Creemos, que el presente trabajo, puede ser interesante para ubicarnos en el estado del movimiento actual de las corrientes de pensamiento, que invaden y afectan, al conjunto sociocultural.
Luis Alba hace un recorrido por el neurocognitivismo actual y nos dice, que una de las operaciones conceptuales de la neurociencia cognitiva, es la redefinición de todas las nociones psicológicas, filosóficas, o de la lengua común, para conseguir obtener un significado unívoco y mínimo, calcado sobre el funcionamiento nervioso o computacional…
Uno de los objetivos de la Neurocultura es proporcionar, dado que el cerebro es universal, una lengua y una ética universal. Una nueva forma de concebir la religión, el arte etc. Un idioma universal que reabsorba las diferencias. Es el intento de cómo conseguir un idioma “a través del cual pueda existir un entendimiento real y verdadero” (…) “y alcanzar una coherencia de percepciones y significados del mundo” (…) “para que al hablar, y nombrar las cosas, sepamos en su raíz, cual es el mensaje con todos sus matices”
En su trabajo, Luis Alba, hace un repaso por los equipos de neurocientíficos norteamericanos y europeos. Se detiene sobre todo, en Francisco Mora, catedrático de la Universidad Complutense. Citamos literalmente, algunas de sus propuestas:
“Criticar las ideas y concepciones de lo que entendemos por humano, y por relaciones humanas, y con ello, las leyes y reglas que las gobiernan(…) conseguir el conocimiento científico de cómo funciona nuestro cerebro y descifrar los códigos cerebrales de nuestra agresividad y violencia(…) conocer los sustratos que elaboran nuestra conducta moral, nuestras emociones, nuestros sentimientos y nuestra cognición, y estudiar si es posible y necesario, aplicar el modo de recodificar nuestro cerebro”.
Mora aspira, a producir una “teoría unificada” de la mente y el cuerpo, así como del sujeto y el mundo. Para ello, comienza refundiendo todo lo que conocemos hasta hoy como Humanidades, pasándolo a mecanismos cerebrales. Además parte, de que en la neurofisiología cognitiva, se da por resuelto el dualismo cartesiano. Tanto la conciencia, como en yo o el self, y el libre albedrío, son considerados por Mora, como distintos niveles de la actividad funcional de las redes neuronales.
Los neurocognitivistas, al creer resuelto el problema cartesiano, lo único que consiguen, es reencontrárselo una y otra vez. Un autor como Ramachandra puntualiza: “No podemos tener sensaciones subjetivas (qualias) sin nadie que las experimente. No podemos tener un self o un “yo” totalmente vacío de experiencias sensoriales”
Para Luis Alba, en las neurociencias, es particularmente problemática la capacidad de reflexión. La conciencia que el sí mismo, tiene de sí mismo. Y que no presentan ninguna solución aceptable sobre este problema. Algunos de ellos, proponen, la existencia de “metarrepresentaciones” lo cual llevaría, a una regresión infinita -un yo dentro de otro yo… Pero, de esta manera, llegaríamos inevitablemente, a tener que plantearnos la cuestión de Dios. Otros proponen “una regresión finita, que tocaría fondo cuando se llegara a seres tan estúpidos, que pudieran ser sustituidos por una máquina”.
Nada queda sin revisar por el neurocognitivismo, dice el profesor Mora. Su definición de neuroética no tiene desperdicio: “el examen de cómo queremos manejar los temas sociales de la enfermedad, la normalidad, la moralidad, los estilos de vida y la filosofía de la vida (serán) acordes a nuestro conocimiento de cómo funciona el cerebro, y con ello, podremos definir, apropiadamente, lo que significa el ser humano, y debemos, interaccionar socialmente.” El neurocognitivismo, trata de desarrollar una crítica de las creencias, de las ideologías y de las normas morales, en función del desarrollo de la ciencia, para llegar a reglas de conducta justificadas objetivamente.
El aspecto ético, al que más se dedica el profesor Mora, es “la conducta altruista” y la explica diciendo que responde al viejo principio de “supervivencia evolutiva” el “hoy por ti mañana por mi” De esta manera, queda eliminada la idea de que nuestra moral está basada en Dios nuestra moral, pero a cambio, impone un Realismo Moral.
Las neurociencias pretenden aplicarse a todo lo que hasta ahora, se ha llamado Humanidades. En Derecho, por ejemplo: “Habrá que redefinir lo que debemos entender por normal basándonos, no en la conducta, sino en parámetros, cuantificables y objetivos del funcionamiento del cerebro” Como Uds. podrán percibir, el debate sobre la responsabilidad queda zanjado. El concepto de libre albedrío desaparece. Pero, si no hay libertad ¿Qué hay de la responsabilidad?
La Teoría de los Valores también será reformulada. Se diseñarán investigaciones para determinar, en que zonas está representado en el cerebro el mayor valor que se asigna a una cosa frente a otra. Nos anuncian que las interacciones sociales, en especial las económicas, están basadas en la confianza. Y que contamos con la oxitocina, que activa los circuitos neuronales, para activar los circuitos de la confianza. (Hoy nos preguntamos si podrán fabricar cantidad suficiente)
Luis Alba señala, como a pesar del triunfalismo, algunos autores como S. Dehaene- nada sospechoso de anticognitivista, por cierto- no puede dejar de reconocer que “La psicología cognitiva se afirma como una parte integrante de las ciencias de la vida, que explota todos los métodos de la biología, desde la genética hasta la imaginería cerebral; pero una ciencia de la vida mental, que intenta enunciar algunas leyes generales del pensamiento, y ejercer un dominio sobre algo tan íntimo y subjetivo, s e pondría pensar como inaccesible al método científico”
El profesor Mora es más atrevido que Dehaene al afirmar que: “procesos que podríamos llamar leyes, son claramente definitorios del funcionamiento cerebral humano”
*Extracto del trabajo presentado en los “Encuentros con lo social” en Bilbao. Mayo 2008, por Luis Alba, psicoanalista en Bilbao, Miembro de a ELP