El hombre-Estado

Una vida dedicada al “servicio” desde las alturas de los estamentos militares –y políticos- como desde “las alcantarillas”: donde también “se defiende el Estado de Derecho”, según uno de sus muchos jefes civiles.

Una vida dedicada plenamente a la patria, a la vida militar, a la mal llamada “inteligencia militar”, a infiltrar topos en ETA, a combatir a ésta cuando asesinaba a diestro y siniestro allá por los olvidadísimos años ochenta. Todo desde las alturas, como desde las alcantarillas.

La información es poder: su posesión, al menos. Hacerla pública no siempre da tanto poder a quien la posee, como el hecho de “insinuar” que se pudiera hacer pública: “Algunas cosas es mejor que no se sepan nunca”, dice, paternalista, el preboste.

Sólo un hombre entregado a los servicios de inteligencia habla así. Howard Hunt, ejemplo al ser el espía de espías que estuvo a la cabeza de la operación PBSuccess el 27 de junio de 1954 para derrocar –exitosamente- al presidente electo de Guatemala: el doctor Jacobo Arbenz; decía cosas similares. Hay hechos que mejor no menearlos: hasta que a las puertas de la inevitable muerte, a Hunt le dio por reconocer cosas sobre el Watergate, sobre Guatemala, y, lo más relevante, sobre el asesinato de J. F. Kennedy: ese niño bien de papá mafioso (que torpemente viera en Hitler a alguien con quien negociar), ese niño bien católico que tanto quiso a la CIA hasta que vio que era más fuerte que él, el mismo fue objeto de una operación con Lyndon B. Johnson detrás junto a elementos mafiosos, anticastristas desconsolados y la propia Agencia.

Pero Hunt vivió una vida cojonuda: más de un centenar de novelas de espionaje lo atestiguan. Pagó poco –mucho más pagó directamente y en metálico Nixon por sus silencios- por el caso Watergate. Lo demás fue vivir de los “éxitos” cosechados hasta su muerte el año pasado.

Y aquí, hoy, tenemos a otro preboste de la denominada “inteligencia militar” cuyo nombre me niego a escribir: tétrico en sus chuscos comentarios en la entrevista donde es protagonista hoy en el periódico El País. Frío como el hielo, en unas respuestas que pretenden ser irónicas infructuosamente. No da para más. Movería a risa si no tuviera tras de sí la sombra imperturbable, gélida, del hombre consagrado al Estado y a su defensa: ora desde las alturas, ora desde las alcantarillas.

Un hombre-Estado, al fin.

Imagen: Howard Hunt, otro hombre de Estado que decidiera «tirar de la manta» al borde de la muerte sólo en algunos temas.

Acerca de epicuro

Alumno de todo, maestro de nada...
Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

4 respuestas a El hombre-Estado

  1. Iñaki. No he leído El país. Por dios Iñaki dinos el nombre a quien te refieres.

  2. Epicuro dijo:

    [quote:2af41c4033=»Javier Arizaleta»]Iñaki. No he leído El país. Por dios Iñaki dinos el nombre a quien te refieres.[/quote]

    Por el «motor inmóvil Creador» Javier, saberlo está sólo a un golpe de «¡click!», perdón por la onomatopeya, pero es que uno se toma su trabajo poniendo enlaces (links) para algo 😉

  3. potemkim dijo:

    tú si que tienes olvidadisimos los años 80… bribón !!!

    un saludo y espero que todo te vaya bien.

  4. Epicuro dijo:

    Un abrazo, acorazado…

    P.S.: Digo que los ochenta «están olvidadísimos». Sea como fuere, seguro que los tengo más presentes que Vos, que eras un tierno infante…. 😆

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *