, y una vez sacada la pertinente foto del citado puente llegamos al punto de partida donde he aparcado el coche a las 07:30 horas. Son las 11:30 horas. Han sido 4 horas de duración, que no andando, porque es un recorrido que al tener varios lugares que visitar se está más rato parado, y si encima el amigo Lázaro nos «deleita» con su conversación más que más. La prueba está que el tiempo de movimiento, como se especifica en el cuadro de Datos Técnicos ha sido de 02:52 horas.
En fin, recomiento este recorrido que es fácil de hacer, se puede hacer en bicicleta (Aunque la batida de jabalí me hizo meterme por lugares donde no es posible la bicicleta), pero si atravesamos el pinar que me perdí, sí se puede, y aparte de hacer deporte, haces, igualmente, algo de turismo local que también merece la pena.
Por último, y como siempre, si quereis bajaros la ruta para poder incorporarla a vuestro dispositivo móvil, entrar en este enlace: Wikiloc / PRAEO
De la misma forma podéis ver este mismo recorrido y otros como éste en mi blog personal : Blog Patxi Olite.-
Dicen que medio Tafalla, (De donde soy y donde habito) desciende de la Valdorba, yo no sé si desciendo de la Valdorba, aunque creo que no, ya que jamás he oido a mi familia nada sobre el tema, pero lo que sí sé, y estoy seguro, es que vivo con una valdorbesa de Solchaga. Este «contratiempo» me ha hecho conocer esta magnífica zona a lo largo de más de 25 años.
Tengo una memoria muy frágil, pero creo que a los «gandules» de mi cuadrilla les propuse, hace un par de años, el realizar este recorrido, visitando 4 ermitas, y depués irnos a comer al «Coto», en Sansoain. Por un lado me extraña que se lo propusiese porque si es para juntarnos a «papear» el éxito es seguro, pero si es para realizar recoriidos, salvo algunas honrosas excepciones, pasan olímpicamente.
Pues bien, ante la duda de mi proposición, y como quiera que anunciaba buen tiempo para el fin de semana, el sábado día 16 de febrero me preparé el recorrido objeto de este escrito. A grandes rasgos el recorrido se limita a visitar, en una secuencia seguida, El Cristo de Catalain, La Ermita de Eristain, La Ermita de Arrazubi y La Ermita Echano, terminando la ida del recorrido en el Pantano de Mairaga que en estos días está a rebosar, tanto es así que se está soltando agua como pude comprobar personalmente.
¡Comencemos! – Hay que llegar en coche hasta el Cristo de Catalain, que se encuentra entre las localidades de Barasoain y Orisoain, a 1600 m. del cruce que divide Barasoain y Garinoain.
Dejamos el coche en la parte de atrás de la Ermita donde hay una campa que permite aparcar muy bien. Recomiendo aparcar en esta zona puesto que el aparcar delante de la fachada de la Ermita siempre puede estropear alguna fotografía que quiera hacer cualquiera que se acerque al lugar. A mí me ha pasado alguna vez, y tener un coche delante de un monumento histórico repatea mucho.
Antes de comenzar a explicar el recorrido os indicaré que es un recorrido que yo he hecho a pie, pero no existe ningún problema en realizarlo en bicicleta y en coche, ya que quitando un tramo de buen camino en la zona de la Ermita de Arrazubi, el resto se hace por carretera. A mí, particularmente, no me gusta andar sobre asfalto, pero en este caso lo tuve que hacer así, ya que la gran cantidad de agua caída durante el mes de febrero me impedía el realizarlo por el campo, que también se puede hacer.
Comenzamos el recorrido a pie por la carretera NA-5100 en dirección a Orisoain. Durante 1800 metros, y por la citada carretera, vamos avanzando hasta llegar a un desvío, a la izquierda, en el que dos carteles de madera indican la proximidad de Eristain y Solchaga. A la derecha de este desvío, y en el altozano, podemos ver la localidad de Orisoain, que no estaría de más (Cosa que yo no hice por que era temprano) acercarnos para poder admirar su magnífica [Enlace roto.] situada bajo su altar.
