Las mujeres existen, su lucha también.

Vivimos en un mundo en que si uno no entra, así, recién nacido, a través del país de “Burrocracia”, no es. No existe. No derechos. No nombre. Nada.

Así en innumerables países islámicos. Entre los muchísimos casos extremos: Nigeria , recuérdese la lucha en favor de Safiya que fue salvada in extremis gracias a múltiples firmas y el caso de Amina Lawal de idéntica manera. ¿Cuántas antes de ellas no tuvieron esa suerte?
Si será el mundo de los humanos el mundo de la burrocracia, que si no son por las firmas recibidas (buen invento Internet), no se salvan a dichas mujeres de ser lapidadas. La Sharía no perdona: el Islam rigorista es implacable. Convendría a todos para vacunarnos, leer El Corán para ver la forma de pensar de dichos energúmenos y su concepción de la mujer. Algunos nunca dejaremos de leer a quienes como nosotros no piensen: si no fuese así no habría crítica racional y fundada. Pero la visión «rigorista, literalista» de El Libro, no es sino la estrechez de quien ostentan dicha ideología: Montesquieu, Voltaire y David Hume ya nos alertaron de ello.

Todavía esperamos que en Irán dejen de dar la razón a tan eminentes filósofos: que la “policía religiosa” espíe por parques y rincones para que no existan parejas cometiendo la tropelía pecaminosa de besarse; que las ejecuciones de homosexuales por el hecho de serlo (alrededor de 4.000 en los últimos años); amén de que las lapidaciones de mujeres enterradas hasta la mitad del cuerpo, enmarañadas en sábanas y atadas, no nos remuevan la conciencia, es un síntoma de enfermedad (de «transvaloración de valores» que diría en otro sentido Nietzsche).

El hecho de que el país que pretende ser Europa: Turquía, tenga como libro más vendido el Mein Kampf de Hitler, como denuncia Bernard-Henri Lévy -país que desde Atatürk no levanta cabeza y en el que el ejército sigue siendo afortunadamente laico y las comunidades judías conviven (convivían) extraordinariamente bien con las muslims (recuérdese el atentado de los nuevos barbudos nazis-integristas a la entrada de una fiesta judía en que mataron a más musulmanes que estaban invitados: éso es lo que atacan estos nuevos fascistas teócratas: la coexistencia), provoca desazón. Recuerden las palabras de su ahora cabeza dirigente: «nuestras cúpulas serán nuestros cascos, nuestros minaretes nuestras lanzas»: bonita manera de entrar en le U.E. Sólo le falta ir a caballo cual Quijote musulmán (no lo quiera nunca la Historia: don Quijote siempre fue mucho más inteligente que todo éso).

Pero al menos, Egipto donde la mujer no está precisamente mejor, ha vivido un caso a favor de una niña que, a partir de hoy: es. Puesto que ser, era, pero ahora lo es más: burrocracia la reconoce. Lina , así, existe.

Afganistán sigue siendo país puntero en la represión de la mujer (ahí métanse si quieren con sus odiados “yanquis”, australianos, italianos, españoles…etc, por no solucionar un problema que, atención, ya existía y de manera más lacerante).

El Islam no concede a la mujer sino el papel secundario de proveedora de hijos. No de poseedora de ciudadanía ni de herencias. Las propias mujeres muslim tienen que revolucionar la situación. Algunas lo intentan.

Pero la superstición se pega a las conciencias pequeñas como auténtica y pegajosa medusa.

La mujer es, hoy, un poco más libre en el Egipto donde llevar más callo en la frente es ser más musulmán que los demás: a más golpes contra el suelo: más callo: más rezos diarios: más fe a base de golpes contra el suelo.

Que el mundo musulmán debe cambiar desde dentro, no sólo lo viene repitiendo el sociólogo Gilles Kepel, experto viajero en el tema, sino todo musulmán que se considera antes individuo que musulmán.

Pero a Ayaan Hirsi Ali, además de amputarla sexualmente, la obligan a marcharse de Europa.

El Islam europeo debe estar en marcha por lo visto y según vaticina el fanático Tariq Ramadán.(Fanático al que no se deja hablar en ningún país europeo por «apología del terrorismo» salvo en España, claro. Lo mismo sucede, en otro sentido, con la secta de la «Cienciología«: ¡pero qué abiertos somos para lo que queremos, caray!)

Que la musulmana europea tenga el deber, repito, deber de luchar -sin tener por ello que dejar de creer en el «ente» que desee- es algo que se hace ya imperioso.

Hirsi Ali ya no puede.

En Europa.

Acerca de epicuro

Alumno de todo, maestro de nada...
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2 respuestas a Las mujeres existen, su lucha también.

  1. Epicuro dijo:

    Tal vez debiera haber colocado este comentario (o autocomentario aunque a Vds. va dirigido) que complementa el tema tratado, en el artículo monográfico sobre Ayaan Hirsi Ali, pero considero que su lucha no es suya: es de todas las mujeres que bajo el pretexto religioso, no pueden vivir como ciudadanas de pleno derecho.

    Me parece un interesantísimo artículo -con referencias filosóficas- de la periodista y lingüista Irene Lozano. Y me parece interesante por la mencionada razón: la lucha de Hirsi Ali no es suya, es de todas las mujeres bajo el yugo del machismo más atroz: el teócrata, además de una reivindicación contra el «relativismo moral» con que los occidentales vemos el asunto.

    Saludos.

    [Enlace roto.]

  2. Epicuro dijo:

    La historia sigue igual en Irán: pero el mensaje antiamericano gana muchos más adeptos, es más «molón» y más gratuito, también. Así, si en «1984» de Orwell existía la «policía del pensamiento», la iraní es peor: «policía religiosa».

    Colabora firmando contra la lapidación de otras siete mujeres en Irán. Su delito: el adulterio. Si verdaderamente fuese cierta la acusación, nada tendría de extraño con semejantes becerros por maridos.

    Vale ya de medias tintas con países teócratas por parte de sus amigos de la «nueva izquierda» desnortada desde que cayera el Muro… ¿o nadie recuerda ya a Felipe González de chalaneo con el fascista Ahmadineyad?

    La firma es a través de Amnistía Internacional:
    http://www.es.amnesty.org/

    «Pinchar» en la primera noticia de ACCIÓN (sic).

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