Aquí hay tomate

Diario de Miguel (martes, 12 de abril)

Ayer lunes empezó ‘El Desafío’ con la primera clase de fuerza que, como buen debut, fue más o menos asequible, aunque hubo tiempo de romper a sudar. Pero ha sido hoy cuando realmente ha arrancado el reto deportivo. Los martes toca velocidad y agilidad y hoy hemos comprobado que esta es una sesión ‘cañera’. Tras el entrenamiento y unos cuantos ejercicios preparatorios ha llegado el momento clave de la jornada: el circuito de intervalos. Tábata le llaman. 4 minutos. Dos series de cuatro ejercicios distintos a un ritmo de veinte segundos por ejercicio y diez de descanso. Tres minutos de parón (necesario) y repetición del mismo esquema pero con otros cuatro ejercicios distintos. Se trataba de correr, desplazamientos, lanzamientos de balones medicinales, saltos… esperando que la música indicara tanto el inicio como el final. La verdad es que la segunda tanda se ha hecho muy dura. También es verdad que no sé participar en algo sin darlo todo, así que me he exprimido todo lo que he podido. Y claro, era la primera vez que probaba algo así, y faltaban referencias. El caso es que al terminar parecíamos zombis caminando (no había que quedarse quieto, aunque la tentación era grande) agachados intentando recuperar el aliento. Y tanto Itxaso como yo, con la cara roja, muy roja. Tomatitos. Ha habido tomate. Pero me ha gustado. Esto no tiene mala pinta. ¿Es un reto, no? Pues se trata de superarse. Los estiramientos y la ducha de después me han sabido a gloria.

Y acto seguido, corriendo a casa, que había que cocinar cuatro platos: dos para comer y dos de cena para llevarme al trabajo, cumpliendo escrupulosamente el menú de nuestra dietista. Aquí también hay tomate, como se ve en la foto. Por cierto, el desayuno salado (café con leche, un poco de pan integral con jamón y una fruta) es maravilloso comparado con los dichosos copos de avena. En cambio, almorzar una mandarina y almendras mientras tus compañeros de la Escuela de Idiomas comen un bocata de chistorra, un pincho de tortilla o una croqueta es para mí otra de esas pequeñas torturas psicológicas que por ahora supero sin excesivas dificultades.

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* Más de 2.000 visitas a este modesto blog el primer día. La verdad es que no nos lo esperábamos. ¡Seguiremos!

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