Una vez que hemos abandonado la carretera NA-5100 y hemos cogido el desvío a la izquierda, comenzamos una ascensión suave y continua que nos lleva a los llanos de los alrededores de Eristain en Solchaga. A los 800 metros de cogido el desvío, y después de pasar un pequeño bosque de carrasca que hay a la izquierda de la pista donde estamos, nos aparece una vista muy agradable en la que podemos apreciar el Caserío de Erístain a la derecha, un poco más a su izquierda Solchaga en su altozano, un poco más a la izquierda la majestuosidad de la Peña de Unzué dentro del bloque que compone la Sierra de Alaitz (Ni que decir tiene que inmortalicé el momento tal y como se puede apreciar en la foto siguiente a este párrafo).
Seguimos la pista, y 500 m. más adelante hay un desvío que gira bruscamente a la derecha y que nos lleva al Caserío de Eristain que está a 400 m. del desvío. En este lugar, regentado por Francisco y Satur, se encuentra la Ermita de Eristain, en la que, desde el exterior, cabe destacar el atrio cubierto donde se encuentran 3 lápidas que recuerdan algún enterramiento allí existente. Normalmente la ermita está cerrada, pero en época que no sea invierno se puede solicitar la llave a los regentes del caserío para poder admirar esta joya del siglo X o XI.
Adjuntamos un texto con curiosidades sobre Eristain:
Significado. Significado. Probablemente ‘lugar propiedad de una persona llamada *Erist-‘. De *Erist- + ain, siendo el primer elemento un nombre de persona no identificado y el segundo un sufijo que indica propiedad.
Comentario lingüístico. Julio Caro Baroja piensa que el nombre de persona Evaristus forma parte del topónimo.
En la Valdorba se pronuncia hoy Iristain.
Traducciones curiosas y explicaciones populares. A. Campión, con ciertas dudas, lo relaciona con las voces vascas eriz, eri, eritzi.
Documentación histórica: Está documentado ya en 1085 con las grafías «Eriztang» y «Eriztain». En el «Libro de Rediezmo» de 1268 parece que incluye Solchaga, pero luego siempre tuvo primacía este último lugar.
Situación Geográfica: Caserío de Solchaga, con palacio de cabo de armería, en el distrito municipal de Olóriz, Valdorba, Merindad de Olite
Historia:
La catedral de Pamplona tuvo bienes en su término desde finales del siglo XI. Iglesia de San Juan.
El Diccionario de 1802 consigna la existencia del palacio y del caserío de Arrozubi en sus cercanías. El primero aparece en la nómina oficial del Reino. En 1543 pertenecía a Juan de Echagüe y Margarita de Bértiz, y a su heredera María Juan de Echagüe, casada con Martín de Lérruz. En 1558 Martín de Lérruz, al parecer hijo del anterior, casó con Beatriz de Rada, de cuyo enlace nació Margarita de Lérruz, casada a su vez en 1581 con Juan de Arbide. Su hija Ana Margarita de Arbide contrajo matrimonio con Pedro de Inzaurriaga en 1598, y fueron padres de Margarita de Inzaurriaga, que en 1626 casaría con Pedro Iribarren, también llamado Jusué. En 1630 tuvieron un pleito con los palacianos de Solchaga por la preeminencia en el asiento y la prioridad de tomar la paz y hacer la ofrenda en la iglesia, que fue reconocida y declarada a su favor. Ya antes, en 1601, habían tenido otro incidente similar con los Lacarra, familia hidalga del lugar. Ana María de Iribarren, heredera del palacio, casó en 1657 con Miguel Beltrán de Leoz. Su hijo Lorenzo Beltrán de Leoz contrajo matrimonio hacia 1685 con Ana Escolar. Les sucedió hacia 1710 Francisco Martín Beltrán de Leoz, casado con María Alfonso, cuya hija María Joaquina casó a su vez, en 1733, con Juan Francisco de Lacarra, solicitando ambos el rebate en 1758. La hija de éstos, María Joaquina Lacarra, casada con don Manuel Montero de Espinosa en 1760, trasladó su residencia a Tafalla, arrendando el palacio a unos caseros. No obstante, Josefa Antonia Lacarra solicitó nuevo rebate en 1801. Según el Libro de Armería, el escudo era de oro con tres fajas onduladas de azur.
