Una persona despierta verá en este escrito virtual un homenaje a una gran letra de los Radio Futura y, en concreto, al filósofo y compositor Santiago Auserón.
No entro a hablar de Auserón como personaje: lo dejo para quien le conozca.
Entro a hablar de los mejores Radio Futura: “El hombre de papel” destila inteligencia a borbotones.
Ese “juguete del viento”, que vuela al albur de la ráfaga más potente, intriga. Pero no es sino el humano que decide tirar por la borda su vida no viviéndola. Mirando tanto y tan arriba consiguiendo, como Tales de Mileto, meterse uno el gran bofetón de su vida contra el suelo: en el caso del jonio Tales, provocando las risas de una viejecilla más sabia en ese caso (¿o tal vez más pragmática?).
Mirar al cielo es bueno. Imaginar mundos mejores, seres mejores, es bueno. Vivir creyéndoselo: es nefasto. El fin es siempre, repito, siempre, el totalitarismo, el sectarismo, la intolerancia o, en el mejor de los casos, el psicoanalista: “Era un hombre de papel, era un juguete del viento, que en el cielo de la ilusión, halló su propio infierno”.
Dejarse llevar por la corriente mayoritaria de tu entorno, (sí, querido lector ,a ti van dedicadas estas humildes letras), no hace si no volverte un “hombre de papel” llevado por muy malos vientos. Otra cosa muy diferente es la prudencia que lleva a no tener que berrear a pleno grito lo que se piensa donde no conviene: no hace falta y además es de muy mal gusto. Sé tú mismo sin que se enteren salvo los que se lo merezcan (en realidad, a priori lo saben bien los no merecedores de tal detalle: te envidiarán siempre por la vendaval mayoría por la que se dejen llevar y de la cual formen parte). Compruébenlo: sean Vds. mismos hasta en sitios donde no vayan a ser precisamente con el que “todos/as quieran bailar”. Y séanlo con discreción: siempre aparecerá algún pequeñajo mental con sus prejuicios y envidias interfiriendo en sus vidas. La prudencia está reñida con estos bobos de papel. En realidad, bien pensado, es divertido.
Como divertido es no ser esclarvo de las Ideas (Marx hablaba pestes de la “ideología” como buen filósofo matearialista): toda idea a defender a favor de los vientos provoca ventosidades mentales…y lo peor de todo, nefastas acciones.
Y la palabra “compromiso” se convierte en tótem de quien así actúa: defendiendo la “Patria” omnipresente, por ejemplo.
“Yo cambiaría mi traición, por compromiso, pero en el fondo del compromiso, hay una traición mayor”.
Y el compromiso-traición sigue en espiral de la “acción-reacción” ad eternum: “Nunca termina la guerra, para los hijos del terror, voy guiado por otra voz, soy indígena de una tierra que nunca existió”.
Sean Vds. mismos no dejando que haya ningún iluminado (de cualquier pelaje), que aspire a censurarles los matices, las dudas, debatir, pensar…
Sólo en una dictatorial mente se es un daltónico por elección. Amigos o enemigos habitan la carcasa cerebral del robot que así piensa: un hombre de papel que no tiene coraje para pensar lo contrario de quien le rodea.
Una otoñal hoja que se mueve a voluntad de quien más lo desee…un hombre de papel, al fin.