A veces nos sorprenden actitudes que nos parecen increíbles, que nos exaltan, que nos bloquean.
Tal vez sea necesaria una siempre sana mirada retrospectiva. Nada es nuevo, pienso mientras retumban en mi mente las palabras de hace más de 2.300 años:
“Hemos de liberarnos de la cárcel de los intereses que nos rodean y de la política” (Epicuro… ¿quién si no?)
No dudo que existan políticos honestos, incluso que existan políticos que se crean honestos mientras no lo son, pero habrá que reconocer que el “horno político” está cocinando pasteles verdaderamente repugnantes.
Leo hoy, apacible domingo primaveral, que «Schroeder avaló un crédito del gigante ruso Gazprom, para el que trabaja en la actualidad, cuando estaba en el Gobierno”, para que veamos que la corrupción no entiende de fronteras políticas pero sí de políticos.
¿Y qué no diríamos de Cicerón y compañía en la Roma eterna?
No debiera sorprendernos, pues, que la otrora fustigadora del corruptísimo y chabacano Jesús Gil, a la sazón primera teniente de alcalde de Marbella: Isabel García Marcos (¿la recuerdan antaño en ese bodrio llamado “Crónicas Marranas”?) fuese expulsada del Partido Socialista para acabar cayendo en las garras del “Poderoso Caballero…”
Todo se repite, definitivamente el ser humano sólo avanza en ciencia y tecnología y no siempre para bien. Pero en lo que respecta a la moral, nada. Todo sigue igual. Peor…
Y de nuevo resuenan en mí palabras retrospectivas del nunca olvidado Lucrecio. Siglo I a. C., desde su defensa del atomismo materialista y el epicureismo, sentencia:
“Por tanto, el humano linaje se afana en vano y sin objeto, continuamente, y en vacíos cuidados consume su vida, y es, sin duda, porque no conoce límite a la posesión ni sabe hasta dónde puede crecer el verdadero deleite…” (Lucrecio en “De Rerum Natura”)
En esto, realmente, no hay nada nuevo.
En la foto: Tito Caro Lucrecio.
😯
Todos deberíamos estar 😳 porque cuando el río suena …. Todos sabíamos que esto estaba pasando.
Cuñaaaaaaaaaao: Otra verdad universal , «todos queremos lo que no tenemos» que unida a máxima «todos deseamos lo que tenemos cerca y nos entra por los ojos» hace de esto algo esperable como comentas 😉
Estoy de acuerdo con Vds. Lo definitivamente imperdonable es que el ser humano y las situaciones que provoca (caso Malaya) sean tan predecibles…¿Tan poco hemos evolucionado?
Un saludo a todos y gracias por contestar… 😀