DEL ACEPTAR CON TEMPLE

Ante la pregunta que se nos hizo sobre el modo de como podemos aceptar con temple lo que nos hace sufrir volvemos a Freud.

Freud en «El malestar en la cultura» formula el sufrimiento como originario, por eso, lo trata en términos de destino. Este cuerpo nuestro, cuerpo del padecimiento, se dirige hacia la destrucción,y no sólo por cuestiones biológicas. Freud considera, que hay algo en nosotros que nos arrastra, y lo llama pulsión de muerte. Lacan va a llamar a eso que nos arrastra real y termina por considerarlo ineliminable.

Por tanto cada sujeto debe encontrar los medios de contrarrestar esa determinación. Debe encontrar su manera de no dejarse arrastrar hacia lo peor; a esta “actitud” la denominé “temple”. En un lenguaje más técnico, Lacan llama a esto sinthoma. Esta “actitud” no es un estado de ánimo, no tiene que ver con la voluntad o con la conciencia. Es una construcción del psiquismo de cada uno y hunde sus raices en el inconsciente.

Uno de los fines de este blog es proporcionar, a quien quiera hacer el esfuerzo, unos conocimientos serios y fundados del aparato psíquico, para evitar caer en juicios facilones. Queremos abrir el pensamiento de los lectores, ponerlo a trabajar.

Me voy a permitir introducir aquí algo que acabo de leer en un comunicado de la Agencia EFE. Son las conclusiones publicadas sobre el curso “Aprendiendo a ser feliz” de la UNED en Pamplona: “La felicidad no sólo es posible sino que además puede aprenderse y para ello es importante tener sentido del humor y saber valorar lo importante de la vida” “Para ser feliz hay que pedir a la vida lo que la vida puede dar, porque a veces pedimos cosas excesivas” “Hay que dar trascendencia a la vida y valorar lo importante” “Lo importante puede ser por ejemplo un amanecer” “No hay mejor carta de presentación que una sonrisa” etc…!Qué una serie de eminentes profesores se reúnan para llegar a tan sesudas conclusiones¡

En definitiva, esa versión del hedonismo también promete una felicidad simplona. ¡Pero que muy simplona¡ Más allá de lo que se quiera promocionar; el paraíso está perdido. No es que falte o que pudiera estar, es que el paraíso es mítico, es decir, sólo pensable como perdido.

¿Cómo conseguir temple? Dicho de otra manera ¿Cómo conseguir construirse un Sínthoma?…Un psicoanálisis puede proporcionar temple a un sujeto, puesto que es un trabajo de asociaciones significantes que hunde sus raíces en el inconsciente. Dicho de otra manera, en el cuerpo.

Pero no es el único modo. Hay muchas producciones humanas con las que también se logra; por ejemplo el arte. Y de entre las artes vamos a elegir para ilustrarlo la escritura. Leamos un fragmento de Fernando Chivite: “Qué extraño desvarío, todo este loco asunto de la felicidad como presencia en todo tipo de mensajes. ¿No empieza a resultar un poco excesivo? Nos han metido en la cabeza el rollo de ser felices a toda costa y ahora no hay manera de sacarlo de ahí. Y ojo, porque puede llegar a convertirse en un problema grave, lo digo en serio(…) Desde un punto de vista más o menos científico, la felicidad se define como “el resultado de una actividad neuronal fluida en la que los factores internos y externos interactúan estimulando el sistema límbico” Como lo oyen…. Lo he sacado de wikipendia y aún estoy alucinando. Desde luego si algo podemos tener claro de la felicidad es que se ha convertido en la palabra estúpida por excelencia. Y en el fetiche de la simplonería psicológica más descomunal. (…) así pues les propongo una cosa: olvídenla. Sencillamente. Me refiero a la maldita felicidad, por supuesto. Bórrenla del disco duro. Háganse ese favor. Al cuerno con ella. Es una fifa. Bureo de ociosos. Puro vértigo. El verdadero trabajo es no volverse loco. Y no contribuir a que se vuelvan los demás. Eso si que merece la pena.”

Decir las cosas y decirlas bonito es otra de las maneras de afrontar el vacío con temple. pero no podemos convertir esto en una receta. Es trabajo de cada uno encontrar el modo, un trabajo personal e intrasferible.

Espero haber podido esclarecer un poco su pregunta. Pero aún más, que podamos seguir charlando.

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