No aprendo: a apagar la caja tonta se ve que no aprendo. Lo intento cada vez que mi –en terminología freudiana- Consciente, Pre-Consciente e incluso el sistema Inconsciente me avisa, alarmado, de lo insano de seguir viendo el aparato en cuestión.
Pero no es siempre: no soy un férreo tipo anti-televisivo. Aunque reconozco que cada vez los respeto más, creo que el electrodoméstico en cuestión hay que saber manejarlo. Por ello no dejo de reprocharme (y mi cerebro se encarga de ello) el hecho de no saber apagar el dichoso artefacto cada vez que hay un debate. ¿Qué me lleva a ello? ¿Masoquismo? ¿Ganas de perder tiempo o de dedicarme al noble arte de la ociosidad, que diría Bertrand Russell?
Bien es cierto que comienzo a dar visos de “curación”: ya no acabo ninguno de los debates que comienzo…me puede la sensación de hartazgo. Ver a una serie de supuestos seres racionales, de seres que en no pocas ocasiones lucen un bagaje intelectual no baladí, enmarañándose en trifulcas dialécticas (a las irracionales tortas no llegan verbigracia a menesterosas –sobre todo- moderadoras), me produce un efecto de “ambivalencia”: por seguir con el lenguaje freudiano.
Mi única respuesta a tal embrollo es la que sigue: la ideología es perversa. Vivimos en un país con una democracia de baja calidad, por ser eminentemente partitocrática. Los tertulianos piensan antes de hablar –los hay que ni eso- si lo que van a decir va acorde con la “línea editorial” de su medio, en el caso de periodistas; o del ideario del partido, si son políticos (obsérvese que a veces no hay diferencia alguna entre los argumentos defendidos por unos y otros). Eso es la ideología, y no otra cosa: un pensamiento apriorístico que sirve de marco para la realidad que verbalmente se quiere expresar. Y todo ello – intuyo, pues desde mi más pura subjetividad escribo hoy – llevándose estupendamente a nivel personal no pocos de dichos tertulianos. Por lo que uno no puede evitar el sospechar que hablando de temas políticos (repelentes pero que nos afectan a todos), muchas veces pudieran estar más cerca los distintos contendientes de lo que pudiera parecer. Así queda el debate planteado como dos escuadras –mayormente de ahí no pasan en número- enfrentadas a muerte: dialécticamente, of course.
¿Tienen Vds., apreciadísimos paseantes de este Jardín, las mismas percepciones que uno? ¿Acaso no ocurre lo mismo en la mayor de las tertulias políticas: el debate sobre el estado de la nación?
Sean los amables paseantes-visitantes de este Jardín que en un momento de quietud, tal vez entre juerga y juerga, entre resaca y resaca, quienes planteen sus inquietudes o me aclaren mi terrible confusión.
Y que disfruten de las fiestas…sin debates: no hay mejor receta.
La discusión es aportación de ideas y de conceptos y, sobre todo, datos concretos que los sostengan. Se debate en televisión pero siempre con monsergas. Nadie reconoce la razón a nadie y eso acaba aburriendo a cualquiera. Lo más noble y lo más lógico de una discusión es que alguien le ceda además de la palabra la razón, que se reconozcan que los argumentos del contrario son más acertados o más exactos o que esa idea que defiende va por buen camino. Eso no sucede. Yo he estado dos años de tertuliano en radio y siempre he intentado reconocer la razón en los demás y cuando más agusto me he sentido con personas que asumen tus argumentos y reflexionan en el debate con ellos y no contra ellos. Es un tema difícil porque hay muchos que han contruido su fama televisiva o radiofónica por oponerse de oficio y, claro, acaban aburriendo a cualquiera. A mí más que aburrirme me producen rechazo y por eso no los soporto. Ni tan siquiera aguanto ya ese debatis interruptus de 59 segundos.
Muchas gracias Javier: tu comentario es todo un «trabajo de campo» -que dicen los antropólogos- en cuanto a debates se refiere. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Creo que todo puede empezar incluso con una autocrítica, es mi caso en debates que de momento mantengo por amor al arte. Autocrítica materializada en una pregunta hacia uno mismo en alto o al interlocutor de enfrente: «¿He sido demasiado categórico en lo último que he defendido?». Y digo yo tal vez ingenuamente: ¿qué persona cabal y razonable, en el fragor de la batalla dialéctica, no hace o se hace dicha pregunta?. Algo mejor irían los debates si apriori se partiera de que tal vez, por vehemencia, el tertuliano tal o cual fuese capaz de reconocer dicho exceso, lógico y humano.
Efectivamente no es lo que hoy en día se vende, nos venden. Por cierto Javier, has conseguido que me eche unas sanísimas risas con tu perfecta definición de 59 segundos: «debatis interruptus» 😆
Un abrazo Javier: seguiremos tú y yo aquí, al pie del cañón… 😀
Por cierto Javier: respondo en tu blog a tan amabilísima invitación. Marco, tú y yo y tu ecológico vino. Perfecta combinación.
¡Salud y, como digo, quedo a vuestra disposición! 😀
Hola Iñaki
Aprovechando mi visita para leer tu blog ,te deseo que estés pasando unas felices fiestas… 😀 😀
saludos cordiales
Maika
Muchísimas gracias Maika y te deseo sinceramente lo mismo para tí. Realmente, aunque tuvimos un pequeño susto familiar la noche del día 4 al 5, combino ya afortunadamente fiestas con visitas al Hospital…¡¡¡Tal vez te vea algún día!!! (Seguramente no trabajes en el mismo pabellón, pero no estaría mal verte por casualidad en algún pasillo, quién sabe).
Saludos y gracias de nuevo.
Hola amigo Iñaki 🙂
Perdona la tardanza en contestar a tu mensaje, te pido disculpas.Siento mucho que las fiestas no pudieras disfrutarlas por un problema familiar de salud .Espero que la persona de tu familia afectada esté mejor y se vaya recuperando.
No creo que me veas por los pasillos del hospital, soy enfermera pero tuve que dejar de trabajar por una fuerte alergia ocupacional al látex.Esta alergia me provocó un asma muy grave y de hecho me ha dejado como secuela los bronquios afectados y un problema del cual ya hablaré en mi blog algún día..ES LA ALERGIA AL LÁTEX.
Al no poder ejercer mi profesión estuve de voluntaria en ONG, para sentirme útil y me entró el gusanillo de escribir sobre temas de solidaridad, afición que siempre he tenido…
Bueno te mando un abrazo y ojalá no tengamos que vernos por el hospital Iñaki 😉
Saludos cordiales
Maika
¡Por favor, gracias a tí! Como quiera que leí hace tiempo tu grato artículo, no me acordaba de que hablabas de tu trabajo en pasado. Yo, por mi parte, dejé de trabajar en la misma fábrica desde hace 16 años por motivos también de salud (menos importantes) y ahora estoy en el paro, tras haber estado allá desde los 19 añines…me explico porque creo que te lo mereces y te lo debo .
Vamos, que me fui de dicho empleo justo cuando comenzaba mi andadura por mi Jardín lleno de dudas: el año pasado dí un gran giro a mi vida. 😀
Puede ser que mi torpeza -bienintencionada eso sí 😉 – haya hecho que cuentes algo que tenías pensado hacer más adelante.
Mi familiar está muchísimo mejor, afortunadamente. Por lo que suscribo el que no nos veamos en el Hospital 😉 .
Recibe un afectuoso saludo, amiga Maika.