«Yo a los 14 años, en enero de 1964, entré en las Juventudes Comunistas de Venezuela. Y hasta el día de hoy no he cambiado un pelo. Sigo siendo comunista. No soy un tipo dogmático…», menos pelos tiene, dogmático sigue siendo igual. El preboste presume de leer mucho, bien, no le ha servido y ello se ve en tan antitética frase.
¿Qué esperar de semejante matarife que no sólo mató pagado o apoyado militarmente por países amigos – y no amigos – así como de sus servicios secretos? «Soldado de fortuna» llaman los norteamericanos a lo que aquí conocemos como simples «mercenarios«. Eso, y no otra cosa, es este juguetito roto que al final cayó en manos del siniestro espía Philippe Rondot, implicado a su vez en la trama de micrófonos e intereses ocultos de Chirac y Villepin para hacer caer en desgracia a Sarkozy. Asco, asco por la condición humana en ese submundo lleno de secretitos y de chusma que dice querer salvar al humano aniquilándolo.
Nunca, nadie, ha dicho ni una palabra de que en el Elíseo parisino siempre hubo más micrófonos que en vida tuvo Nixon, el socialdemócrata Mitterrand en ello fue un artista.
La política es pura conspiración, un brillante florentino lo supo en plenos siglos XV y XVI. Pero que todavía haya que leer y escuchar a gentuza inmunda como a este «bon vivant» que juega a marxista-leninista-yihadista a través de sus alocuciones, habiendo asesinado a seres humanos de toda condición, edad, sexo y clase, cosas del estilo: «Uno es mujeriego, le gusta beber caña, ron, buen vino, y ahora que soy musulmán, no debería hacerlo: de hecho, no lo hago porque estoy preso«; llama a la náusea.
Es el drama del idiota que sigue siendo idiota desde el año 1964 y dice que no es dogmático.
Aristóteles vería en él una anormalidad de la Naturaleza.
Imagen: la de un idiota, peligroso, pero idiota.
Querido Iñaki: tu escrito me hace pensar, me hace reflexionar y sobre todo me llena de preguntas que quisiera compartir contigo. Como por ejemplo, la siguiente: ¿No te da miedo la gente que presume de no haber cambiado un pelo?
Iñaki menudo personaje este Ramírez, parece sacado de una película de terror.
Conocido como «alias Carlos El Chacal » hablando sobre hechos del 11 de septiembre en Nueva York dice: «Vi la vaina de la torre, y de pronto el otro avión y la otra torre, y me senté en la cama de la celda y dije Alahu-akbar (Dios es grande), fue un golpe extraordinario contra el imperialismo».
Y este individuo hablando de si mismo afirma «Yo no soy un monstruo. Yo soy muy humano». Sin comentarios…
Se dice comunista desde 1964, profesa el islam, pero nunca fue ni espartano ni austero ni pobre: siempre gastó aires de dandi…(incluso en la cárcel, donde va con un abrigo de cachemir). “Vestirse decentemente es una cuestión de origen de clase, compañero.No hay que renegar de los orígenes de cada uno”, afirma.
“Carlos” disfruta de un placentero retiro en una residencia penitenciaria, al tren y nivel que le permiten sus grandes beneficios obtenidos con el negocio de matar, sumados a los que le ofrece la prensa por mitificarlo y derechos por relatos y películas. Todo ello bajo las garantías a su vida bajo tutela del estado francés.
Sabe que en libertad puede tener los minutos de vida contados, incluso a manos de sus antiguos amigos. Su cadena perpetua es el broche perfecto a su intensa y lucrativa carrera criminal, condecorada con un insuperable seguro de vida.
A mi este tipo con perdón , me pone los pelos de punta…
Pues sí Alina, es un tema que da para mucho. Para mí quien no evoluciona vive muerto, en vida…son como estatuas que nos recuerdan un pasado al que se aferran.
Querida Maika: ¿qué decirte? De nuevo superas con tu comentario el «post» que pudo provocarlo. ¡Has leído entera la entrevisa! Realmente no tiene desperdicio. Pensé en poner un enlace, pero creí que la gente pasaría una mala noche leyendo a semejante siniestro botarate.
Pronto pasaré por tu blog, totalmente recomendado desde este jardín de ideas, El blog solidario de Luzblanca7: http://blogs.noticiasdenavarra.com/el-blog-solidario-de-luzblanca/
Un saludo a ambas.
He estado leyendo un poco sobre este personaje. Confieso que no lo conocía. Y ahora que lo conozco, me da miedo. Así como me dan miedo las personas que se creen en posesión de la verdad, de la razón y además alardean de ello. Sobre todo si para defender lo indefendible, justifican acabar tan tranquilamente con las vidas de otras personas, sean quienes sean. Más que miedo, repugnancia, eso es lo que me dan él, y gentuza como la que comulga con esa prepotente concepción de cualquier ideología, sea la que sea.
Gracias por recordarme lo mucho que me revuelve por dentro gente tan idiota, como bien dices, Iñaki: idiota pero peligrosa. Peligrosa pero idiota.
Idiota y peligrosa, de cualquier modo.
Ésa es precisamente, la relación de amor-odio que profeso a la Filosofía Política que humildemente uno incentiva. A veces tal disciplina te hace bajar de las teorías a las entrañas de la condición humana, en donde no es precisamente oro todo lo que reluce.
Hay algo que me pregunto, y que me gusta preguntar a la gente con la que, como contigo, puedo disfrutar de conversar «de verdad», como suelo decir a veces: ¿ Qué es la condición humana? 🙂
Biología, puramente biología, creo sinceramente. De ahí vienen determinadas actitudes que la psicología, hay que decir, no tiene muy claro: ¿fue antes la gallina o el huevo? Es decir, ¿es malo o bueno el humano por naturaleza o se hizo, como defendería Rousseau? Personalmente, creo que nacemos y aprendemos las nociones básicas, si nacemos con las facultades plenamente sanas, de «lo ético». Un niño sabe enseguida qué puede o no hacer ¡y vaya si prueba los límites!
Pero la hilazón básica que nos une es la hilazón biológica. Divago un poco porque es una cuestión difícil y título de un libro de mi queridísima filósofa Hannah Arendt. Creo que es dual la condición del bicho humano, y que en la elección está lo que convenimos en llamar «ética». Lo que sí estoy plenamente convencido, contra lo que pensara Rousseau, es que el humano NO es bueno por naturaleza (también el cristianismo, el ilustrado al menos, así lo cree).
Pero ¡ay la elección, la elección es Libertad con mayúsculas!, en la elección está la libertad y también el liberticidio. Ilich Ramírez, obviamente, eligió la segunda opción.
A modo de ejemplo más clarificador que lo que uno pueda decir, la primera acepción de Libertad en el diccionario de la R.A.E.:
1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.