Panem et circem

Mal asunto. Peor cuando uno no puede decir que se vea libre de ver tanta ponzoña moral: niñatas ninfómanas de éxito; apaleadores de mujeres que van de graciosillos; correveidiles que pillaron cocaína adulterada por ellos mismos y que era para el amigo de un cámara que conocía al amante de un famoso que está casado y va de hetero pero no lo es…etc.

Leo hoy en la prensa digital que ayer, ése empalagoso personajillo que se hace llamar “Torito”, se dejó hacer lo que técnicamente se llama una “lluvia dorada” por parte de una dama un tanto “apurada”.

Hace bien, el tal Torito, en lubricar sus cuernos a base de tamaño líquido sobrante. Al final no hizo sino teatralizar lo que es: un retrete de boca gigantesca.

¿Creíamos haberlo visto todo?: no se vayan todavía aún hay más. Ni las infumables “Crónicas Marranas” ni los “Mississippis” llegaron tan lejos. Lo que importa es el panem et circem, ya saben.

Si el otro día todo era la historia de una obsesión lo que recorría las pantallas, hoy vaya Vd. a saber qué será. Ayer precisamente me dirigía a comprar Diario de Noticias cuando, ¡oh sorpresa! todavía seguían ciertas revistas en el escaparate con el dichoso tema: la condición sexual y moral de alguien muerto hace diez años. Personaje (independientemente de lo que sobre él pensemos) que se vio vituperado por sus antiguos colaboradores incluyendo los de su propia escuela: realmente los cuervos, tras comer, echan a volar por cuenta propia.

Es estupendo, ahora todo el mundo como loco por la televisión de plasma: cataplasmas es lo que va a crear tanta tontería.

¿Creen, realmente, que a día de hoy la gente ve la televisión como un electrodoméstico?: menudo pecado acabo de soltar. No, claro, la televisión no es como el frigorífico, con una finalidad tan acotada. O como el horno e incluso el amigable microondas. No, la tele es muchísimo más.

Pero resulta que el invento de marras se ve mediatizado por macroempresas, mire Vd. por dónde, y ahí vienen los problemas. A fin de cuentas, alguien tiene que salir en la cajita.

El problema es que si el antaño Generalísimo ofrecía partidos de fútbol para que las masas –sobre todo obreras- se atontaran, hoy todo es mucho más sutil: ¿que a Montilla La Caixa le “condona” una deuda de su partido de nada menos que 1.000 millones?, nada, ya hablaremos del Estatuto catalán. ¿Que resulta que se va a aprobar el Estatuto creando incluso disidencias internas dentro del partido gobernante?, ya tenemos la tregua de ETA en ciernes para hablar. ¿Que hay “crisis de gobierno”?: ¡¡¡la final de la Copa del Rey!!!

Bueno, no me tengan por un ser de otro planeta, a veces veo la televisión, tranquilícense. Aunque como bien dice mi admirado Gabriel Albiac, tal vez debiéramos tirar por la ventana el trasto. El caso es que, además del problema añadido de la posibilidad de matar a alguien, yo no comparto con Albiac el no tener dicho aparatejo: prefiero aconsejar a todos, a mí el primero, el usarlo como es debido. Por eso he blasfemado diciendo que es un electrodoméstico.

Dos son los inventos mejores como antídoto: el vídeo y, ahora y por un módico precio, el DVD (siglas que no pienso investigar qué carajo quieren decir).

Conseguir que dicho electrodoméstico convierta mi jardín de ociosos momentos en una gran cinemateca: es mi objetivo. “Doctor Zhivago”, “Vacaciones en Roma”, “Missing” o “JFK: Caso abierto”, “Éxodo”, “Apocalypse Now”, “La Chaqueta Metálica”, “Los Otros”, “Cromwell”, “La Gran Evasión”, “El Pianista”, “El Señor de los Anillos”, y un largo etcétera nos esperan. Sin molesta publicidad.

El bueno de Voltaire decía que lo intrascendente también servía de tanto en tanto para “no acabar colgándonos”.

Realmente donde sí estoy de acuerdo con Gabriel Albiac es en ser platónico a la hora de hablar del instrumento en cuestión: las imágenes engañan. Es la nueva caverna de fantasía.

Así no es de extrañar que fijemos la visión en el lamentable incidente de unos forales pegándose con unos trabajadores -incidente que, nos amenazan, se ha visionado hasta en Alemania– y no veamos las verdaderas reivindicaciones de unos trabajadores que pierden el 10% de sus sueldos desde hace tres años, padeciendo de facto ya la flexibilidad, haciendo las mismas producciones con 700 trabajadores menos, entre otras muchísimas cosas.

Tal vez por ese sentido platónico el bodrio sobre Encarna Sánchez tuviese el récord de televidentes que tuvo y todavía traiga tanta cola beneficiosa para los magros sueldos de sus otrora alumnos.

Tal vez por eso: panem et circem.

Acerca de epicuro

Alumno de todo, maestro de nada...
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3 respuestas a Panem et circem

  1. simplicius simplicisimus dijo:

    La estupidez humana no conoce límites. Tienes toda la razón, la caja tonta nos acogota. Las orgías televisivas adquieren tintes dramáticos cuando de depellejar a un ser humano se trata.
    han vuelto los circos romanos en el que el espectaculo era desollar al contrario y verter sangre para que la plebe se divirtiera. En la pelicula » gladiator» está la respuesta que da el senador romano sobre comodo y el pueblo.
    EL LES DARA LA MUERTE Y ELLOS PONDRAN GUSTOSOS SUS CUELLOS.
    Por cierto sobre lo de los forales.
    No deja de ser gracioso que los policías pidan mas medios para que no pase lo de ayer.
    Lo que mis ojos viero era que los policías llevaban porras, cascos, lanzapelotas, pistolas….
    y los obreros llevaban las manos desnudas.
    ¿Y además reclaman mas medios?
    ¿ que quieren armas nucleares?
    ver para creer.
    sigue así epicuro….. 😀

  2. Anonymous dijo:

    El rumor, la maledicencia, la crítica calumniosa… son formas de presión social, de pedagogía de la corrección imperante en cada momento. Osea, uno de los mecanismos de control de la mayoría sobre los potenciales rebeldes. Pero eso no lo ha traído la televisión. Si acaso, lo ha multiplicado.

    La segunda reflexión de Simplicius me llena de melancolía. Estoy seguro de que no alberga maldad en su expresión, sino sinceridad y ansia de bien; tran seguro como de que yo albergo los mismos sentimientos. Sin embargo viendo los dos las mismas imágenes y teniendo los mismos datos, Simplicius apreció desproporción de fuerza a favor de la Policía Foral, mientras que yo aprecié que la desproporción favorecía a los manifestantes. Si con toda honradez percibimos la misma realidad de forma diferente, ¿cómo vamos a ponernos de acuerdo?
    Al parecer será imposible.

  3. Anonymous dijo:

    LO MAS TONTO DE TODO, ES QUE NOSOTRO LA PAGAMOS, LE DAMOS LA CULTURA DEL TV, A NUESTROS HIJOS, Y AUN ASI NO NOS ENTERAMOS , QUE ESTAMOS ENTRANDO EN UNA FASE DE DESCULTURIZACION, TOTAL
    EN DONDE PERDEMOS LOS PRINCIPIOS Y VALORES DE NUESTRO SER

    UNA INVOLUCION Y PERDIDA DE TIEMPO EN LA QUE PASAN LOS SUCESO JUEGAN CON NOSOTROS Y HACEN LO QUE QUIEREN. 😈

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