Foral política.

Deshojando la margarita: hasta el final. Una Ley D‘Hont anacrónica a ojos vista –de cualquier ser que se digne en llamarse racional- hace que nuestros queridos servidores públicos profesionales, hayan estado actuando en el escenario de un bochornoso espectáculo. No se preocupen: es su labor. Hacernos reír. No hay más. Ni acuerdos programáticos, ni transversalidad interna dentro de una coalición (genial chorrada de uno de los actores participantes), ni gobiernos que cambian todo, ni gobiernos de concentración (¿nacional tal vez?)…nada. Nada cambia.

La margarita sigue quedándose desnuda de pétalos con más que esperpénticos y garrulos espectáculos: fuga a toda velocidad rumbo a Jaca para llegar al ansiado acuerdo de “tocar poder”. Yo toco por aquí, tú por allá. De regreso, uno de los participantes es inmortalizado en una fotografía hablando por el móvil –seguramente con Ferraz– en una gasolinera: ¿no quedamos en que estaba prohibido? No importa, no se preocupen: los cargos públicos y los profesionales de la política se ven eximidos. Pobres, bastante tienen todos –todos- con innumerables e inacabables noches de incertidumbre. De angustia. Insomnes ellos: entendámoslos. El poder gasta: llegar a él, más. Y la risa floja aflora mientras escribo. I’m Sorry.

Pero a la margarita sólo le va quedando ya un pétalo: ¿qué será, será? El ridículo que nuestros cargos electos –todos- han ejercitado con denuedo, sólo ha conseguido que el común de los ciudadanos sienta la peor de las vergüenzas: la ajena.

¿Se imaginan a un ilustrado guiri –que los hay- que hubiese tenido el paciente interés por leer la prensa de por estos pagos en las últimas fechas?: “¿Por qué unos tíos tan cachondos con sus fiestas y tal, se empeñan en ser iguales en algo tan serio y frío, gélido, como la política?”, diría seguramente.

Definitivamente los payasos de la tele se quedan sin trabajo, mientras el último pétalo está a punto de caer.

¿Qué será, será?

Imagen: la margarita, probablemente recién acabadas las últimas elecciones forales y municipales, todavía hermosa, ella.

Acerca de epicuro

Alumno de todo, maestro de nada...
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