Suele ocurrir que cuando se pierde la capacidad para formar gobierno tras unas elecciones en vez de realizar una profunda autocrítica sobre las razones que te han llevado a perder el apoyo popular se tienda a criticar el sistema electoral. Es algo muy común en todos los partidos.
Tras las últimas elecciones municipales son el PP, y UPN quienes ahora cargan contra el sistema con argumentos de lo más variopintos que si los analizamos en profundidad vemos que no se sostienen demasiado.
El argumento de la lista más votada
Creo que es importante resaltar que nuestro sistema no es presidencialista sino parlamentarista por lo que para elegir a un presidente/alcalde, éste debe tener el apoyo de la mayoría absoluta de parlamentarios/concejales que componen la cámara correspondiente. Ser la lista más votada para lo único que te legitima es para ser tú el que lleve la primera intentona para formar gobierno. El aura de la lista más votada como mantra, y razón para gobernar está muy bien para levantar la moral de las huestes propias pero es muy poco razonable que, por ejemplo, un alcalde que tenga el 31% (UPN en Iruña) gobierne según esa regla una ciudad en la que el 69% no le ha votado cuando además hay una alternativa que sí suma dicha mayoría absoluta.
Con la cantidad de ayuntamientos que hay entiendo que exista la regla de que si no hay alternativa a la lista más votada, sea ella la que gobierne para darle cierta estabilidad, pero que sea ese el motivo único para que gobierne per se me parece un fraude democrático.
La doble vuelta
Paralelamente al argumento anterior viene el de “en una 2ª vuelta no pasarían estas cosas”, y efectivamente tienen razón en parte. Como he dicho anteriormente estamos en un sistema parlamentarista y por tanto no hay posibilidad de una 2ª vuelta en el sentido en el que se refieren los regionalistas. Para que ello fuera así habría que disociar las elecciones al Parlamento, y al Ejecutivo. Dicho sistema funciona en Francia, y muchos países, y desde un punto de vista democrático yo lo considero mejor al separar las elecciones para dos poderes diferentes, el Legislativo por un lado, y el Ejecutivo para el otro. La 2ª vuelta tiene que ver en que si un candidato al Ejecutivo no consigue tener la mayoría absoluta en unas primeras elecciones pasarán a un segundo corte las dos opciones más votadas, y entre ellas habrá una votación para elegir quién gobierna.
¿Realmente quiere UPN un sistema de doble vuelta?
Veamos la siguiente tabla con los resultados electorales en Navarra y Pamplona de las cuatro últimas veces que la ciudadanía navarra ha acudido a votar como muestra (UPN lleva gobernando desde 1996 pero como ejemplo vale). En ella he puesto los candidatos de las dos primeras fuerzas que se hubiesen enfrentado hipotéticamente en una 2ª vuelta al no obtener nadie la mayoría absoluta.
A partir de estos hechos voy a hacer la siguiente pregunta, y que cada cual se responda a sí mismo… ¿Alguien se puede creer que con esos resultados en la mano en una 2ª vuelta los candidatos de UPN a la alcaldía de Pamplona/Iruña y al Gobierno de Navarra hubieran gobernado ininterrumpidamente durante los últimos 12 años del ejemplo?, ¿y desde 1996?
Yo desde luego no, y estoy convencido que en UPN tampoco. Por eso opino que su petición de una 2ª vuelta electoral es más postureo político que otra cosa que le sirve para intentar justificar ante los suyos su paso a la oposición.
José Antonio Beloqui