Diario de Miguel (jueves, 21 de abril)

Parece que acabamos de empezar ‘El Desafío’ pero sin darnos cuenta (bueno, quizá nuestro cuerpo no piensa igual) ya hemos completado el 20% del reto deportivo: ocho sesiones de las cuarenta totales. Y se confirma lo que nos decían los entrenadores: conforme vayáis repitiendo ejercicios y rutinas se os van a hacer más llevaderos. Así es. Tanto las tábatas del martes como las series corriendo de ayer me dejaron bastante menos cansado que las de la semana pasada, y eso que nos dicen que la intensidad de los ejercicios era la misma. Incluso ayer hicimos dos series más que el primer miércoles, e incluyendo alguna cuesta (qué bien puesta está esta palabra). Se ve que nuestro cuerpo se va adaptando, y que una vez que conocemos la mecánica somos capaces de regular fuerzas instintivamente.

A pesar de que la contractura, el tirón o lo que sea que me hice en el muslo el martes me tuvo todo el día andando como Chiquito de la Calzada (si quitaba el pie del embrague en el coche me dolía un montón al volverlo a poner), ayer amanecí mejor y pude completar las series sin demasiados problemas, solo con molestias al dar zancadas más cortas en las cuestas, e Itxaso también se recupera de sus molestias en el cuello. La sección parte médico no va a tener mucho futuro. Esperemos.

Lo más ‘novedoso’ de la sesión de resistencia de ayer fue cómo Rubén Ayarra nos hizo correr un cuarto de hora, para ‘calentar’, con una cinta adhesiva que nos tapaba la boca para aprovechar así todos los beneficios de respirar por la nariz, que son más de los que pensábamos y en los que algún día profundizaremos. La imagen de unos tipos corriendo con un esparadrapo en la boca por un polígono industrial y atravesando la terraza de un bar a la hora de comer tenía que ser bastante friki, pero lo supimos llevar con dignidad, y sufriendo más de la cuenta. No es fácil correr con la boca cerrada, la sensación llega a ser agobiante. Eso sí, ayer no hubo sol, sino incluso lluvia y temperatura más fresca que la otra vez, y creo que eso nos vino mejor.

En un rato, otra sesión cañera. Hoy toca entrenamiento funcional. Ayer no dio tiempo a actualizar el blog, pero es que además de este reto tenemos trabajo, idiomas, horas intensas de cocina para poder cumplir la dieta… Muchos retos en uno. Más emoción. A ver si la falta de horas de sueño no me lastra…

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