La izquierda de la Ética

Sólo expongo una brevísima reseña al hilo de una línea del editorial de Diario de Noticias hoy: editorial que, como es de suponer, una vez concuerda con quien estas líneas escribe, y otras veces no. Lo cual, dicho sin vaselinas ni fútiles cobas por innecesarias, es más que sano. Si algo caracteriza a este periódico es la pluralidad: mi opinión, errada o no, es un ejemplo de ello.

La frase en cuestión me ha cautivado por su candidez: “A la izquierda, la ética se le supone: a la derecha, menos, claro.”

Lo mismo que el valor: en la antaño “mili”, digo. No, señores, que no. A un representante público no se le supone la ética, ni por asomo. Nótese el hecho de que todavía no haya puesto colorín político a dicho cargo: la ética, el comportamiento moralmente aceptable, no se le supone a nadie que representa a quien le votó, pero que cobra de quien también no le votó. Nunca se le supone, sería dejarle “barra libre”. Para eso existen medios reguladores –otra cosa es su funcionamiento- para medir o tomar temperatura a ciertos comportamientos. A esto último se le aplica el nombre de Justicia.

Que a la izquierda se le llena la boca de ética, es algo que lo sabe cualquiera que haya estado en ella: yo el primero. Dicho esto, tranquilícense los “escorados” a dicho lado, lo aplico por igual a la derecha, que también gusta de moralizarlo todo (mucha «moralina», que diría Nietzsche). Pero no es de ella de la que hablamos hoy –que mucho habría, ciertamente- sino de la izquierda de la que yo al menos provengo y me duele más.

Ciertamente me he prometido no necesitar un abogado para escribir ya que no cobro por ello y, por tanto, no tendría con qué, así que del “caso Orkoien” lo único que diré es que soy volteriano, orgullosamente volteriano: no creo que tenga razón ningún “Cándido”. Los que aún crean que el color político imprime un carácter más o menos ético, me recuerdan ciertamente a dicho protagonista –no exento de buenas intenciones, ojo- lo cual me lleva a no creer ni en “casualidades”, ni en “errores”. Creo en las personas: no en sus siglas. Creo en los hechos, no en los dichos.

Pero volviendo a la citada frase: ¿tal vez ahora UGT y CC.OO se nos hayan vuelto de derechas?: lo digo por el caso de la PSV, que afectó a bastantes mortales también aquí. Desde luego la pregunta tiene carga irónica porque hubo de todo menos comportamientos éticos en “Mierdillorri”, que diría con ingenio Batzarre en aquella época.

Se me ocurren muchísimos casos más: las federaciones madrileñas del PSOE y de IU tendrían mucho que decir sobre el oscuro tema inmobiliario.

¿Para qué entrar en peores temas como fondos reservados para grupos para-policiales o para el simple “choriceo”, etcétera? Incluso dentro de las Gestoras pro-Amnistía -recuerdo- hubo un espabilado que se llevó tan solidario fondo: ¿recuerdan el caso?

Al final estamos hablando de algo bastante trascendente por complejo: la naturaleza humana. Voltaire achacaba la candidez de Rousseau por creer en dicha naturaleza como «buena» de manera innata. Pero aquí hablamos de algo mucho peor: creer que alguien es «bueno» (pues de eso trata la ética) por «naturaleza»… política. En esto gana Voltaire por partida doble.

En fin, en política y desde ella, a algunos, cuando nos invocan la “ética”: nos hacen temblar. Y no de frío precisamente.

Acerca de epicuro

Alumno de todo, maestro de nada...
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3 respuestas a La izquierda de la Ética

