«FELICIDADES AITA VICTORIANO EN TU 85 CUMPLEAÑOS»
«FELICIDADES AITA VICTORIANO EN TU 85 CUMPLEAÑOS»
ANTE todo te deseo feliz 85º cumpleaños en este día. Papá, quiero que sepas que eres muy importante y valioso como persona en mi vida. Es una inmensa alegría para mí en este día poderte dar las gracias de corazón por todos los valores humanos que aprendí de ti. Cuando en el transcurso de la vida se alcanza una meta, se siente la satisfacción del logro por el trabajo y esfuerzo que se ha tenido. Cuando esto supone una lucha tenaz, continua, sin un momento de descanso, la satisfacción es doblemente mayor. Y tú, mi querido padre, puedes estar satisfecho de lo que has sembrado a lo largo de los años.
Has sido un ejemplo de padre coraje, humano, sencillo, bondadoso y trabajador. Muchas personas de Pamplona te conocen por tu antigua labor en el club deportivo Iruña, por tu pasión por el fútbol, ya desde los 7 años jugabas de portero… y con muletas. Victoriano «El Cojo» como te apodan, movido por tu afición, fuiste utillero a la antigua usanza del Iruña, encargándote del cuidado del material. Te ficharon en 1953 y terminaste en 1981 (aunque no del todo, ya que te reclamaban del club en muchas ocasiones y todavía lo hacen). Siempre te recuerdo ocupándote de los balones, de las botas, la ropa, arreglándolas cuando se rompían ¡cuántos cosidos había que hacer para que durasen más!
Te hiciste socio de la peña sanferminera del Irrintzi y enseguida participaste en la organización de su equipo de fútbol. También fuiste fichado por la Federación Navarra cuando la selección llenaba el campo de San Juan. Todavía sigues con fervor los partidos de Osasuna. Has conocido a muchos jugadores, entrenadores, árbitros, seguro que todos tienen un recuerdo agradable de ti, lo demostraron en ese homenaje que te hicieron en el año 79.
Tu otra pasión son los Sanfermines y los encierros, incluso de joven corriste un par de veces a pesar de tu cojera. Has demostrado que eres luchador, valiente, no te has hundido jamás ante las dificultades. Cuando te miro a los ojos veo un halo de nostalgia invadido por esos bonitos recuerdos. Querido padre, hoy te doy las gracias por tu nobleza y sencillez, por enseñarme el valor auténtico de la amistad y de la sinceridad. Siempre me has demostrado lo que significa el amor incondicional de un padre a una hija, dándome tu apoyo en momentos difíciles. Éste es mi pequeño regalo para ti en tu 85 cumpleaños, un homenaje a un hombre que ha vivido cada momento con plenitud y honradez. Ojalá pueda disfrutar de la mirada de tus bonitos ojos, de tus conversaciones, de tus dibujos, durante muchos años más. Un abrazo de cariño de mi parte y de toda tu familia en este día.
Maika Etxarri