Palomitas, cine y primavera.

Llega la primavera como mundo mágico que ha estado cubierto por un telón gris de frío y lluvias por un tiempo. Todo vuelve a parecer nuevo: las chicas aún más guapas, los árboles engalanados por multicolores vestimentas…

Llega la primavera, recuerdo de otras primaveras solitarias en el cine: todo un lujo como ocio.

Pero ayer prometí a Javier Arizaleta y a mí también, ser un poco más optimista: el estar con un trabajo a media jornada tal vez ayude, seguro. Así que traspasado el atraco a mano armada del precio de la entrada que para más inri conseguí por la red –ergo más caro-, decidí darme el consabido festín de palomitas y de refresco de cola.

Y pensaba, mientras veía a no más de cinco personas a mi alrededor, que aquél tenía pinta de ser estudiante de Filosofía también, con el libro y tal; que aquél otro parecia más ser por edad un nostálgico de aquel horror que supuso el cacareado Mayo del 68 que lo único que demostró es que Sartre también se equivocaba ¡y de qué manera!, así como que bajo el adoquín no había playa, había una granada de mano y una metralleta para no pocos.

Pero me pudo la emoción de un crío al ver comenzar una película tan seria como «R.A.F. Facción del Ejército Rojo«. Y lo disfruté. También de mi maldita manía por pensar: si los franceses están dándose poco a poco cuenta de que lo suyo últimamente es la comedia («Los visitantes no nacieron ayer«, «La cena de los idiotas» y no digamos de la vista recientemente con mi compañera de jardín: «Bienvenidos al norte«) y se van dejando poco a poco de supuestos mensajes metafísicos y de bodrios que gastan más que hacen ganar; pensaba, digo, en cómo los alemanes comienzan a mirar hacia su pasado sin complejos haciendo Arte en toda regla. «El Hundimiento» y la película ayer vista dan buena cuenta de ello.

Ayer fui al cine, por motivos laborales de mi acompañante en la vida: solo. Tal vez azuzado por los escritos y audios de el imprescindible «El Cine de Marco«, ¡cómo no!

Pero como en la vida misma, llegan los créditos. Y uno es ahí donde recordó que no hay peor infección que la ideológica.

Pero también, sin mermar un ápice mi buen humor y el homenaje que ayer me regalé, pensé en lo ciertas que son las palabras que rememora siempre mi compañera: «La vida no es lo que te pasa, sino lo que haces con lo que te pasa«.

Es primavera, ayer tuve palomitas, refresco y buen cine: ¿importa el precio?

THE END.

Acerca de epicuro

Alumno de todo, maestro de nada...
Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

3 respuestas a Palomitas, cine y primavera.

  1. marco dijo:

    Una delicia compartir estos títulos de crédito con mi buen amigo Iñaki Oneca, gracias por traernos un poco de tu cine, esa atmósfera que juntos respiramos, tal vez esta noche me regale un capricho de soledad acudiendo a una sesión especial para ver «La pasión de los fuertes», me quedo con la frase que citas:

    «La vida no es lo que te pasa, si no lo que haces con lo que te pasa».

    Un fuerte abrazo–

  2. Maika dijo:

    Amigo Iñaki
    Me alegro que el optimismo vuelva a tu vida y puedas regalarte una tarde de palomitas y de buen cine.
    He leido que has conseguido un trabajo a media jornada enhorabuena!. «Disfruta de cada instante como si fuese un pedazo de vida». 😉
    Abrazos Maika

  3. Epicuro dijo:

    Muchísimas gracias a los dos: tomo nota de tu apunte en cuanto a «La pasión de los fuertes«, Marco. Y también me alegra ver otra buena frase que no se queda en éso, Maika un abrazo.

    Un abrazo a ambos y gracias de nuevo. 😉

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *