Sangre y cruces.

No puedo evitarlo: cada año la misma cantinela espiritual de cruces, sangre, encapuchados y alargadas figuras. O ellos no son de este siglo o, tal vez, yo no lo sea.

Prefiero mil veces una tranquila copa (ahora que puedo: porque quiero) a dar mil sacrificados golpes sobre mi espalda: los ritos se parecen. Lean si no el inteligente artículo, si les es posible, de ayer en El Diario Vasco de Javier Sabadell con tan nietzschiano título:”La muerte de Dios”.

“(…) usted cree en un ser que nace de una virgen un 25 de diciembre. Cuyo padre terrenal era carpintero. Cuyo nacimiento fue señalado por una estrella de oriente. Que hizo milagros y maravillas, resucitando a los muertos y sanando leprosos. Que murió en una cruz con clavos en sus pies. Que resucitó de entre los muertos y ascendió al cielo. Que tenía doce seguidores y fue traicionado por uno de ellos. Que se le llamaba “el buen pastor”. Que fue considerado el Redentor, y segunda persona de la Trinidad. Que proclamó la Resurrección (…) Pero no hablo de Jesucristo. Sino de Krishna, un mito de la India milenaria que le precede [al mito cristiano] en al menos 1400 años”.

Aun así, se queda corto Sabadell: la agrupación de “entidades” en el politeísta antiguo Egipto, hizo que sus dirigentes (eminentemente monoteístas) “organizaran” en grupos de tres a las diferentes deidades: la “trimurti”. De ahí la Trinidad a la cual se refiere el autor aquí señalado: aunque algunos, por más que lo intentemos, nunca sabremos qué demonios –con perdón- hacía y qué papel jugaba el “palomo” llamado Espíritu Santo exactamente en toda esa cosmovisión.

Viéndonos libres de tantos ritos y pasos, sabiéndonos los menos, los ateos materialistas, racionales, nunca tontos útiles que no dan sino la razón a quienes como nosotros no piensan, nos enteramos de la “última noticia”: los creyentes son más felices.

“¡No sabes las “agarraderas” que te da para la vida saber que hay un más allá y que Dios existe! ¡Porque el cuerpo no es más que “animalidad”!, hay que darle lo contrario de lo que te pide”, me espetaba una amabilísima persona a la cual admiro y respeto: ¡no sabía cuán platónico era tan creyente humano sin saberlo y queriendo convencerme, mientras yo me «alojaba» en la cama de un hospital!

¿Para qué, pensaba yo, los funerales, los gemidos de humano dolor?: hay un más allá. ¿Por qué llorar la marcha a “un mundo mejor” del familiar, amigo o lo que fuere? ¿Por qué demonios (re-perdón) tanta algarabía, tanto ramo, tanta ceremonia vacua?

El cuerpo, los sentidos, nos engañan –dicen-, porque todo está supeditado a una vida más placentera tras la muerte: creyentes respetables, entended que no os comprenda. ¿Una mejor vida y para ello hacer de este “más acá” epicúreo un “valle de lágrimas«? Masoquista pensamiento. Ello no quiere decir que con los que yo coincida –pocos pero de gran calidad humana- dejen de lado la moral en “esta vida” en aras del “todo vale”: ni mucho menos. No huyen de la moral, sí de la moralina (a la navarra, en este caso)…y mucho…

Sea como fuere y teniendo en cuenta las ventajas de un calendario católico –festividades varias-, les deseo unos felices días ahora que yo comienzo “las vacaciones” (tres días no sé si alcanzan para llamarse así).

Y gracias por esas más de 300.000 visitas: quienes han tenido tal gentileza como quienes han dejando comentarios, están muy por encima de quien pudo provocarlos. Muchas gracias a ocho días del cumpleaños de este blog y de quien en él humildemente firma.

P.S.: Cumpliremos años si Dios lo quiere (el humor siempre por delante, por favor).

Imagen: Semana Santa viva de Santa María de Paraleda, Meis, Galicia.

Acerca de epicuro

Alumno de todo, maestro de nada...
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Una respuesta en “Sangre y cruces.

  1. No se termina de entender estos brotes de fe en estas fechas. A la peña le va el teatro, los disfraces, el morbo la interpretación. Esos siglos de conquista y reconquista religiosa no podían mantenerse sin toda esta exaltación popular. Epicuro sobre el espiritu santo hay que leer los versos de Alberti «se equivocó la paloma, se equivocaba… Salud y sonrisas.

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