  1. Buscador dijo:

    Los propios conceptos de izquierda y derecha son confusos. Bajo el paraguas de la izquierda se cobijan ideas dispares, desde la defensa de la libertad individual en asuntos de índole privada, que comparten con los liberales de derechas, hasta el nacionalismo, que comparte con los conservadores de derechas. Bajo el paraguas de la derecha encontramos teorías de la homogeneidad colectiva, que comparten con las izquierdas estatalistas, hasta teorías de la solidaridad, que comparten con el socialismo moderno y hasta con Caritas diocesana.
    Para muchos, entre los que me encuentro, los términos derecha e izquierda simplemente ya no son útiles.
    El identificar virtudes con alguna de las etiquetas ya es el no va más de la frivolidad. Implica suponer que los partidarios de la otra opción son malintencionados o necios, puesto que eligen la opción «objetivamente mala». ¿Cómo alguien podría votar a un partido no-ético si no? Tendría que ser por falta de inteligencia o por intereses ilegítimos.
    Eso es un error propio de quien sólo mira a través de sus prejuicios. Es, también, un insulto a quienes no comparten el propio credo, ya que ni siquiera se acepta como posible que su pensamiento diferente pueda darse de forma honrada.
    Por último, es un error que perjudica también a quien lo comete: una y otra vez se engaña y sorprende de que en las urnas se manifieste con importante vigor que hay mucha gente, mucha, que piensa diferente. El «analista» no sale de su asombro: todo el mundo -que él conoce, con quien él trata- considera que determinada opción es poco menos que una cristalización del mal. Y a pesar de eso, votación tras votación, hay miles de votantes que la apoyan.
    He aquí la clave: el voto es secreto. En el entorno social, en la calle, en los bares, en la actividad cultural, las proporciones están alteradas: hacen más ruido quienes más se esfuerzan por hacerlo. Pero en el secreto reino de la libertad se manifiesta el verdadero pensamiento de los ruidosos y de los demás.
    Por eso no es lo mismo tomar decisiones en asambleas que en referendum.
    Yo no creo que sea razonable presuponer más ética en la llamada izquierda que en la llamada derecha, ni al revés. En principio acepto la honradez de todos hasta que se demuestre lo contrario.
    Dicho esto, es normal que IU defienda a su alcalde mientras la investigación no termine y tal defensa sea posible. Lo contrario sería indigno. Y si se demuestra que el alcalde prevaricó, tampoco tiene porqué extenderse su reponsabilidad a todo el partido. (Y eso vale naturalmente para los casos Egüés, PSV, etc.) Lo demás es juego cínico: sacar ventaja a sabiendas de que no es honrado mezclar todo en el mismo saco.
    En fin, saludos.

  2. Epicuro dijo:

    Amigo Buscador:

    De nuevo enmarca mejor que yo el núcleo del problema: al igual que Vd. pienso que la fínisima línea que pudiera separar hace unos años de manera tan etiquetativa lo conocido como Izquierda y Derecha, y que no son sino juegos cara a la galería, esa fínisima línea -decía- se borró. No existe. El problema, y ahí es donde radica el núcleo, es la suposición del viejo retórico juego de «buenos» y «malos» que algunos imprimen al sentirse de «unos» o de «otros». Suena tan infantil que, desde luego, pasa por humano, demasiado humano.

    En cuanto a los ejemplos que expongo, no son sino llamativas actuaciones de quienes se proclaman como «más éticos» que nadie: craso error.

    Ayer precisamente conversaba muy gratamente con un amigo de hace muchos años: socialista o, mejor dicho teniendo en cuenta que es lo que más abunda por estos pagos desde el Verbo Divino y tal, «social-cristiano».

    Bien, los dos manteníamos, lógicamente, posturas dispares: pero que la «ética» no se le suponía a nadie se pusiera la etiqueta que se pusiera y menos un cargo público, fue nuestro común denominador.

    Sí es cierto que habría mucho que hablar: no puedo generalizar por lo injusto del proceder, si bien todos, repito, todos los partidos políticos -y he aquí el drama- están endeudadísimos por ingentes campañas de marketing -la política, sospecho, hace tiempo que no es sino la venta de un «producto»- en que se han convertido las campañas electorales. Y aquí se encuentra el «tropo«, la pescadilla mordiendo su propia colita: los partidos se endeudan hasta las cachas con los bancos. Éstos condonan o no las deudas contraídas si bien obligan a aquéllos a dedicarse a menesteres poco claros como la vivienda.

    No digo que éste sea el caso: pero no podemos partir de la falsa premisa que siento repetir: la de que a algunos se les suponga el comportamiento ético.

    Definitivamente François-Marie Arouet tenía razón, Rousseau no.

    Un abrazo Buscador.

  3. Epicuro dijo:

    Buscador, a lo que anteriormente refiero sobre el problema de lo entrampados que están los partidos políticos por sus exageradas campañas con los bancos, a pesar de que de tanto en cuando les «condonan» deudas, le pego aquí una noticia interesantísima al efecto:
    [Enlace roto.]

    Un abrazo.

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