Es un sitio agradable, rodeado de verde, que puede ser visitado con niños, gente mayor, etc….
Después de la visita y la pertinente sesión de fotos, volvemos por la misma pista que hemos cogido en el desvío hasta la pista principal que hemos cogido a la altura de Orisoain. Una vez en la pista recorremos 250 m. y nos encontramos en el cruce con la NA-5151 que accede a Solchaga, y justo donde existe una pérgola que cubre un pozo de agua potable en el cual nos podemos refrescar si el día lo pide.
Cruzamos la carretera, a la izquierda apreciamos un letrero de carretera que nos dice «OLORIZ 2», comenzamos una bajada, por la carretera a Oloriz, que nos lleva a cruzar, por su correspondiente puente, el río.Nada más pasar el puente, a unos 40 m. hay una bifurcación de caminos, el de la izquierda nos acerca a la Fuente de Solchaga (Muy concurrida por su excelente agua). Debemos seguir hacia la derecha. A 500 m. de la bifurcación, y hacia la derecha, nos encontramos con un desvío que entra a un camino muy bueno, ancho y llano, según se puede apreciar en la foto siguiente.
Una vez dentro del camino, seguimos éste, y una vez hayamos recorrido un kilómetro, podemos apreciar, en un alto a la izquierda, la Ermita de Arrazubi. Se trata de una pequeña Ermita, del siglo XII, la más sencilla de las 4 que vamos a visitar. Accedemos a ella a través de una senda verde, y desde arriba, y si miramos al sur podremos apreciar una magnífica panorámica sobresaliendo a la izquierda la localidad de Solchaga, que es el eje central de este recorrido.
La ermita es de planta rectangular en la que destacan, a mi entender, dos cosas; la primera es el adosado que existe en la fachada principal en la que apreciamos un nicho,en forma de arco apuntado, que alberga una tumba que podría ser de algún ermitaño (Esto es suposición mía). Con respecto a esta tumba existe una leyenda que he encotrado en internet y que pinchando en este enlace podéis leer : Tumba en Arrazubi
La segunda es que si nos fijamos detalladamente, la espadaña que albergaba antiguamente la campana está bastante inclinada hacia el interior de la ermita. Alguna vez he oído a algún lugareño que la leyenda dice que un rayo destruyó la espadaña, y su reconstrucción fue encargada a un albañil de la localidad que era muy asiduo a «levantar el codo», no hay escrito que diga porqué la espadaña está inclinada, pero «se especulan» dos hipótesis; una que el nivel del albañil no estaba bien calibrado y la otra hipótesis es que durante el día en el que tuvo que levantar la espadaña, la bota de vino la levantó, también, más de lo normal.
Rodeamos la ermita para poder apreciar desde su atalaya todas las panorámicas posibles, sacamos las correspondientes fotos y seguimos el recorrido bajando a través del propio monte.
Seguimos por el camino ancho y llano y a 250 m. de la ermita llegamos a la carretera NA-5010 que va desde Oloriz hasta el Pantano de Mairaga. Giramos a la derecha, y caminamos durante 1.100 m. hasta llegar a un desvío de la carretera a la derecha que nos mete hacia la Ermita de Echano. Desde el desvío hasta la Ermita hay 450 m.
Una vez en la Ermita podemos apreciar que se ubica en un sitio idílico, justo a la orilla del río que en esta época baja cuajado de agua; podemos apreciar su magnífica portalada, y su fachada principal es muy parecida a la Ermita de Catalain. Se trata de un Ermita del Siglo XII de estilo románico, y urgando en internet hemos encontrado alguna curiosidad: http://www.romanicoennavarra
El sitio es muy bonito, existen buenas sombras, sobre todo para el verano pero tenemos que abandonar el lugar para proseguir con el tramo final del recorrido.
Volvemos a desandar los 450 m. que hay desde la Ermita hasta la Carretera NA-5010, y giramos a la derecha encaminándonos hacia el Pantano de Mairaga. Un kilómetro más arriba, y después de pasar por delante de las instalaciones de Mairaga, y que regulan el caudal del pantano, llegamos al dique que sujeta las aguas que, esta vez sí, llenan y rebosan el Pantano de Mairaga. Desde el propio dique apreciamos, al fondo del pantano, el Señorío de Bariain, precioso lugar enclavado en la falda de uno de los pequeños montes que rodean el pantano. Durante un buen rato admiramos el lugar y vemos el pantano lleno y soltando agua que hace que el río que baja a Solchaga este espléndido.
Estamos a mitad de recorrido y tenemos que volver. Son las 10:15 horas y comenzamos el regreso que, en principio, tenía intenciones de realizarlo bajando, monte a través, paralelo al río, pero la gran cantidad de agua caía estos días me impidió hacerlo, salvo llegar a casa con barro hasta las rodillas y pegarme una paliza grande. Por lo tanto, y con resignación, emprendo el regreso por la carretera hasta llegar al cruce con el camino de la Ermita de Arrazubi, debo llegar, de nuevo, al cruce con la Carretera a Olóriz, seguir bajando, atravesar el puente sobre el río en Solchaga, y llegar al cruce de la carretera de acceso a Solchaga, justo donde a la ida habíamos ubicado la pérgola sobre el pozo de agua potable. Aquí varíamos el recorrido, y en vez de seguir recto hacia Eristain, nos desviamos a la derecha, seguimos el letrero que pone «GARINOAIN 2,5». El único motivo que tiene el realizar la vuelta por este lugar, variando un poco el recorrido de ida, es el pasar, a los 115 m. del cruce, por delante del Trujal que, cerca de Solchaga, fue descubierto hace 7 u 8 años, y que el Gobierno de Navarra, durante un par de años, estuvo sacando al aire para el disfrute de propios y estraños. Se trata de un descubrimiento muy reciente que data del año 1587, y se pueden admirar las técnicas que se utilizaban para elaborar el aceite. Se encuentra a pie de carretera y, hasta ahora, se ha respetado sin sufrir ningun acto de vandalismo o robo.
Dejamos atrás el trujal, seguimos por la carretera NA-5151 durante 2,500 km., durante los cuales atravesamos un pequeño robledal a la izquierda de la carretera, por delante de las instalaciones de la Cooperativa de la Valdorba y por delante de una construcción desproporcionada, llegamos al cruce con la carretera NA-5100, seguimos el letrero que nos dicta «13 LEOZ», y después de 1.000 m. llegamos a nuestro punto de partida, y que no es otro que la Ermita del Cristo de Catalain.
El Cristo de Catalain es el centro de reunión religioso de la Valdorba, se trata de un conjunto del siglo XIII y que sirvió como ermita y hospital de peregrinos tal y como lo testifican todas las construcciones anexas a la ermita, y que una de ellas ha sido restaurada recientemente como la Sede Central de Los Servicios de la Valdorba. La documentación de este conjunto arquitectónico es muy amplia, pero a modo de conocimiento nos centramos en uno de ellos: Catalain
Hemos hecho el recorrido en algo más de 4 horas, la mañana ha sido muy buena y el recorrido merece la pena.
Para los que queráis descargaros el recorrido para metéroslo en vuestro dispositivo móvil y ver todas las fotos del recorrido, podéis pinchar el siguiente enlace : Wikiloc / Ermitas Valdorbesas.-
Igualmente podéis ver este mismo recorrido, junto con unas cuantas cosas más, en mi blog personal : Patxi Olite/Ermitas Valdorba.
Como colofón de este recorrido os dejo un enlace de una bellísima canción de Benito Lertxundi que ensalza la Baldorba : Canción de Benito Lertxundi. Igualmente y para los que, como yo, no entendemos el euskera, os dejo la tarducción : Traducción de Baldorba.
Y con este bello epílogo os dejo hasta otra ocasión.
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