Goodbye Camden

Fue a principios de la década de los noventa cuando te conocí: todavía conservabas el aire “post-punk” y la omnipresente niebla, mientras en la City hacía sol. El frío congelaba hasta las neuronas, mientras entre chupas y botas, regateos y bromas con aquella chica de Madrid, veíamos pasar skinheads con sus bufandas futboleras de empalmada, aliviando su temperatura corporal –bajísima de tanta birra, sospecho- con un té en un vaso de plástico.

Y los vinilos, ¡cómo no!, menudas joyas se encontraban en Camden Lock Market.

El itinerario era, fue, el típico: el sábado al mercado de Portobello (donde me hice un tatuaje) y el domingo, Camden Townof course.

La última vez que transité tus venas, ya no había tantos puestos abiertos: casi todo eran ya comercios hechos y derechos, en el 2004. La zona del canal seguía preciosa, pero ¡quién nos iba a decir que veríamos a masajistas en plena calle ejerciendo! Las calles cambian. La ciudad nunca es la misma. La polis, casi como un organismo vivo: madura.

Y eché una pinta de nuevo en un pub, ¡cubano! Ya entonces te echaba de menos: habías crecido, haciéndote once años mayor, como quien ahora te escribe.

Ayer, siguiendo la tradición maldita que comenzara en el siglo XVI de horrorosos incendios londinenses, me sobresaltaste. Hoy, imagino un domingo sin mercado. O un domingo con los restos de un mercado. Tal vez sea así mejor: recordarte como aquellos fríos días de octubre de 1993 con veintipocos…

Queda el recuerdo: siempre.

Acerca de epicuro

Alumno de todo, maestro de nada...
Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *