Regreso maldito. “Please dont’t stop me”: suena Bruce Springsteen más rockanrolero que nunca. Y pienso en la luz dejada atrás: hoy es luna llena y no hay dios que la vea. Ayer, iluminaba una ciudad más amable, más grande y más contaminada lumínicamente en que se veía cómo dicho astro bañaba de luz más que cualquier artilugio humano.
Ayer estaba en mi (nuestra) pequeña porción de irrealidad: las vacaciones. Las últimas fueron inmejorables: el paro forzoso y la muerte de mi nunca olvidado padre. Antes una grave enfermedad de quien suscribe y que deja un reguero de pastillas y limitaciones que debe (deberá) respetar uno. La vida es sueño, dijeron no pocos estoicos, nada más. Algo de razón hay en ello.
Pero regreso y la maldita ciudad que me asfixia por su mojigatería, falta de imaginación y por su clima, me recibe: ella es la realidad. Una verdadera perra rabiosa y repelente.
Y Springsteen me recuerda que no quiero, por favor, no quiero más puñaladas por el momento. Por favor realidad, no me apuñales al menos por un momento. Mas no crea la realidad que la temo, por mucho que se transforme en un State Trooper, queriendo pedirme papeles en mi carretera. Un año y medio que regalaría únicamente al más corrupto de los políticos es más que suficiente como para saber cuál es su jodido juego: pero sé más. Nadie, ningún sabio, supo sobrepasarla. Tal vez estudiarla, como pretendiera Freud: cuanto más apegado está uno a la realidad más feliz es. O infeliz. Pero un materialista como quien les escribe es feliz apegado a tan ingrata dama que también quema como nadie.
Pero vuelvo de tierras más benévolas. Y ahora llueve. Aquí la realidad me devuelve con un tortazo la insolencia de disfrutar mi interrupción anual –que afortunadamente poseo todavía- en forma de fresco y nubes cargadas de tristeza lamiendo cimas de montañas cercanas.
Mas repito, no se vaya a creer tan repugnante señora que uno se queda cruzado de brazos. Tengo tras de mí a todo un ejército de helenos sedientos de sangre y que saben de qué demonios hablo: ”(…)no ha criado la tierra animal más endeble que el hombre entre cuantos respiran sobre la tierra y se mueven” dice un corajudo Odiseo ante Antinoo y Anfínomo que rebuznan un “¡Salve, padre extranjero! Sé un hombre feliz desde ahora, ya que tanto hasta hoy te abrumaron tus muchas miserias”. Frase que cualquier dogmático con aviesas intenciones pudiera emplear contra mí.
Pero Odiseo (Ulises) no era únicamente inteligente, además era valiente cuándo y cómo un heleno sabe serlo: “No imagina [el hombre] que habrá de sufrir infortunios en tanto las deidades le otorgan la dicha y sus piernas se mueven. Pero cuando los dioses dichosos le dan la desgracia, quiera o no, la soporta con un corazón resignado”.
Resignado pero valiente, quieran o no las deidades. Hagamos del regreso nuestra particular odisea: sean la inteligencia, el valor anímico y físico los que rijan nuestros pasos en adelante. La vida es una aventura. Para quien así no lo vea, sépase un muerto en vida.
Imagen: El cantante que por mi mala testa en los años más punk/skin no me atrajo. Ahora no sólo me gusta, es que me recuerda siempre a mi buen compañero durante década y media en una fábrica y amigo Ricardo Lecumberri. Siempre escuchar a uno es escuchar al otro…
Hola amigo Iñaki ya se te echaba de menos por aquí.
Muy bueno tu post «Realidad Maldita» .Espero que hayas disfrutado de tus vacaciones ,esa pequeña porción de irrealidad, como tu la denominas…
Personalmente me quedo con estas frases de tu escrito:
«Y Springsteen me recuerda que no quiero, por favor, no quiero más puñaladas por el momento. Por favor realidad, no me apuñales al menos por un momento.»
Espero que esta realidad cambie, sea más esperanzadora, y afloren nuevos sueños e ilusiones en tu jardín. 🙂
Un abrazo
Maika Etxarri
Muchísimas gracias Maika. Me gusta que te guste el post y has conseguido, que lo sepas, abrumarme recordando dichas palabras humildemente escritas por mí ayer.
La verdad es que son el núcleo gordiano: que vengan bien dadas para tí también amiga Maika.
Sabes que es un placer tener lectoras como tú y de ello presumo (soy un vanidoso 😆 ).
Un abrazo.